/ jueves 31 de enero de 2019

El amor nos hace más humanos

VER.- Que hay muchos problemas, ni quién lo niegue. Que hay muy buenas intenciones de erradicar la corrupción pública, es muy laudable, pero no fácil de conseguir. Que se pretende enderezar la política, es un anhelo plausible, pero hay mucha distancia para que sea un hecho.

Que hay mucho robo de gasolina y de otros recursos públicos, no hay día en que no tengamos más datos al respecto. Que si el actual Presidente de la República insiste en el amor al prójimo, en no robar, en seguir su “Cartilla Moral”, es motivo de burla, de risa, de ataques, porque dicen que se está volviendo un predicador moralista, algo ajeno al régimen laico que tiene como norma el país.

Muchos esposos ya no se soportan y su primera opción es separarse, porque se provocan heridas profundas, por infidelidades, golpes, ofensas. En varios casos lo más sano y justo es una separación, mientras las cosas no cambien. Proponerles que se perdonen, que se reconcilien, pareciera no sólo imposible, sino hasta inhumano e injusto. Se alegan derechos humanos, que ya han sido pisoteados por una u otra parte, e invitarles a amarse y salvar su hogar, pareciera sin sentido.

Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas

VER.- Que hay muchos problemas, ni quién lo niegue. Que hay muy buenas intenciones de erradicar la corrupción pública, es muy laudable, pero no fácil de conseguir. Que se pretende enderezar la política, es un anhelo plausible, pero hay mucha distancia para que sea un hecho.

Que hay mucho robo de gasolina y de otros recursos públicos, no hay día en que no tengamos más datos al respecto. Que si el actual Presidente de la República insiste en el amor al prójimo, en no robar, en seguir su “Cartilla Moral”, es motivo de burla, de risa, de ataques, porque dicen que se está volviendo un predicador moralista, algo ajeno al régimen laico que tiene como norma el país.

Muchos esposos ya no se soportan y su primera opción es separarse, porque se provocan heridas profundas, por infidelidades, golpes, ofensas. En varios casos lo más sano y justo es una separación, mientras las cosas no cambien. Proponerles que se perdonen, que se reconcilien, pareciera no sólo imposible, sino hasta inhumano e injusto. Se alegan derechos humanos, que ya han sido pisoteados por una u otra parte, e invitarles a amarse y salvar su hogar, pareciera sin sentido.

Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas