A 108 años de la creación de la Universidad Nacional de México, institución pública que ha hecho posible la movilidad y justicia social en nuestro país.
México será diferente a partir del 2 de julio de 2018. El proceso electoral en marcha para renovar la Presidencia de la República dejará múltiples enseñanzas y experiencias que, no tengo duda, harán que nuestro sistema político avance y se modernice.
En ese sentido, la contribución que ha hecho Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” a la competencia política y a la relación que debe existir entre gobernantes y gobernados ocupa un lugar central.
Se trata del candidato sin partido más exitoso en la historia electoral mexicana.
Irrumpiendo en la escena pública desde 2015 como el triunfador indiscutible en la elección de gobernador en el Estado de Nuevo León, “El Bronco” ha causado polémica y en algunos casos desaprobación, pero persona alguna puede negar que se trata de un hombre auténtico, que producto de la cultura del esfuerzo y del trabajo duro ha logrado despuntar en lo económico y ahora en lo político.
La franqueza, humildad y visión con la que expresa sus planteamientos y responde a los duros cuestionamientos de periodistas y detractores, lo han fortalecido como un político preparado, coherente y sincero, portador de una oferta política distinta e innovadora no porque esté descubriendo el hilo negro, sino por la claridad y sencillez de sus propuestas.
Me parece que más allá de que avancen propuestas como cortar la mano a servidores públicos corruptos, “El Bronco” ha hecho su trabajo en el sentido de expresar el sentir de la sociedad y evidenciar la problemática que persiste en nuestro país.
Lo cierto es que gracias a este tipo de propuestas, millones de personas ya lo conocen, lo cual no es fácil de lograr en un contexto repleto de información y de actores políticos en disputa. Por ello, “El Bronco” ya ganó.
Se trata del único contendiente que no hace mítines, sino recorridos en las plazas públicas a fin de conversar con la gente de a pie y conocer sus exigencias. Se dice fácil, pero pocos gobernantes se atreven a caminar así por las calles.
“El Bronco” está plantando nuevos derroteros en la cercanía que nunca debió perderse entre mandantes y mandatarios, para lo cual no se requieren grandes equipos de logística ni de encuestadores, sino simple y llanamente vivir como el resto de los mortales: en la tierra.
Se dice fácil, pero en los hechos no es común ser sensible a los problemas de los otros. Y quizá ése sea el principal atributo de “El Bronco”, que lo mismo puede hablar con un empresario, que con un académico o con una ama de casa, escuchando y atendiendo la conversación.
Sensibilidad es una cualidad que no puede faltar en política, pero paradójicamente es lo que más ha escaseado, repercutiendo en que la sociedad se sienta desatendida y en muchos casos burlada y engañada por sus gobernantes.
Por ello, no tengo duda de que la figura de “El Bronco” ha contribuido al fortalecimiento de la democracia en México.
camachovargas@prodigy.net.mx
@jlcamachov