/ miércoles 18 de agosto de 2021

El boom inmobiliario que olvidó a la gente

La Ciudad de México cambiará radicalmente en los próximos meses con el denominado boom inmobiliario promovido desde el Palacio del Ayuntamiento.

Con la emisión de una serie de lineamientos y una iniciativa enviada al congreso por la Jefa de Gobierno en materia de vivienda y construcción, se pretende cambiar el rostro de la capital del país, con el argumento de una reactivación económica y al amparo de garantizar el derecho a la vivienda consagrado en la constitución de la Ciudad de México.

Si se estudia en lo individual, pareciera que la intención es noble, sin embargo, al analizarla en su conjunto se puede apreciar una intención perversa para permitir una serie de obras que lejos de favorecer o promover la vivienda de interés social como lo declaró la Jefa de Gobierno, pretende dar autonomía a las empresas constructoras quienes tendrán beneficios fiscales además de un incremento en el costo de las viviendas de entre el 11 al 20%.

Esta administración que en su momento denunció los lineamientos emitidos el 4 de agosto, mencionando que en el 2013 fueron autorizados 333 polígonos de actuación, cuando en 2012 eran 59, ahora permitirá de manera inmediata el inicio de obras y actividades inherentes a la construcción de proyectos inmobiliarios en 149 tramos en vías primarias y de acceso controlado.

Muchos de los tramos en los que se autorizarán las construcciones están en zonas con graves problemas de suministro de agua, el cambio en las dinámicas diarias de quienes viven en esas colonias será radical y parece no importar a un gobierno que se dice cercano a la gente.

A lo anterior habrá que sumar que en los lineamientos citados se establece la imposibilidad de imponer una sanción como medida cautelar, de seguridad o bien, la suspensión temporal, total o parcial de las obras de construcción, llegando a la clausura de la misma.

Vivimos en la ciudad de lo irreal, el gobierno que un día se quejó de la administración anterior por estar al servicio del sector inmobiliario, hoy parece buscar detonar en lo inmediato un nuevo boom en las construcciones, con la diferencia que esta vez se pretende hacerlo de manera burda, descarada y dándole la espalda a la ciudadanía e ignorando sus necesidades.

La Ciudad de México cambiará radicalmente en los próximos meses con el denominado boom inmobiliario promovido desde el Palacio del Ayuntamiento.

Con la emisión de una serie de lineamientos y una iniciativa enviada al congreso por la Jefa de Gobierno en materia de vivienda y construcción, se pretende cambiar el rostro de la capital del país, con el argumento de una reactivación económica y al amparo de garantizar el derecho a la vivienda consagrado en la constitución de la Ciudad de México.

Si se estudia en lo individual, pareciera que la intención es noble, sin embargo, al analizarla en su conjunto se puede apreciar una intención perversa para permitir una serie de obras que lejos de favorecer o promover la vivienda de interés social como lo declaró la Jefa de Gobierno, pretende dar autonomía a las empresas constructoras quienes tendrán beneficios fiscales además de un incremento en el costo de las viviendas de entre el 11 al 20%.

Esta administración que en su momento denunció los lineamientos emitidos el 4 de agosto, mencionando que en el 2013 fueron autorizados 333 polígonos de actuación, cuando en 2012 eran 59, ahora permitirá de manera inmediata el inicio de obras y actividades inherentes a la construcción de proyectos inmobiliarios en 149 tramos en vías primarias y de acceso controlado.

Muchos de los tramos en los que se autorizarán las construcciones están en zonas con graves problemas de suministro de agua, el cambio en las dinámicas diarias de quienes viven en esas colonias será radical y parece no importar a un gobierno que se dice cercano a la gente.

A lo anterior habrá que sumar que en los lineamientos citados se establece la imposibilidad de imponer una sanción como medida cautelar, de seguridad o bien, la suspensión temporal, total o parcial de las obras de construcción, llegando a la clausura de la misma.

Vivimos en la ciudad de lo irreal, el gobierno que un día se quejó de la administración anterior por estar al servicio del sector inmobiliario, hoy parece buscar detonar en lo inmediato un nuevo boom en las construcciones, con la diferencia que esta vez se pretende hacerlo de manera burda, descarada y dándole la espalda a la ciudadanía e ignorando sus necesidades.