/ lunes 4 de abril de 2022

El avance de la tecnología militar rusa

María del Carmen Sánchez Mora*

Pese a que en la actualidad no se percibe una guerra de gran escala como en el siglo XX, el escenario internacional se construye por una serie de sucesos que marcan tensiones y la lucha por el poder debido a los constantes cambios en la geopolítica global. Los últimos años han estado definidos en la escena internacional por un ambiente tenso, por lo que a medida que las amenazas se propagan, existe una necesidad por avanzar en cuanto a la tecnología y estrategia militar.

El caso de Rusia se ha enfocado en el progreso de armas con tecnología de punta, pues el presidente Vladimir Putin, ha declarado en diversas ocasiones los avances en los prototipos de su armamento nacional. En este tema se destacan la defensa antimisiles y sistemas de defensa espacial, el desarrollo de vehículos aéreos no tripulados, así como el desarrollo de armas basadas en nuevos principios técnicos.

Algunos ejemplos son los misiles hipersónicos que tienen alcance intercontinental y consiguen velocidades extremas, se pueden utilizar para realizar un ataque de precisión contra un blanco militar o político a más de 10.000 kilómetros. Por lo que son casi imposibles de interceptar y pueden portar, incluso, una ojiva nuclear. Lo que supone una fuerte amenaza, a razón que gran cantidad de países no tendrían la posibilidad de reacción ante su utilización. Además, al ser armas estratégicas, están resueltas para tener como objetivo puntos clave como refugios, infraestructuras estratégicas, o instalaciones militares para debilitar al enemigo. Estos sistemas se han instalado en barcos de superficie y submarinos, para protección del territorio ruso.

Por otra parte, están los misiles de crucero de bajo vuelo, como “Burevestnik 9M730” que es apenas perceptible, cargauna ojiva nuclear y tiene un alcance prácticamente ilimitado. Una trayectoria de vuelo impredecible y la posibilidad de eludir las líneas de intercepción es invulnerable a todos los sistemas existentes y futuros de defensa antimisiles y aérea.

En el caso de los sistemas no tripulados multifuncionales, su avance significa una ventaja competitiva, ya que no se tiene de comprometer soldados en un enfrentamiento. En este tema se destaca el desarrollo de “Orion” un dron que puede cargar bombas que pesan 200 kg. Sin embargo, es posible adaptarlo para alcanzar hasta 500 kg. También, destaca que esta aeronave no tripulada le es posible ascender hasta una altura de 12 km y alcanzar velocidades de 200 kilómetros por hora, con una duración de vuelo de hasta 24 horas.

El desarrollo de esta tecnología supone una ventaja comparativa por parte de Rusia frente a las potencias, por lo que es necesario preguntar ¿Qué es lo que impulsa a las naciones a permanecer en este juego? Resulta que poseer armas eficaces, rápidas y funcionales, es la estrategia disuasiva-ofensiva que tienen las potencias como Rusia, por esta razón su prioridad es la modernización y actualización constante de sus herramientas bélicas.

La continua multiplicación de sofisticados sistemas de tecnología militar, como misiles con capacidad nuclear y la existencia de naves que constantemente incrementan el posible despliegue de armas nucleares, incide en los riesgos de un conflicto nuclear. Evitar el aumento de la proliferación de estas armas es una parte integral y esencial del proceso total y complejo del desarme. En el marco de este desarrollo bélico, y las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania, podemos expresar que nos encontramos en una carrera armamentista, en donde el impulso del progreso bélico desembocará en la participación de otros países en esta contienda competitiva irracional.

La amenaza se acrecienta día a día cuando se destinan miles de millones de dólares al gasto e investigación militar, en vez de dedicarlo a problemas sociales, como salud o alimentación. En esto es sencillo observar las verdaderas prioridades de los Estados. ¿Es este el camino que la humanidad quiere escribir en su historia? No debemos descansar nuestros esfuerzos, ahora más que nunca es cuando se debe abogar por el control de armamento y el desarme, puesto que, aunque pareciera que los escenarios llenos de catástrofe y terror son sólo una ficción, están más cerca de lo que se puede pensar.

*Experta en temas de seguridad, defensa, militarismo y armamentismo, actual coordinadora de investigación y diseño editorial de Akza Advisors.

