/ lunes 4 de abril de 2022

Economía 4.0 | ¿Hacia dónde se dirige la economía mexicana?

La prospectiva de crecimiento se ha deteriorado, todos los pronósticos apuntan hacia un menor dinamismo.

El escenario más optimista fue el publicado el pasado viernes en los “Pre-Criterios 2023”. En dicho documento oficial se planteó un escenario “puntual” de incremento en el PIB de 3.4%, una cifra inferior al 4.1% establecido en los Criterios Generales de Política Económica 2022.

No obstante, se debe señalar que en la página 44 de los Pre-Criterios 2023 se establece que el rango de crecimiento esperado para este año oscila entre 1.4% y 3.4%.

En otras palabras: el escenario puntual de 3.4% contenido en el marco macroeconómico es la visión optimista de los que puede ocurrir en la economía. No necesariamente es lo más probable.

Una de las razones que permite estimar un entorno menos favorable es la prospectiva que se tiene sobre la economía de Estados Unidos y lo que ello implica para las exportaciones mexicanas.

La Reserva Federal ubicó su nuevo pronóstico del PIB estadounidense en 2.8% en tanto que los Pre-Criterios 2023 utilizaron para sus estimaciones uno de 3.6%, una cifra que se encuentra en la parte superior de las proyecciones para la primera potencia del orbe.

Por tanto, se puede establecer que el marco macroeconómico de los Pre-Criterios 2023 minimiza los efectos del alza en las tasas de interés, inflación al consumidor y en los precios internacionales de las materias primas.

Lo mismo ocurre respecto a las fricciones con Estados Unidos respecto al comercio internacional, el sector eléctrico y las Reglas de Origen suscritas en el T-MEC.

La declaración de Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, respecto a que se encuentra “profundamente preocupada por lo que ha ocurrido a nivel legislativo y regulatorio en la industria energética mexicana en los últimos meses” y de que su país analiza "todas las acciones disponibles" para enfrentar las diferencias con México debe considerarse detenidamente.

No se debe olvidar lo que Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, declaró el pasado 7 de diciembre en referencia a las medidas proteccionistas que deben aplicar en las cadenas de valor que consideran como un tema de seguridad nacional.

El posicionamiento de ambas funcionarias se encuentra en línea con la lógica suscrita en el T-MEC: no fue una modernización del TLCAN, representó un paso hacia el comercio administrado por los intereses de Estados
Unidos. Al firmar, México y Canadá estuvieron de acuerdo con esa visión.

¿Por qué es relevante esto último? La actividad industrial fue el sector que más contribuyó al crecimiento del PIB mexicano en 2021, esencialmente por las exportaciones de manufacturas enviadas a Estados Unidos, país con quien se tiene el único superávit comercial significativo.

Si Estados Unidos crece menos de lo estimado o aplica restricciones a las exportaciones mexicanas se perderá la mayor fuerza motriz de crecimiento en el corto plazo.

Ello es fundamental para el supuesto que se hace en los Pre-Criterios 2023: crecimiento de 3.4$ con un déficit de cuenta corriente de sólo (-) 5.6 mil millones de dólares. Tan sólo en el primer bimestre del 2022 el crecimiento promedio un 2.2% y el déficit comercial alcanzó una cifra similar a la que se calcula para todo el año en la parte de cuenta corriente.

Por tanto, los Pre-Criterios 2023 de enfocan hacia un escenario positivo que México no ha vivido durante la última década. El equilibrio contable depende del ingreso extraordinario de las remesas: del dinero que envían los mexicanos desde el exterior porque no encontraron oportunidades en sector productivo del país pero que no genera crecimiento económico.

La prospectiva de crecimiento se ha deteriorado, todos los pronósticos apuntan hacia un menor dinamismo.

El escenario más optimista fue el publicado el pasado viernes en los “Pre-Criterios 2023”. En dicho documento oficial se planteó un escenario “puntual” de incremento en el PIB de 3.4%, una cifra inferior al 4.1% establecido en los Criterios Generales de Política Económica 2022.

No obstante, se debe señalar que en la página 44 de los Pre-Criterios 2023 se establece que el rango de crecimiento esperado para este año oscila entre 1.4% y 3.4%.

En otras palabras: el escenario puntual de 3.4% contenido en el marco macroeconómico es la visión optimista de los que puede ocurrir en la economía. No necesariamente es lo más probable.

Una de las razones que permite estimar un entorno menos favorable es la prospectiva que se tiene sobre la economía de Estados Unidos y lo que ello implica para las exportaciones mexicanas.

La Reserva Federal ubicó su nuevo pronóstico del PIB estadounidense en 2.8% en tanto que los Pre-Criterios 2023 utilizaron para sus estimaciones uno de 3.6%, una cifra que se encuentra en la parte superior de las proyecciones para la primera potencia del orbe.

Por tanto, se puede establecer que el marco macroeconómico de los Pre-Criterios 2023 minimiza los efectos del alza en las tasas de interés, inflación al consumidor y en los precios internacionales de las materias primas.

Lo mismo ocurre respecto a las fricciones con Estados Unidos respecto al comercio internacional, el sector eléctrico y las Reglas de Origen suscritas en el T-MEC.

La declaración de Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, respecto a que se encuentra “profundamente preocupada por lo que ha ocurrido a nivel legislativo y regulatorio en la industria energética mexicana en los últimos meses” y de que su país analiza "todas las acciones disponibles" para enfrentar las diferencias con México debe considerarse detenidamente.

No se debe olvidar lo que Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, declaró el pasado 7 de diciembre en referencia a las medidas proteccionistas que deben aplicar en las cadenas de valor que consideran como un tema de seguridad nacional.

El posicionamiento de ambas funcionarias se encuentra en línea con la lógica suscrita en el T-MEC: no fue una modernización del TLCAN, representó un paso hacia el comercio administrado por los intereses de Estados
Unidos. Al firmar, México y Canadá estuvieron de acuerdo con esa visión.

¿Por qué es relevante esto último? La actividad industrial fue el sector que más contribuyó al crecimiento del PIB mexicano en 2021, esencialmente por las exportaciones de manufacturas enviadas a Estados Unidos, país con quien se tiene el único superávit comercial significativo.

Si Estados Unidos crece menos de lo estimado o aplica restricciones a las exportaciones mexicanas se perderá la mayor fuerza motriz de crecimiento en el corto plazo.

Ello es fundamental para el supuesto que se hace en los Pre-Criterios 2023: crecimiento de 3.4$ con un déficit de cuenta corriente de sólo (-) 5.6 mil millones de dólares. Tan sólo en el primer bimestre del 2022 el crecimiento promedio un 2.2% y el déficit comercial alcanzó una cifra similar a la que se calcula para todo el año en la parte de cuenta corriente.

Por tanto, los Pre-Criterios 2023 de enfocan hacia un escenario positivo que México no ha vivido durante la última década. El equilibrio contable depende del ingreso extraordinario de las remesas: del dinero que envían los mexicanos desde el exterior porque no encontraron oportunidades en sector productivo del país pero que no genera crecimiento económico.