/ martes 27 de noviembre de 2018

El ayatolá de Macuspana

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador no es un mesías como afirma Enrique Krauze, pero sí un ayatolá iraní —versión Macuspana— lo digo rejpetuojamente.

Pedro Arturo López Obrador, hermano de nuestro próximo presidente a partir del 1 de diciembre, grabó en 2016 un spot en apoyo a Miguel Ángel Yunes. El Peje, como quiere que le sigan llamando, reaccionó y desconoció a todos sus consanguíneos: "Yo ya no tengo hermanos". En respuesta su carnal lo calificó de "intolerante, tirano, de ayatolá” y tiempo después sus hermanos lo desconocieron y se alejaron de él. Chale.

¿Qué es un ayatolá? Palabra que proviene del árabe que significa “señal de Alá" o "señal de Dios", y es el segundo título más alto dentro del clero chií duodecimano. Estos líderes son considerados expertos en ciencias como la jurisprudencia, la filosofía, el conocimiento iluminativo y la moral. Los ayatolás no tienen derecho a imitar los métodos rivales, sino que deben resolver por sí mismos sus propias dudas. En México ya vamos en ese carril de la moral y hasta se convocó a la elaboración de la Constitución Moral, para atacar la corrupción, ósea clases de civismo. Chale otra vez.

En Macuspana. Irán se rige por un sistema dominado por el clero y por un líder supremo. En México afortunadamente tenemos un régimen democrático y contrapesos —bueno eso espero—. Pedro Arturo López Obrador ha contado que “Andrés no le habla a nadie, ni a su gente de confianza. Es mucho el egoísmo… se compara con Vicente Guerrero, dice que la patria es primero, pero no, la verdad es que su filosofía es la del yo-yo, yo primero… debería preguntarse por qué sus hermanos ya no estamos con él”.

En Irán existe el puesto de líder supremo que es vitalicio, en nuestro país habrá elecciones presidenciales y un referéndum cada seis y tres años respectivamente. En ese país existe la figura del Consejo de Guardianes que tienen el poder de descalificar a cualquier candidato "casi por cualquier razón". En México tendremos a nuestros súper delegados. Chale una vez más.

En la FIL de Guadalajara se presentó La transición presidencial. México 2018 coordinado por Álvaro Arreola y Raúl Trejo Delarbre. En la página 202 se emite la siguiente recomendación que deberíamos de leer antes del primer minuto de diciembre de nuestra etapa iraní: “legisladores, gobernadores y presidentes municipales junto con grupos empresariales, asociaciones civiles, medios de comunicación que decidan alinearse, por conveniencia, con el flamante “Jefe de Estado”. Y con ello, por supuesto, no presagiaría nada bueno. Por lo menos en términos democráticos”. El profesor José Woldenberg le llama “Jefe de Estado”, otros le llamamos el ayatolá de Macuspana.

¿La pura Netflix? La semana pasada se presentó #Roma de Alfonso Cuarón quien se queja de que su película no se presenta en más salas de cine y señala como los malos de la película a los exhibidores. Pero ahí les va el guion del contrato con Netflix: él aceptó que se transmitiera a través de streaming. Y si quería que llegara a salas tradicionales, la responsabilidad es de su productor quien tuvo que negociarlo con anticipación y no 15 días antes del estreno. La mera neta la estrategia es hacer escandalo con fines publicitarios, lo cual ya pasó. Entonces corte porque se acabó la acción.

*Académico y comunicólogo político por

la FCPyS-UNAM.

@gersonmecalco

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador no es un mesías como afirma Enrique Krauze, pero sí un ayatolá iraní —versión Macuspana— lo digo rejpetuojamente.

Pedro Arturo López Obrador, hermano de nuestro próximo presidente a partir del 1 de diciembre, grabó en 2016 un spot en apoyo a Miguel Ángel Yunes. El Peje, como quiere que le sigan llamando, reaccionó y desconoció a todos sus consanguíneos: "Yo ya no tengo hermanos". En respuesta su carnal lo calificó de "intolerante, tirano, de ayatolá” y tiempo después sus hermanos lo desconocieron y se alejaron de él. Chale.

¿Qué es un ayatolá? Palabra que proviene del árabe que significa “señal de Alá" o "señal de Dios", y es el segundo título más alto dentro del clero chií duodecimano. Estos líderes son considerados expertos en ciencias como la jurisprudencia, la filosofía, el conocimiento iluminativo y la moral. Los ayatolás no tienen derecho a imitar los métodos rivales, sino que deben resolver por sí mismos sus propias dudas. En México ya vamos en ese carril de la moral y hasta se convocó a la elaboración de la Constitución Moral, para atacar la corrupción, ósea clases de civismo. Chale otra vez.

En Macuspana. Irán se rige por un sistema dominado por el clero y por un líder supremo. En México afortunadamente tenemos un régimen democrático y contrapesos —bueno eso espero—. Pedro Arturo López Obrador ha contado que “Andrés no le habla a nadie, ni a su gente de confianza. Es mucho el egoísmo… se compara con Vicente Guerrero, dice que la patria es primero, pero no, la verdad es que su filosofía es la del yo-yo, yo primero… debería preguntarse por qué sus hermanos ya no estamos con él”.

En Irán existe el puesto de líder supremo que es vitalicio, en nuestro país habrá elecciones presidenciales y un referéndum cada seis y tres años respectivamente. En ese país existe la figura del Consejo de Guardianes que tienen el poder de descalificar a cualquier candidato "casi por cualquier razón". En México tendremos a nuestros súper delegados. Chale una vez más.

En la FIL de Guadalajara se presentó La transición presidencial. México 2018 coordinado por Álvaro Arreola y Raúl Trejo Delarbre. En la página 202 se emite la siguiente recomendación que deberíamos de leer antes del primer minuto de diciembre de nuestra etapa iraní: “legisladores, gobernadores y presidentes municipales junto con grupos empresariales, asociaciones civiles, medios de comunicación que decidan alinearse, por conveniencia, con el flamante “Jefe de Estado”. Y con ello, por supuesto, no presagiaría nada bueno. Por lo menos en términos democráticos”. El profesor José Woldenberg le llama “Jefe de Estado”, otros le llamamos el ayatolá de Macuspana.

¿La pura Netflix? La semana pasada se presentó #Roma de Alfonso Cuarón quien se queja de que su película no se presenta en más salas de cine y señala como los malos de la película a los exhibidores. Pero ahí les va el guion del contrato con Netflix: él aceptó que se transmitiera a través de streaming. Y si quería que llegara a salas tradicionales, la responsabilidad es de su productor quien tuvo que negociarlo con anticipación y no 15 días antes del estreno. La mera neta la estrategia es hacer escandalo con fines publicitarios, lo cual ya pasó. Entonces corte porque se acabó la acción.

*Académico y comunicólogo político por

la FCPyS-UNAM.

@gersonmecalco