/ domingo 11 de abril de 2021

Ecos lejanos | No soy el aire…

Se aprecia en el video el mensaje del responsable de inocular al paciente intentando transmitir un mensaje de tranquilidad ante la oportunidad de recibir una vacuna que muchos deseamos como un paliativo a esta pandemia que tantos estragos ha causado al mundo...

Instantes después, al observar el abarrotado centro de vacunación, las actividades se desarrollan sin problema con la presencia de médicos observadores y elementos de la Guardia Nacional, aparece una enfermera que nerviosamente pregunta por el nombre de la persona a la que supuestamente acaba de vacunar, pero que, pese a haber fingido hacer algo con las manos habiendo introducido una jeringa vacía, sólo había dado un piquete, por fortuna captado por un atento video-aficionado familiar, que se percató en el momento y tuvo oportunidad de reclamar, para hacer válida la real aplicación de la vacuna.

Fue un error -uno de cuando menos tres evidentes en diferentes partes del país- Lo cierto es que el cansancio, la incompetencia y/o la falta de capacitación del personal de enfermería encargado de la aplicación de las vacunas, han sido evidentes recursos -errores humanos-, utilizados por el Sistema de Salud para justificar lo que nadie ha querido pensar “acciones deliberadas del gobierno…”-así las calificó la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum-, o “montajes” como lo ha declarado Andrés López.

El caso es que, en un intento por minimizar los hechos tanto la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López, como el Director General del IMSS, Zoe Robledo, el problema se corrigió de inmediato ese problema, se vacunó a la persona, que es la parte más importante, se retiró a quienes cometieron esos “errores” y se está revisando cómo fue la contratación, cómo fue el proceso de capacitación y de qué manera sean implementado los protocolos, para entender un poco -un mucho-, cómo ocurrieron estas cosas…”, el proceso está en investigación.

Sabemos que México es el tercer país con mayores afectaciones en el mundo -así lo ha declarado la OMS-, es por ello que no son necesarios mayores razones para la incertidumbre y la desconfianza con que se ha manejado la pandemia desde el principio…

Hoy, muchos mexicanos -en su mayoría adultos mayores-, piensan estar vacunados; muchos más, queremos vivir con la tranquilidad de que nuestros allegados mayores de 60 años, ya están vacunados: “Usted tranquilo”, decía el hombre de la bata blanca mientras se frotaba las manos para prepararse a implantar el biológico a un esperanzado paciente al que, por fortuna, su acompañante estaba filmando… ¿Qué habría pasado si nadie lo hubiera grabado? Indudablemente los protocolos cambiarán y, una vez más, la sociedad civil habremos de estar más vigilantes -por desconfianza-, de los protocolos que habrán de seguirse en adelante; sin embargo, hoy mucha de la gente mayor de 60 años -que en teoría ya ha recibido una o las dos dosis de la vacuna, se deberá sentir más segura: lejos de “montajes o errores humanos”, nadie espera que el intento del gobierno que ha intentado -esperemos que en eso haya quedado-, inyectar aire a los mayores, intente seguir la cosecha de votos bajo el argumento de -conforme a sus propias declaraciones-, haber domado al menos una docena de veces a una pandemia, que sigue cobrando vidas: para “protocolos de ensayo o conejillos de indias”, los laboratorios y quienes se arriesgan a los protocolos serios y responsables, asumen su parte….

Finalmente, un aspecto más referente a la distribución de las vacunas… Dejemos un poco los cuestionamientos sobre aciertos y errores en la estrategia -de hecho, mediática y electoral-… Es evidente que las vacunas y su ritmo de aplicación son lentos e ineficaces; más aún, sabemos de miles-millares- de dosis cuyo destino ha sido incierto -se echaron a perder o las aplicaron a personas influyentes, pese a que el Prejidente aún no se ha vacunado…-. La verdad es que en el tema también se concluye una opacidad real, sin omitir el cada vez más escandaloso rumor respecto a la existencia de un mercado negro de vacunas.

Realmente, en este momento lo más importante es abonar a la confianza del “pueblo bueno y sabio”; es por ello que las pruebas y la estrategia de vacunación, -que no avanza a la velocidad esperada-, harán la diferencia; es muy delicado seguir alimentar dudas y las sigue provocando… ¿Cómo será que trascienda a nuestra historia?

