/ lunes 27 de julio de 2020

Economía 4.0 | La reconstrucción de México, una necesidad

La recesión de la economía mexicana alcanzó una profundidad no vista en casi 90 años. Ya no hay duda de su magnitud, ahora la incógnita por resolver es la duración y consecuencias: ¿Cuántas empresas podrán sortear la crisis? ¿Cuál será el efecto en la inversión, el empleo y el bienestar de una sociedad que ha vivido en austeridad durante 40 años?

México debe aplicar una estrategia con capacidad de vencer a su historia. Para ello se requieren dos elementos básicos.

El primero es la necesidad de construir un Acuerdo Nacional que permita construir una Agenda Mínima para alcanzar una rápida reconstrucción del país.

El segundo es elaborar un Programa de Desarrollo Industrial Integral que le de viabilidad a la reactivación económica y que tenga a la conservación y creación de empleo formal como elementos precursores del bienestar.

La conformación del próximo presupuesto debería iniciar un proceso de planeación que culmine con una estrategia integral. De otra forma el peso de la inercia comprometerá el desarrollo social y económico de México en el siguiente lustro.

¿Por qué? La tasa de crecimiento de la economía mexicana alcanzó un nuevo mínimo histórico: de acuerdo con el INEGI, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) retrocedió (-) 21.6% en mayo.

Junto con el resultado de abril (- 19.6%) representan las mayores caídas desde 1994 y en general de la economía nacional desde 1934.

Con ello, el promedio de crecimiento de los primero cinco meses del 2020 fue de (-) 9.3%. El crecimiento del sexenio es de (-) 2.8%, aún más bajo que el del observado durante los primeros 18 meses de la administración de Ernesto Zedillo.

Sin lugar a duda que el resultado de resultado se vio influido por el confinamiento causado por el Covid-19. No obstante se debe considerar que el IGAE acumula 13 tasas negativas consecutivas en su medición anual, un hecho que muestra la debilidad en la que se encontraba la economía nacional: un proceso recesivo antes del Covid-19.

En realidad, el confinamiento elevó el grado de la afectación, pero no originó los desequilibrios que enfrenta el sistema económico.

¿Cuál es el punto de partida que el IGAE mostró durante mayo? Por segundo mes consecutivo, sus componentes principales registraron una tasa de variación negativa, salvo el sector primario y las actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales.

¿Cuánto de la variación negativa fue por el confinamiento y qué proporción por la debilidad del mercado laboral, de la capacidad de compra de los hogares mexicanos y de la fragilidad en la que se encuentran las empresas?

Esas respuestas se conocerán conforme avance la recesión, sin embargo, México debe vencer a la inercia y a su propia historia: pasar del manejo fiscal y contable de la crisis a uno de política económica proactiva en favor del crecimiento, el empleo y la inversión.

El común denominador de las crisis registradas desde 1982 ha sido una estrategia que empequeñeció al país, hoy se debe crear una que lo haga grande y le dé fortalezas que le permitan crear una nueva ruta de desarrollo y bienestar

Para ello se requiere un programa de Reconstrucción de la Economía Nacional basado en un Programa de Desarrollo Industrial. México debe aprovechar la experiencia exitosa de otras naciones que han construido un mejor futuro a través de la visión de un Estado Desarrollador Industrial.



Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico



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La recesión de la economía mexicana alcanzó una profundidad no vista en casi 90 años. Ya no hay duda de su magnitud, ahora la incógnita por resolver es la duración y consecuencias: ¿Cuántas empresas podrán sortear la crisis? ¿Cuál será el efecto en la inversión, el empleo y el bienestar de una sociedad que ha vivido en austeridad durante 40 años?

México debe aplicar una estrategia con capacidad de vencer a su historia. Para ello se requieren dos elementos básicos.

El primero es la necesidad de construir un Acuerdo Nacional que permita construir una Agenda Mínima para alcanzar una rápida reconstrucción del país.

El segundo es elaborar un Programa de Desarrollo Industrial Integral que le de viabilidad a la reactivación económica y que tenga a la conservación y creación de empleo formal como elementos precursores del bienestar.

La conformación del próximo presupuesto debería iniciar un proceso de planeación que culmine con una estrategia integral. De otra forma el peso de la inercia comprometerá el desarrollo social y económico de México en el siguiente lustro.

¿Por qué? La tasa de crecimiento de la economía mexicana alcanzó un nuevo mínimo histórico: de acuerdo con el INEGI, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) retrocedió (-) 21.6% en mayo.

Junto con el resultado de abril (- 19.6%) representan las mayores caídas desde 1994 y en general de la economía nacional desde 1934.

Con ello, el promedio de crecimiento de los primero cinco meses del 2020 fue de (-) 9.3%. El crecimiento del sexenio es de (-) 2.8%, aún más bajo que el del observado durante los primeros 18 meses de la administración de Ernesto Zedillo.

Sin lugar a duda que el resultado de resultado se vio influido por el confinamiento causado por el Covid-19. No obstante se debe considerar que el IGAE acumula 13 tasas negativas consecutivas en su medición anual, un hecho que muestra la debilidad en la que se encontraba la economía nacional: un proceso recesivo antes del Covid-19.

En realidad, el confinamiento elevó el grado de la afectación, pero no originó los desequilibrios que enfrenta el sistema económico.

¿Cuál es el punto de partida que el IGAE mostró durante mayo? Por segundo mes consecutivo, sus componentes principales registraron una tasa de variación negativa, salvo el sector primario y las actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales.

¿Cuánto de la variación negativa fue por el confinamiento y qué proporción por la debilidad del mercado laboral, de la capacidad de compra de los hogares mexicanos y de la fragilidad en la que se encuentran las empresas?

Esas respuestas se conocerán conforme avance la recesión, sin embargo, México debe vencer a la inercia y a su propia historia: pasar del manejo fiscal y contable de la crisis a uno de política económica proactiva en favor del crecimiento, el empleo y la inversión.

El común denominador de las crisis registradas desde 1982 ha sido una estrategia que empequeñeció al país, hoy se debe crear una que lo haga grande y le dé fortalezas que le permitan crear una nueva ruta de desarrollo y bienestar

Para ello se requiere un programa de Reconstrucción de la Economía Nacional basado en un Programa de Desarrollo Industrial. México debe aprovechar la experiencia exitosa de otras naciones que han construido un mejor futuro a través de la visión de un Estado Desarrollador Industrial.



Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico



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