/ domingo 7 de marzo de 2021

Ecos lejanos | Bendito México…

Sí, efectivamente y por extraño que parezca, esta ha sido una de las muy pocas expresiones en las que coincido con Andrés López: “Bendito México”; y aunque me duele mi México, no deja de ser una tierra bendecida por Dios.

Pero, vayamos a la frase pronunciada el pasado lunes por el prejidente: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos…” Sabemos la complejidad que existe en la relación nuestro país y Estados Unidos, por varios temas sin duda una de las más complicadas a nivel mundial, aunque esencial para ambas naciones; una relación de socios y amigos, prioritaria para ambos gobiernos.

Es por ello que la reunión celebrada entre los presidentes Joe Biden y López Obrador demuestra el interés por trabajar juntos, lejos de las confrontaciones que en algún momento se pensó podría haber: bajo un espíritu de respeto mutuo habrá que afrontar temas en materia de migración, Covid, el desarrollo económico, cambio climático, seguridad, corrupción, etcétera.

Conforme a lo declarado por el presidente norteamericano al inicio de la reunión, Estados Unidos quiere retomar su liderazgo ante la región norteamericana, es por ello que el mandatario refirió que durante la administración Obama-Biden, decidieron tratar a México como iguales: “Todo lo que ustedes hagan repercute para nosotros y para América Latina, y el éxito de ustedes se esparce en el continente…”.

Es evidente la cordialidad con que se dio este primer encuentro; sin embargo, es indudable igualmente las visiones diferentes con que se ven temas importantísimos, como lo es el manejo de la pandemia: poco antes de la reunión, la Casa Blanca había rechazado la posibilidad de compartir sus vacunas con nuestro país, como lo pidió López Obrador ese mismo día por la mañana. La vocera del presidente norteamericano dejó claro que Biden está convencido de inmunizar a todos sus habitantes, antes de pretender ayudar a otros fuera de sus fronteras, tal y como lo demuestra su actuación desde el momento en que asumió el poder, en que la vacunación tomó mayor velocidad. Ahora, con la vacuna de Johnson & Johnson, la cifra de inoculaciones crecerá aún con mayor agilidad. Pero además, en EU está vigente el programa de 100 días usando cubrebocas decretado por Biden desde el día uno de su administración; salvo los estados que han decidido abrir comercios y deslindarse del cubrebocas -Misisipi y Texas-, veremos cómo nos va…

En la declaratoria conjunta tras la reunión, se concluye: “Ambos líderes se comprometieron a trabajar juntos para combatir la pandemia de covid-19, revitalizar la cooperación económica y a explorar áreas de colaboración frente al cambio climático. También destacaron la importancia de combatir la corrupción y de cooperar en materia de seguridad…”.

No obstante, como lo manifesté anteriormente, las diferencias sobre la emergencia sanitaria son claras, e igualmente lo serán quizá todos los frentes que intentarán resolver juntos: Está pendiente, por ejemplo, lo que dirán los legisladores en EU sobre los puntos del T-MEC en riesgo por la política energética; el combate al cambio climático no tiene nada que ver con proyectos como Dos Bocas o la Reforma de la Industria Eléctrica; en cuanto a materia de seguridad, son muchos los temas que hay que resolver; ante la cordial relación sostenida entre Donald Trump y López Obrador, México y EU ha reconocido la importancia de su relación que habrá que configurar nuevamente, y que de hecho ha comenzado en el terreno migratorio ante la posibilidad de dar residencia a 11 millones de personas, de acuerdo al planteamiento presentado.

Está claro pues, que la llamada entre los presidentes López Obrador y Joe Biden aporta una luz respecto al futuro de la relación, se trata de cooperar en comunión para afrontar los obstáculos internacionales más difíciles y urgentes como lo son la superación de la pandemia y el cambio climático. Lo cierto es que, como en todas las relaciones, el diálogo es el camino, en este caso en materia diplomática; el primero entre ambos presidentes, concluye con esperanza bajo la promesa del respeto a las soberanías entre México y Estados Unidos. Lo cierto es que México es y será clave para el futuro de Norteamérica.