Recordemos, no es Andrés López nuestro aire… seguiremos viviendo cuando se marche. Oh sí!


gamogui@hotmail.com

Se aprecia en el video el mensaje del responsable de inocular al paciente intentando transmitir un mensaje de tranquilidad ante la oportunidad de recibir una vacuna que muchos deseamos como un paliativo a esta pandemia que tantos estragos ha causado al mundo...

Instantes después, al observar el abarrotado centro de vacunación, las actividades se desarrollan sin problema con la presencia de médicos observadores y elementos de la Guardia Nacional, aparece una enfermera que nerviosamente pregunta por el nombre de la persona a la que supuestamente acaba de vacunar, pero que, pese a haber fingido hacer algo con las manos habiendo introducido una jeringa vacía, sólo había dado un piquete, por fortuna captado por un atento video-aficionado familiar, que se percató en el momento y tuvo oportunidad de reclamar, para hacer válida la real aplicación de la vacuna.

Fue un error -uno de cuando menos tres evidentes en diferentes partes del país- Lo cierto es que el cansancio, la incompetencia y/o la falta de capacitación del personal de enfermería encargado de la aplicación de las vacunas, han sido evidentes recursos -errores humanos-, utilizados por el Sistema de Salud para justificar lo que nadie ha querido pensar “acciones deliberadas del gobierno…”-así las calificó la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum-, o “montajes” como lo ha declarado Andrés López.

El caso es que, en un intento por minimizar los hechos tanto la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López, como el Director General del IMSS, Zoe Robledo, el problema se corrigió de inmediato ese problema, se vacunó a la persona, que es la parte más importante, se retiró a quienes cometieron esos “errores” y se está revisando cómo fue la contratación, cómo fue el proceso de capacitación y de qué manera sean implementado los protocolos, para entender un poco -un mucho-, cómo ocurrieron estas cosas…”, el proceso está en investigación.

Sabemos que México es el tercer país con mayores afectaciones en el mundo -así lo ha declarado la OMS-, es por ello que no son necesarios mayores razones para la incertidumbre y la desconfianza con que se ha manejado la pandemia desde el principio…

Hoy, muchos mexicanos -en su mayoría adultos mayores-, piensan estar vacunados; muchos más, queremos vivir con la tranquilidad de que nuestros allegados mayores de 60 años, ya están vacunados: “Usted tranquilo”, decía el hombre de la bata blanca mientras se frotaba las manos para prepararse a implantar el biológico a un esperanzado paciente al que, por fortuna, su acompañante estaba filmando… ¿Qué habría pasado si nadie lo hubiera grabado? Indudablemente los protocolos cambiarán y, una vez más, la sociedad civil habremos de estar más vigilantes -por desconfianza-, de los protocolos que habrán de seguirse en adelante; sin embargo, hoy mucha de la gente mayor de 60 años -que en teoría ya ha recibido una o las dos dosis de la vacuna, se deberá sentir más segura: lejos de “montajes o errores humanos”, nadie espera que el intento del gobierno que ha intentado -esperemos que en eso haya quedado-, inyectar aire a los mayores, intente seguir la cosecha de votos bajo el argumento de -conforme a sus propias declaraciones-, haber domado al menos una docena de veces a una pandemia, que sigue cobrando vidas: para “protocolos de ensayo o conejillos de indias”, los laboratorios y quienes se arriesgan a los protocolos serios y responsables, asumen su parte….

Finalmente, un aspecto más referente a la distribución de las vacunas… Dejemos un poco los cuestionamientos sobre aciertos y errores en la estrategia -de hecho, mediática y electoral-… Es evidente que las vacunas y su ritmo de aplicación son lentos e ineficaces; más aún, sabemos de miles-millares- de dosis cuyo destino ha sido incierto -se echaron a perder o las aplicaron a personas influyentes, pese a que el Prejidente aún no se ha vacunado…-. La verdad es que en el tema también se concluye una opacidad real, sin omitir el cada vez más escandaloso rumor respecto a la existencia de un mercado negro de vacunas.

Realmente, en este momento lo más importante es abonar a la confianza del “pueblo bueno y sabio”; es por ello que las pruebas y la estrategia de vacunación, -que no avanza a la velocidad esperada-, harán la diferencia; es muy delicado seguir alimentar dudas y las sigue provocando… ¿Cómo será que trascienda a nuestra historia?

Recordemos, no es Andrés López nuestro aire… seguiremos viviendo cuando se marche. Oh sí!


gamogui@hotmail.com

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