/ lunes 28 de diciembre de 2020

El año que vivimos en peligro y lo que falta

Se acaba el 2020. Definitivamente no fue el mejor año de nuestras vidas. En una democracia como la mexicana, que se ha ido poco a poco construyendo, con reformas al marco jurídico estructural para responder a los reclamos y exigencias de la sociedad mexicana, tenemos derecho a pedir cuentas. Uno de los rubros con mayor repercusión por tratarse de las vidas y salud de todas las personas, es el sistema nacional de salud.


La humanidad enfrentó en este año que ya termina, la pandemia más letal de los últimos 100 años, provocada por el coronavirus COVID-19. En el recuento internacional podemos distinguir las naciones que resolvieron enfrentarlo en las mejores condiciones a partir de políticas públicas debidamente avaladas científicamente y respaldadas por recursos públicos.


En México nos llegó la pandemia con un déficit causado por la desaparición del Seguro Popular sin una transición correcta al nuevo proyecto del Presidente López Obrador conocido como INSABI, dejando a decenas de miles de usuarias y usuarios sin los servicios que gozaban.


La crisis en materia de salud también repercutió a la salud de niñas y niños particularmente de quienes integran la primera infancia y que debieron recibir vacunas contra la tuberculosis, sarampión y también las del virus de papiloma humano para quienes entrarían a la pubertad; otras vacunas como la de tétanos o neumococo fueron difíciles de encontrar en los centros de salud. En algunos lugares la vacuna contra la influenza empezó a escasear en este invierno. Pero quizás lo que más impactó fue la falta de medicamentos para continuar el tratamiento de niñas y niños con cáncer, lo que provocó amparos, protestas, quejas ante la CNDH y denuncias por grave omisión del gobierno federal, lo que motivó puntos de acuerdo desde la oposición en el Congreso de la Unión; pero todo ha sido infructuoso para lograr niñas y niños pobres puedan continuar con su tratamiento, con riesgo de perder, como ya hapasado con algunos, su vida.


Lamentablemente en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 el monto que se dedicó para la compra de estas vacunas ha ido a la baja, entonces surge la pregunta como garantizará López Obrador la compra de estas vacunas para toda la población infantil de nuestro país.


En agosto de este año conocimos de la organización covid19.healthdata.org el análisis del Institute for Health Metrics and Evaluation de la University of Washington sobre México que señaló el ascenso del covid19 y para diciembre mencionaba que habrían habrán muerto más de 118.000 personas por esta enfermedad, cifra espeluznante pero real. Esta Universidad mencionaba era importante seguir las recomendaciones de la OMS para salvar vidas; especialmente especificó la importancia de las pruebas para la detección de zonas de mayor contagio y medidas para contener la enfermedad a partir de identificar a quienes sean asintomáticos. Lo que observamos desde marzo fue un desprecio a estas indicaciones, igualmente absurdos mensajes como que la pandemia le había caído -al Presidente- como anillo al dedo, que las estampitas prevenían el contagio, y el desprecio permanente contra el cubrebocas. Ahí las consecuencias.

Definitivamente los errores de gobierno en materia de salud, son el talón de Aquiles de López Obrador; son graves violaciones a los derechos humanos

Defensora de derechos humanos

Se acaba el 2020. Definitivamente no fue el mejor año de nuestras vidas. En una democracia como la mexicana, que se ha ido poco a poco construyendo, con reformas al marco jurídico estructural para responder a los reclamos y exigencias de la sociedad mexicana, tenemos derecho a pedir cuentas. Uno de los rubros con mayor repercusión por tratarse de las vidas y salud de todas las personas, es el sistema nacional de salud.


La humanidad enfrentó en este año que ya termina, la pandemia más letal de los últimos 100 años, provocada por el coronavirus COVID-19. En el recuento internacional podemos distinguir las naciones que resolvieron enfrentarlo en las mejores condiciones a partir de políticas públicas debidamente avaladas científicamente y respaldadas por recursos públicos.


En México nos llegó la pandemia con un déficit causado por la desaparición del Seguro Popular sin una transición correcta al nuevo proyecto del Presidente López Obrador conocido como INSABI, dejando a decenas de miles de usuarias y usuarios sin los servicios que gozaban.


La crisis en materia de salud también repercutió a la salud de niñas y niños particularmente de quienes integran la primera infancia y que debieron recibir vacunas contra la tuberculosis, sarampión y también las del virus de papiloma humano para quienes entrarían a la pubertad; otras vacunas como la de tétanos o neumococo fueron difíciles de encontrar en los centros de salud. En algunos lugares la vacuna contra la influenza empezó a escasear en este invierno. Pero quizás lo que más impactó fue la falta de medicamentos para continuar el tratamiento de niñas y niños con cáncer, lo que provocó amparos, protestas, quejas ante la CNDH y denuncias por grave omisión del gobierno federal, lo que motivó puntos de acuerdo desde la oposición en el Congreso de la Unión; pero todo ha sido infructuoso para lograr niñas y niños pobres puedan continuar con su tratamiento, con riesgo de perder, como ya hapasado con algunos, su vida.


Lamentablemente en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 el monto que se dedicó para la compra de estas vacunas ha ido a la baja, entonces surge la pregunta como garantizará López Obrador la compra de estas vacunas para toda la población infantil de nuestro país.


En agosto de este año conocimos de la organización covid19.healthdata.org el análisis del Institute for Health Metrics and Evaluation de la University of Washington sobre México que señaló el ascenso del covid19 y para diciembre mencionaba que habrían habrán muerto más de 118.000 personas por esta enfermedad, cifra espeluznante pero real. Esta Universidad mencionaba era importante seguir las recomendaciones de la OMS para salvar vidas; especialmente especificó la importancia de las pruebas para la detección de zonas de mayor contagio y medidas para contener la enfermedad a partir de identificar a quienes sean asintomáticos. Lo que observamos desde marzo fue un desprecio a estas indicaciones, igualmente absurdos mensajes como que la pandemia le había caído -al Presidente- como anillo al dedo, que las estampitas prevenían el contagio, y el desprecio permanente contra el cubrebocas. Ahí las consecuencias.

Definitivamente los errores de gobierno en materia de salud, son el talón de Aquiles de López Obrador; son graves violaciones a los derechos humanos

Defensora de derechos humanos