María del Carmen Sánchez Mora*

Pese a que en la actualidad no se percibe una guerra de gran escala como en el siglo XX, el escenario internacional se construye por una serie de sucesos que marcan tensiones y la lucha por el poder debido a los constantes cambios en la geopolítica global. Los últimos años han estado definidos en la escena internacional por un ambiente tenso, por lo que a medida que las amenazas se propagan, existe una necesidad por avanzar en cuanto a la tecnología y estrategia militar.

El caso de Rusia se ha enfocado en el progreso de armas con tecnología de punta, pues el presidente Vladimir Putin, ha declarado en diversas ocasiones los avances en los prototipos de su armamento nacional. En este tema se destacan la defensa antimisiles y sistemas de defensa espacial, el desarrollo de vehículos aéreos no tripulados, así como el desarrollo de armas basadas en nuevos principios técnicos.

Algunos ejemplos son los misiles hipersónicos que tienen alcance intercontinental y consiguen velocidades extremas, se pueden utilizar para realizar un ataque de precisión contra un blanco militar o político a más de 10.000 kilómetros. Por lo que son casi imposibles de interceptar y pueden portar, incluso, una ojiva nuclear. Lo que supone una fuerte amenaza, a razón que gran cantidad de países no tendrían la posibilidad de reacción ante su utilización. Además, al ser armas estratégicas, están resueltas para tener como objetivo puntos clave como refugios, infraestructuras estratégicas, o instalaciones militares para debilitar al enemigo. Estos sistemas se han instalado en barcos de superficie y submarinos, para protección del territorio ruso.

Por otra parte, están los misiles de crucero de bajo vuelo, como “Burevestnik 9M730” que es apenas perceptible, cargauna ojiva nuclear y tiene un alcance prácticamente ilimitado. Una trayectoria de vuelo impredecible y la posibilidad de eludir las líneas de intercepción es invulnerable a todos los sistemas existentes y futuros de defensa antimisiles y aérea.

En el caso de los sistemas no tripulados multifuncionales, su avance significa una ventaja competitiva, ya que no se tiene de comprometer soldados en un enfrentamiento. En este tema se destaca el desarrollo de “Orion” un dron que puede cargar bombas que pesan 200 kg. Sin embargo, es posible adaptarlo para alcanzar hasta 500 kg. También, destaca que esta aeronave no tripulada le es posible ascender hasta una altura de 12 km y alcanzar velocidades de 200 kilómetros por hora, con una duración de vuelo de hasta 24 horas.

El desarrollo de esta tecnología supone una ventaja comparativa por parte de Rusia frente a las potencias, por lo que es necesario preguntar ¿Qué es lo que impulsa a las naciones a permanecer en este juego? Resulta que poseer armas eficaces, rápidas y funcionales, es la estrategia disuasiva-ofensiva que tienen las potencias como Rusia, por esta razón su prioridad es la modernización y actualización constante de sus herramientas bélicas.

La continua multiplicación de sofisticados sistemas de tecnología militar, como misiles con capacidad nuclear y la existencia de naves que constantemente incrementan el posible despliegue de armas nucleares, incide en los riesgos de un conflicto nuclear. Evitar el aumento de la proliferación de estas armas es una parte integral y esencial del proceso total y complejo del desarme. En el marco de este desarrollo bélico, y las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania, podemos expresar que nos encontramos en una carrera armamentista, en donde el impulso del progreso bélico desembocará en la participación de otros países en esta contienda competitiva irracional.

La amenaza se acrecienta día a día cuando se destinan miles de millones de dólares al gasto e investigación militar, en vez de dedicarlo a problemas sociales, como salud o alimentación. En esto es sencillo observar las verdaderas prioridades de los Estados. ¿Es este el camino que la humanidad quiere escribir en su historia? No debemos descansar nuestros esfuerzos, ahora más que nunca es cuando se debe abogar por el control de armamento y el desarme, puesto que, aunque pareciera que los escenarios llenos de catástrofe y terror son sólo una ficción, están más cerca de lo que se puede pensar.

*Experta en temas de seguridad, defensa, militarismo y armamentismo, actual coordinadora de investigación y diseño editorial de Akza Advisors.