/ domingo 9 de junio de 2019

El adiestramiento militar

Las complejas y muy delicadas condiciones en que se dieron los hechos del 26 de mayo pasado, en la población de La Huacana, Michoacán, revelaron aspectos muy profundos respecto de la percepción social en general, respecto de las Fuerzas Armadas y en particular, la forma en que sus integrantes pueden responder ante situaciones de extremo peligro.

En los acontecimientos de La Huacana, quedó en claro, que si algo rige y guía las acciones de los militares mexicanos, es el compromiso con la población y en situaciones, aún críticas como las vividas en los referidos hechos, prevalece el respeto a los Derechos Humanos. No hay duda, de que esta realidad, forma parte a su vez, de la doctrina militar mexicana contemporánea, a la cual me referiré en posteriores entregas.

El adiestramiento del personal militar, es la única y exclusiva ruta, para profesionalizar, desarrollar y mejorar, las capacidades físicas e intelectuales de cada uno de los integrantes del Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México. No casual, por ejemplo, los extendidos reconocimientos que éstas han recibido en los últimos años tanto de parte de otras Fuerzas Armadas, como de organismos militares multinacionales. Basta con revisar cualquier encuesta, pública o privada, para constatar el notable aprecio y confianza que tienen soldados, pilotos y marinos ante el total de la sociedad, incluso en comparación con cualquier otra institución del Estado mexicano. Esto es resultado, sobre todo, del constante y disciplinado adiestramiento.

Por otra parte y también muy relevante, es la puesta en práctica del conjunto de valores o axiología que dirige/aplica todos los ciudadanos que deciden servir a la Patria, desde la profesión militar. Así, el honor, el espíritu de cuerpo, la abnegación, la vocación de servicio, la lealtad, la institucionalidad, se encuentran sostenidos por el patriotismo. De tal manera, que cualquier acción emprendida por el personal militar mexicano, tiene desde su concepción y planeo, la fundamental prioridad de servir a la sociedad, a las instituciones y por lo tanto, a la democracia. Ninguna orden, en ninguna jerarquía puede ir en otro sentido.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Las complejas y muy delicadas condiciones en que se dieron los hechos del 26 de mayo pasado, en la población de La Huacana, Michoacán, revelaron aspectos muy profundos respecto de la percepción social en general, respecto de las Fuerzas Armadas y en particular, la forma en que sus integrantes pueden responder ante situaciones de extremo peligro.

En los acontecimientos de La Huacana, quedó en claro, que si algo rige y guía las acciones de los militares mexicanos, es el compromiso con la población y en situaciones, aún críticas como las vividas en los referidos hechos, prevalece el respeto a los Derechos Humanos. No hay duda, de que esta realidad, forma parte a su vez, de la doctrina militar mexicana contemporánea, a la cual me referiré en posteriores entregas.

El adiestramiento del personal militar, es la única y exclusiva ruta, para profesionalizar, desarrollar y mejorar, las capacidades físicas e intelectuales de cada uno de los integrantes del Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México. No casual, por ejemplo, los extendidos reconocimientos que éstas han recibido en los últimos años tanto de parte de otras Fuerzas Armadas, como de organismos militares multinacionales. Basta con revisar cualquier encuesta, pública o privada, para constatar el notable aprecio y confianza que tienen soldados, pilotos y marinos ante el total de la sociedad, incluso en comparación con cualquier otra institución del Estado mexicano. Esto es resultado, sobre todo, del constante y disciplinado adiestramiento.

Por otra parte y también muy relevante, es la puesta en práctica del conjunto de valores o axiología que dirige/aplica todos los ciudadanos que deciden servir a la Patria, desde la profesión militar. Así, el honor, el espíritu de cuerpo, la abnegación, la vocación de servicio, la lealtad, la institucionalidad, se encuentran sostenidos por el patriotismo. De tal manera, que cualquier acción emprendida por el personal militar mexicano, tiene desde su concepción y planeo, la fundamental prioridad de servir a la sociedad, a las instituciones y por lo tanto, a la democracia. Ninguna orden, en ninguna jerarquía puede ir en otro sentido.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso