/ lunes 21 de septiembre de 2020

Economía 4.0 | Proteccionismo global: ¿Cuál es la agenda de México?

El mundo ha cambiado profundamente, la crisis ha erosionado las condiciones sociales, económicas y políticas preexistentes.

El avance del Covid-19 puso a prueba a gobiernos y sociedades, quienes no aplicaron una estrategia integral y consensada no han logrado escapar de la primera etapa de contagios o ya viven el inicio de una segunda oleada.

Ante la ausencia de un liderazgo global, poco a poco la agenda se concentra en el interés nacional o regional. Las principales potencias del orbe tienen que enfrentar sus propios desequilibrios y compromisos políticos.

La suerte de la economía global ha sido delineada por los intereses de China y Estados Unidos, su guerra geopolítica y geoeconómica tiene raíces profundas que se han conjugado con una recesión productiva y crisis de salud pública que le ha dado la razón a la estrategia del Estado Desarrollador Industrial implementada por el país asiático desde hace décadas.

China salió avante de la primera etapa de crisis: acumula 5 meses de crecimiento industrial. Estados Unidos, Europa y América Latina siguen en recesión.

La magnitud de los desequilibrios sociales, económicos y de salud pública en Estados Unidos han propiciado una extraña coincidencia entre las propuestas ya conocidas del presidente Trump y las del candidato demócrata Joe Biden: más nacionalismo.

Con la presentación de la plataforma económica de Biden se confirma que el proteccionismo estadounidense continuará sin importar el resultado de la elección presidencial.

Al igual que hace cuatro años, China se encuentra en el eje de un candidato opositor. Biden fue claro: se debe disminuir la dependencia respecto a China. Un postulado que también emerge en la Unión Europea, solo que se agrega el atenuar la dependencia tecnológica que tienen de Estados Unidos y China.

La coincidencia tiene una implicación: acelerar el desarrollo industrial en la última parte de la Cuarta Revolución Industrial. La búsqueda de disminuir la dependencia respecto a China provocará una competencia por el liderazgo tecnológico que abrirá la puerta a la Quinta Revolución, una etapa para la que México no está preparado.

La agenda esta puesta: nacionalismo.

Biden, al igual que Trump en su momento, ha planteado la recuperación de empleo con visión nacionalista. Aún representantes del partido republicano tradicionalmente fervientes seguidores del libre comercio han reconsiderado su ortodoxia.

El pragmatismo se ha impuesto, la crisis económica requiere la rápida generación de empleo, ello implica realizar inversiones en su territorio nacional.

Por eso Biden planteó un programa de 700 mil millones de dólares para impulsar las manufacturas de lo Hecho en Estados Unidos y disminuir la atención de su país hacia los acuerdos multilaterales e internacionales. Primero verán hacia el interior.

En este punto la diferencia, quizá, será la posible forma en que se ejerza la política exterior, en el fondo el objetivo es el mismo que lo aplicado por Donald Trump.

La Unión Europea aún no termina de decidirse, Alemania requiere del libre comercio para crecer a través de su poderosa maquinaria exportadora. Sin embargo, Francia aplica una política de atracción de inversiones y fomento a su industria nacional.

Ante el avance de la segunda oleada de Covid-19 en la Unión Europea, con sus implicaciones económicas, la agenda nacionalista seguirá avanzando.

¿Cuál es el proyecto para México ante esta nueva realidad?



Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico

El mundo ha cambiado profundamente, la crisis ha erosionado las condiciones sociales, económicas y políticas preexistentes.

El avance del Covid-19 puso a prueba a gobiernos y sociedades, quienes no aplicaron una estrategia integral y consensada no han logrado escapar de la primera etapa de contagios o ya viven el inicio de una segunda oleada.

Ante la ausencia de un liderazgo global, poco a poco la agenda se concentra en el interés nacional o regional. Las principales potencias del orbe tienen que enfrentar sus propios desequilibrios y compromisos políticos.

La suerte de la economía global ha sido delineada por los intereses de China y Estados Unidos, su guerra geopolítica y geoeconómica tiene raíces profundas que se han conjugado con una recesión productiva y crisis de salud pública que le ha dado la razón a la estrategia del Estado Desarrollador Industrial implementada por el país asiático desde hace décadas.

China salió avante de la primera etapa de crisis: acumula 5 meses de crecimiento industrial. Estados Unidos, Europa y América Latina siguen en recesión.

La magnitud de los desequilibrios sociales, económicos y de salud pública en Estados Unidos han propiciado una extraña coincidencia entre las propuestas ya conocidas del presidente Trump y las del candidato demócrata Joe Biden: más nacionalismo.

Con la presentación de la plataforma económica de Biden se confirma que el proteccionismo estadounidense continuará sin importar el resultado de la elección presidencial.

Al igual que hace cuatro años, China se encuentra en el eje de un candidato opositor. Biden fue claro: se debe disminuir la dependencia respecto a China. Un postulado que también emerge en la Unión Europea, solo que se agrega el atenuar la dependencia tecnológica que tienen de Estados Unidos y China.

La coincidencia tiene una implicación: acelerar el desarrollo industrial en la última parte de la Cuarta Revolución Industrial. La búsqueda de disminuir la dependencia respecto a China provocará una competencia por el liderazgo tecnológico que abrirá la puerta a la Quinta Revolución, una etapa para la que México no está preparado.

La agenda esta puesta: nacionalismo.

Biden, al igual que Trump en su momento, ha planteado la recuperación de empleo con visión nacionalista. Aún representantes del partido republicano tradicionalmente fervientes seguidores del libre comercio han reconsiderado su ortodoxia.

El pragmatismo se ha impuesto, la crisis económica requiere la rápida generación de empleo, ello implica realizar inversiones en su territorio nacional.

Por eso Biden planteó un programa de 700 mil millones de dólares para impulsar las manufacturas de lo Hecho en Estados Unidos y disminuir la atención de su país hacia los acuerdos multilaterales e internacionales. Primero verán hacia el interior.

En este punto la diferencia, quizá, será la posible forma en que se ejerza la política exterior, en el fondo el objetivo es el mismo que lo aplicado por Donald Trump.

La Unión Europea aún no termina de decidirse, Alemania requiere del libre comercio para crecer a través de su poderosa maquinaria exportadora. Sin embargo, Francia aplica una política de atracción de inversiones y fomento a su industria nacional.

Ante el avance de la segunda oleada de Covid-19 en la Unión Europea, con sus implicaciones económicas, la agenda nacionalista seguirá avanzando.

¿Cuál es el proyecto para México ante esta nueva realidad?



Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico