El canciller Marcelo Ebrard Casaubon ha desempeñado una labor aceptable al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores en estos primeros cinco meses del gobierno deAndrés Manuel López Obrador, durante los cuales se ha distinguido por empezar a darle un viraje a la política exterior de nuestro país, pero sobre todo comenzar a diseñar una nueva imagen ante los ojos del mundo.
Bajo el principio del respeto al derecho ajeno es la paz, el titular de la SRE ha dejado en claro que México es un país que busca la paz y la hermandad entre los pueblos, y que ha preferido alejarse de las disputas o confrontaciones, sobre todo con el presidente Donald Trump, quien no ha dejado de lanzar ataques y acusaciones a México, o como en el caso Venezuela en el que ha dejado claro la no intervención.
El exjefe de Gobierno capitalino juega con el librito de la política y no se equivoca, realiza un acertado papel y se puede decir que, hasta el momento, podría ser uno de los mejores evaluados del gabinete presidencial, aunque el Primer Mandatario mencionó hace unos días que todo su equipo de colaboradores hacen bien la tarea, que todos merecen una buena calificación.
Mesurado, claro y contundente tuvo que salir a frenar los señalamientos de Trump y sus amenazas de cerrar la frontera sur, por considerar que la actual administración no hacía nada para frenar la ola de migrantes centroamericanos, a lo que atajó que se trabaja responsablemente en el tema. México no actúa con base en amenazas. El fenómeno migratorio dentro de territorio nacional es un tema que le compete atender a México sin seguir alguna indicación de los Estados Unidos, fue la respuesta del canciller.
Lo mismo ha fijado la indeclinable postura de nuestro país de no pronunciarse en el conflicto de Venezuela, y encabezó la iniciativa del Mecanismo de Montevideo para buscar una salida por la vía pacífica, mediante el diálogo y la negociación, a pesar de que partidos opositores han cuestionado al Jefe del Ejecutivo por no pronunciarse en contra de Nicolás Maduro.
Son apenas cinco meses al frente de la Cancillería y Marcelo Ebrard ha respondido con creces, se ha ganado ya, junto con México, un lugar en el plano internacional. Sin duda, es uno a los que no hay que perderlos de vista para los tiempos que están por venir.
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