“La libertad significa responsabilidad”.
George Bernard Shaw.
Parte de las obligaciones del Estado en estos tiempos de pandemia, es asumir la responsabilidad de implantar límites a la libertad que, en este caso, genera contagios.
Es evidente que las cosas deben cambiar en todo el mundo dado que, a pesar de los llamados a la adopción de medidas sanitarias, ciertas minorías siguen sin entender el uso obligatorio de cubrebocas, se desentienden del respeto a la sana distancia, no han adoptado las medidas recomendadas en torno al lavado de manos y uso de gel; cansados ya -como estamos todos- del distanciamiento social, frecuentan lugares públicos, organizan y/ó acuden a reuniones: exponen a la mayoría de la población que intenta cuidarse: es por ello el rebrote que hoy estamos padeciendo
Sabemos que es responsabilidad de los gobiernos -federal, estatal y municipal-, proteger el derecho a la salud lo cual implica reducir el número de contagios y por ende el número de muertes por covid-19 por lo que es hora de exigir a la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Ibarra su intervención para ordenar al Estado mayores medidas en favor del derecho a la salud de los mexicanos.
Nuevamente estamos perdiendo tiempo para entender que la libertad, uno de los valores más importantes para el ser humano, hoy debe estar supeditada a los intereses de la sociedad en torno a la salud: se perdió tiempo valioso al omitir las medidas necesarias para prevenir la llegada del virus, pese a lo que observábamos que sucedía en Europa; hemos visto también cómo, después del confinamiento, en aquel continente la sociedad volvió a la normalidad abarrotando restaurantes y lugares turísticos, omitiendo las medidas recomendadas, principalmente el uso del cubrebocas y la sana distancia, lo cual ocasionó un rebrote… hoy, los sistemas de salud están rebasados y los gobiernos europeos se han visto obligados a imponer nuevamente medidas restrictivas: ya tenemos la experiencia y a pesar de ello seguimos sin entender, lo cual nos llevará al retorno a semáforo rojo -que ya debería estar-, en varias entidades.
A la fecha, estamos conscientes de que, en nuestro país, la crisis requiere un cambio verdadero cambio de conductas mediante las que se favorezcan las recomendaciones de los expertos en salud, con mensajes claros y precisos -obvio no los de López Gatell-, para intentar frenar la propagación de la pandemia.
Es responsabilidad del gobierno federal -empezando por el presidente-, dirigir e impulsar en todos los órdenes las medidas recomendadas, así como limitar y controlar el acceso a lugares públicos que una minoría -irresponsablemente-, no está tomando de manera voluntaria: las circunstancias obligan a imponer soluciones drásticas toda vez que se ha visto que dejar las cosas a la conciencia y voluntad de las personas, lejos de resolver está agravando la situación.
Sobra reiterar la importancia de que la población entienda los riesgos que enfrenta por su salud; especialmente los jóvenes son un sector determinante al se deben dirigir mensajes directos y concretos, a manera de hacerlos conscientes y responsables dado que se resisten a limitar su vida social, acarreando un alto riesgo de contagio y de propagación del virus.
Es tiempo ya de comprender que mientras más tiempo tardemos en tomar medidas restrictivas, más costoso será superar la crisis no solo en términos económicos, sobre todo y lo más importante, en el costo de pérdidas de vida…
Somos libres; hoy, esta condición de vida exige ser responsables… ¡Así sea!
gamogui@hotmail.com