/ lunes 1 de agosto de 2022

Economía 4.0 | Política industrial: un tema de seguridad nacional

Estados Unidos dio un paso firme para recuperar las cadenas de valor que considera estratégicas.

El 28 de julio el Congreso de Estados Unidos aprobó el Chips and Science Act, una iniciativa de política industrial que otorga al presidente Biden la capacidad de utilizar 280 mil millones de dólares para revitalizar la ciencia, innovación, diseño y producción de semiconductores.

La suma es equivalente al 25% del PIB mexicano y representaría 50 años de lo que México destina a ciencia y tecnología. Representa la relevancia del tema para los estrategas estadounidenses.

¿Por qué es importante para Estados Unidos avanzar en dicho sector productivo? Todo el desarrollo de la Industria 4.0, la construcción de los equipos relacionados con la tecnología 5G y el progreso que se requiere para la próxima llegada de la tecnología 6G y sus aplicaciones industriales, agrícolas y de servicios de alto valor agregado requerirá de semiconductores avanzados.

La computación y electrónica cuántica, la realidad aumentada y las mejoras en todos los sistemas digitales dependen de la concepción, producción en masa y seguridad en la distribución de los conocidos como chips.

El tema no solamente es económico. La pandemia del Covid-19 interrumpió la capacidad de fabricación y suministro de los semiconductores que se requiere en la industria global: el Este de Asia concentra su manufactura. La consecuencia ha sido el retraso en la manufactura mundial.

Un segundo aspecto por considerar es la disputa con China: Estados Unidos y Europa tardaron en reaccionar frente a la rápida asimilación que el país asiático hizo de su tecnología.

Estimaron, erróneamente, que China se conformaría con ser maquilador y que aceptaría el papel de comerciante en el orden geoeconómico. Calcularon que no tendría la capacidad para alcanzar el nivel de desarrollo tecnológico requerido para copiar e innovar. Subestimaron el poder de la política industrial y del sistema educativo chino.

El tercer elemento se encuentra en las fricciones militares que existen entre Taiwán y China: el primero se ha ubicado como un líder en la producción de semiconductores y un conflicto bélico afectaría, nuevamente, a la industria de la electrónica mundial.

Por ello Estados Unidos decidió avanzar. El contenido de la estrategia muestra que la lógica económica del siglo XX ha sido enterrada por quienes la impulsaron. Solamente la aplican países periféricos que se encuentran a la zaga en la comprensión de lo que ocurre en la actual guerra geoeconómica y geopolítica.

El paquete económico de Biden incluye subsidios y formación de hubs de ciencia y tecnología que se integrarán con las grandes empresas estadounidenses.

Además debe considerarse que no es una acción aislada, así se infiere del análisis del Innovation, Equity, and Resilience Strengthening American Competitiveness in the 21st Century del Departamento de Comercio de Estados Unidos, la respuesta a los programas de política industrial de China, Alemania, Corea del Sur o Japón. Constituye el regreso de Estados Unidos a la política industrial.

¿Qué hará México para evitar que se amplifique la brecha entre su industria y la de su principal socio económico o para no sucumbir ante la potencial firma de un tratado comercial con Corea del Sur?

La respuesta debe darse a través de una estrategia de política industrial detallada e integral que tenga a lo Hecho en México como su columna vertebral.

Estados Unidos dio un paso firme para recuperar las cadenas de valor que considera estratégicas.

El 28 de julio el Congreso de Estados Unidos aprobó el Chips and Science Act, una iniciativa de política industrial que otorga al presidente Biden la capacidad de utilizar 280 mil millones de dólares para revitalizar la ciencia, innovación, diseño y producción de semiconductores.

La suma es equivalente al 25% del PIB mexicano y representaría 50 años de lo que México destina a ciencia y tecnología. Representa la relevancia del tema para los estrategas estadounidenses.

¿Por qué es importante para Estados Unidos avanzar en dicho sector productivo? Todo el desarrollo de la Industria 4.0, la construcción de los equipos relacionados con la tecnología 5G y el progreso que se requiere para la próxima llegada de la tecnología 6G y sus aplicaciones industriales, agrícolas y de servicios de alto valor agregado requerirá de semiconductores avanzados.

La computación y electrónica cuántica, la realidad aumentada y las mejoras en todos los sistemas digitales dependen de la concepción, producción en masa y seguridad en la distribución de los conocidos como chips.

El tema no solamente es económico. La pandemia del Covid-19 interrumpió la capacidad de fabricación y suministro de los semiconductores que se requiere en la industria global: el Este de Asia concentra su manufactura. La consecuencia ha sido el retraso en la manufactura mundial.

Un segundo aspecto por considerar es la disputa con China: Estados Unidos y Europa tardaron en reaccionar frente a la rápida asimilación que el país asiático hizo de su tecnología.

Estimaron, erróneamente, que China se conformaría con ser maquilador y que aceptaría el papel de comerciante en el orden geoeconómico. Calcularon que no tendría la capacidad para alcanzar el nivel de desarrollo tecnológico requerido para copiar e innovar. Subestimaron el poder de la política industrial y del sistema educativo chino.

El tercer elemento se encuentra en las fricciones militares que existen entre Taiwán y China: el primero se ha ubicado como un líder en la producción de semiconductores y un conflicto bélico afectaría, nuevamente, a la industria de la electrónica mundial.

Por ello Estados Unidos decidió avanzar. El contenido de la estrategia muestra que la lógica económica del siglo XX ha sido enterrada por quienes la impulsaron. Solamente la aplican países periféricos que se encuentran a la zaga en la comprensión de lo que ocurre en la actual guerra geoeconómica y geopolítica.

El paquete económico de Biden incluye subsidios y formación de hubs de ciencia y tecnología que se integrarán con las grandes empresas estadounidenses.

Además debe considerarse que no es una acción aislada, así se infiere del análisis del Innovation, Equity, and Resilience Strengthening American Competitiveness in the 21st Century del Departamento de Comercio de Estados Unidos, la respuesta a los programas de política industrial de China, Alemania, Corea del Sur o Japón. Constituye el regreso de Estados Unidos a la política industrial.

¿Qué hará México para evitar que se amplifique la brecha entre su industria y la de su principal socio económico o para no sucumbir ante la potencial firma de un tratado comercial con Corea del Sur?

La respuesta debe darse a través de una estrategia de política industrial detallada e integral que tenga a lo Hecho en México como su columna vertebral.