Cada quien se engaña con la mentira que más le gusta…
¿Sabemos, realmente conocemos la figura del fideicomiso? Lo cierto es que desde tiempo atrás ha sido una importante forma de hablar respecto a los peligros del neoliberalismo, lo cual ha permitido referir drásticamente errores, ilícitos, robos, saqueos…
Tenemos un gobierno débil y controlador cuyo propósito es manipular a la mayor parte de la sociedad en todos aspectos, por lo que los temas polémicos como las consultas, los debates legislativos promovidos por el propio gobierno, las consultas ciudadanas –evidentemente manipuladas-, y ahora el caso de los fideicomisos tienen fines similares, ociosos, jurídicamente –que no política ni social-, intrascendentes, y obvio, de consideraciones únicamente mediáticas.
Nos enfrentamos ahora a un tema por demás delicado: la cancelación de 109 fideicomisos cuyo presupuesto en la actual administración asciende a cerca de medio billón de pesos -$500´000,000´000.00- … Ciertamente y lo más probable es que en ellos hubo corrupción, lo cual habría que investigar y en su caso, fincar responsabilidades y aplicar la justicia –cosa que desafortunadamente en nuestro país es muy difícil-, ¿pero de ahí a desaparecerlos para abolir la corrupción? Tendríamos que desaparecer la figura gubernamental con todo y Andrés López con sus secuaces…
Lo cierto es que el único objetivo habría de ser efectivamente la transparencia, frenar la corrupción, sancionar a los culpables y demostrar sus competencias tema tan difícil como la aplicación de la justicia.
Solo por recordar, vayamos al discurso del 1º de Diciembre del 2018, cuando López Obrador asumió la Presidencia: “No es lícito, no es jugar limpio defender la facultad del Estado para rescatar a instituciones financieras en quiebra y considerarlo una carga cuando se busca el bienestar de los más necesitados…” Desde entonces anunció sus pretensiones respecto a lo hoy sucedido, sin dejar de reconocer que efectivamente los fideicomisos hayan sido por años motivo de opacidad y malos manejos financieros; el problema es que el asunto se convirtió en bandera gubernamental, y las negociaciones e intereses particulares continúan predominando en la función pública, lejos de buscar el bien común de la sociedad.
Luego de intensas discusiones, los diputados aprobaron la extinción de 109 fideicomisos: seguramente el Palacio Nacional no cesa de celebrar; pasa al Senado para su discusión cuyo resultado muy probablemente será el mismo, con lo cual en un futuro próximo el discurso del hasta hoy protagonista político de este país será encaminado a una más de sus promesas de campaña cumplida…
Lo cierto es que los millones de pesos que regresarán a manos del Estado, no remediarán los índices de pobreza ni aportarán en nada a la corrupción: no todos los fideicomisos fueron manejados con la misma oscuridad, no todos sufrieron “malos manejos”, pero sí a todos se les trata por igual, desaparecen, punto final, sin importar si se trata de recursos para la investigación, ciencia y artes, atención a víctimas y búsqueda de desaparecidos… no se ha explicado cuántos aviadores había ni se han dado a conocer nombres; una vez más Andrés López lanza acusaciones sin argumentos.
Murió Mario Molina, el único mexicano al que se le ha otorgado un Premio Nobel, de Física justamente y por el tema del deterioro ambiental en el planeta; al respecto, el gobierno desafía su reconocimiento eliminando el organismo que permitía otorgar financiamiento a la investigación científica: temas de la mano tan sencillos como las recomendaciones del mundialmente reconocido Dr. Mario Molina respecto al uso del cubrebocas para prevenir el contagio del Covid-19. Así nomás…
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