Por el bien de todos, Estados Unidos abre su agenda, México está dispuesto al trabajo en conjunto. ¡Buenas noticias!


gamogui@hotmail.com

Sí, efectivamente y por extraño que parezca, esta ha sido una de las muy pocas expresiones en las que coincido con Andrés López: “Bendito México”; y aunque me duele mi México, no deja de ser una tierra bendecida por Dios.

Pero, vayamos a la frase pronunciada el pasado lunes por el prejidente: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos…” Sabemos la complejidad que existe en la relación nuestro país y Estados Unidos, por varios temas sin duda una de las más complicadas a nivel mundial, aunque esencial para ambas naciones; una relación de socios y amigos, prioritaria para ambos gobiernos.

Es por ello que la reunión celebrada entre los presidentes Joe Biden y López Obrador demuestra el interés por trabajar juntos, lejos de las confrontaciones que en algún momento se pensó podría haber: bajo un espíritu de respeto mutuo habrá que afrontar temas en materia de migración, Covid, el desarrollo económico, cambio climático, seguridad, corrupción, etcétera.

Conforme a lo declarado por el presidente norteamericano al inicio de la reunión, Estados Unidos quiere retomar su liderazgo ante la región norteamericana, es por ello que el mandatario refirió que durante la administración Obama-Biden, decidieron tratar a México como iguales: “Todo lo que ustedes hagan repercute para nosotros y para América Latina, y el éxito de ustedes se esparce en el continente…”.

Es evidente la cordialidad con que se dio este primer encuentro; sin embargo, es indudable igualmente las visiones diferentes con que se ven temas importantísimos, como lo es el manejo de la pandemia: poco antes de la reunión, la Casa Blanca había rechazado la posibilidad de compartir sus vacunas con nuestro país, como lo pidió López Obrador ese mismo día por la mañana. La vocera del presidente norteamericano dejó claro que Biden está convencido de inmunizar a todos sus habitantes, antes de pretender ayudar a otros fuera de sus fronteras, tal y como lo demuestra su actuación desde el momento en que asumió el poder, en que la vacunación tomó mayor velocidad. Ahora, con la vacuna de Johnson & Johnson, la cifra de inoculaciones crecerá aún con mayor agilidad. Pero además, en EU está vigente el programa de 100 días usando cubrebocas decretado por Biden desde el día uno de su administración; salvo los estados que han decidido abrir comercios y deslindarse del cubrebocas -Misisipi y Texas-, veremos cómo nos va…

En la declaratoria conjunta tras la reunión, se concluye: “Ambos líderes se comprometieron a trabajar juntos para combatir la pandemia de covid-19, revitalizar la cooperación económica y a explorar áreas de colaboración frente al cambio climático. También destacaron la importancia de combatir la corrupción y de cooperar en materia de seguridad…”.

No obstante, como lo manifesté anteriormente, las diferencias sobre la emergencia sanitaria son claras, e igualmente lo serán quizá todos los frentes que intentarán resolver juntos: Está pendiente, por ejemplo, lo que dirán los legisladores en EU sobre los puntos del T-MEC en riesgo por la política energética; el combate al cambio climático no tiene nada que ver con proyectos como Dos Bocas o la Reforma de la Industria Eléctrica; en cuanto a materia de seguridad, son muchos los temas que hay que resolver; ante la cordial relación sostenida entre Donald Trump y López Obrador, México y EU ha reconocido la importancia de su relación que habrá que configurar nuevamente, y que de hecho ha comenzado en el terreno migratorio ante la posibilidad de dar residencia a 11 millones de personas, de acuerdo al planteamiento presentado.

Está claro pues, que la llamada entre los presidentes López Obrador y Joe Biden aporta una luz respecto al futuro de la relación, se trata de cooperar en comunión para afrontar los obstáculos internacionales más difíciles y urgentes como lo son la superación de la pandemia y el cambio climático. Lo cierto es que, como en todas las relaciones, el diálogo es el camino, en este caso en materia diplomática; el primero entre ambos presidentes, concluye con esperanza bajo la promesa del respeto a las soberanías entre México y Estados Unidos. Lo cierto es que México es y será clave para el futuro de Norteamérica.

Por el bien de todos, Estados Unidos abre su agenda, México está dispuesto al trabajo en conjunto. ¡Buenas noticias!


gamogui@hotmail.com

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