/ viernes 6 de diciembre de 2019

Economía y Paz

Por: Luisa Castillo Gavito

Las personas no se cuestionan la relación que existe entre la economía y la guerra, pero muchos individuos no conocen la asociación dinámica que existe entre la paz y el desarrollo económico. Es decir, el tener o no tener paz puede ser algo positivo o negativo en la economía de un país.

Según el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), cuando hay bajos niveles de paz (correlacionado con bajos ingresos), los países tienden a depender más de la agricultura. Se produce una transición progresiva al sector de servicios y manufactura a medida que los niveles de paz aumentan. Asimismo, si continúan incrementando dichos niveles, la participación empresarial se agranda, así como la riqueza. Es por todo esto, que el progreso de un país en paz positiva[1] mejora las condiciones socioeconómicas a nivel nacional.

México tiene bajos niveles de paz, los cuales perjudican su economía. Conforme el IEP (2019), el impacto económico de la violencia ascendió a 5.16 billones de pesos en 2018, 10% más que en 2017 y equivalente a 24% del PIB del país. El indicador que más contribuyó a dicho impacto fue el de homicidio, con 51% del total en 2018, que aumentó un 15% con respecto al 2017. En términos per cápita, se habla de 41,181 pesos. A pesar de que la violencia es un tema cotidiano, México gasta únicamente 0.81% de su PIB en seguridad interna y en su sistema judicial. Además, el costo de la violencia fue de $268 mil millones de dólares. Una de las soluciones, según el IEP (2019), es que la violencia y su respectivo impacto económico se redujeran al nivel registrado en los cinco estados más pacíficos de México, el dividendo de paz resultante ascendería a 10 billones de pesos durante un periodo de cuatro años. ¿Cómo se puede lograr esto?

México debe enfocarse en bajar sus niveles de corrupción, y mejorar el funcionamiento del gobierno y el libre flujo de información para reducir los niveles de violencia de manera sostenible. Para ello, México debería de invertir más dinero en su sistema de seguridad y judicial; fortalecer, respetar y brindar el presupuesto que necesitan las instituciones para cumplir con su labor; y reducir la violencia hacia los periodistas, respetando la libre expresión y evitando la censura. En resumen, México necesita instaurar una economía de paz, la cual implica toma de decisiones que faciliten el diseño o rediseño de instituciones dirigidas a asegurar resultados sociales beneficios para obtener mecanismos que generen un ganar-ganar para todos.


@luicastgav


[1] “La presencia de actitudes, instituciones y estructuras que construyen y sostienen sociedades pacíficas” (IEP, 2019).

Por: Luisa Castillo Gavito

Las personas no se cuestionan la relación que existe entre la economía y la guerra, pero muchos individuos no conocen la asociación dinámica que existe entre la paz y el desarrollo económico. Es decir, el tener o no tener paz puede ser algo positivo o negativo en la economía de un país.

Según el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), cuando hay bajos niveles de paz (correlacionado con bajos ingresos), los países tienden a depender más de la agricultura. Se produce una transición progresiva al sector de servicios y manufactura a medida que los niveles de paz aumentan. Asimismo, si continúan incrementando dichos niveles, la participación empresarial se agranda, así como la riqueza. Es por todo esto, que el progreso de un país en paz positiva[1] mejora las condiciones socioeconómicas a nivel nacional.

México tiene bajos niveles de paz, los cuales perjudican su economía. Conforme el IEP (2019), el impacto económico de la violencia ascendió a 5.16 billones de pesos en 2018, 10% más que en 2017 y equivalente a 24% del PIB del país. El indicador que más contribuyó a dicho impacto fue el de homicidio, con 51% del total en 2018, que aumentó un 15% con respecto al 2017. En términos per cápita, se habla de 41,181 pesos. A pesar de que la violencia es un tema cotidiano, México gasta únicamente 0.81% de su PIB en seguridad interna y en su sistema judicial. Además, el costo de la violencia fue de $268 mil millones de dólares. Una de las soluciones, según el IEP (2019), es que la violencia y su respectivo impacto económico se redujeran al nivel registrado en los cinco estados más pacíficos de México, el dividendo de paz resultante ascendería a 10 billones de pesos durante un periodo de cuatro años. ¿Cómo se puede lograr esto?

México debe enfocarse en bajar sus niveles de corrupción, y mejorar el funcionamiento del gobierno y el libre flujo de información para reducir los niveles de violencia de manera sostenible. Para ello, México debería de invertir más dinero en su sistema de seguridad y judicial; fortalecer, respetar y brindar el presupuesto que necesitan las instituciones para cumplir con su labor; y reducir la violencia hacia los periodistas, respetando la libre expresión y evitando la censura. En resumen, México necesita instaurar una economía de paz, la cual implica toma de decisiones que faciliten el diseño o rediseño de instituciones dirigidas a asegurar resultados sociales beneficios para obtener mecanismos que generen un ganar-ganar para todos.


@luicastgav


[1] “La presencia de actitudes, instituciones y estructuras que construyen y sostienen sociedades pacíficas” (IEP, 2019).