/ miércoles 29 de agosto de 2018

El cambio climático traducido en desastres

Sobra decir que el cambio climático es un hecho que afecta a todo nuestro planeta, una transformación que afecta a cada rincón del orbe, principalmente con fenómenos meteorológicos que al menos hasta ahora resultaban inusuales, además de vivir temperaturas extremas, tanto en el frío, como en el calor, que entre otras cosas está llevando al derretimiento de los casquetes de hielo en los polos.

El cambio que se está dando en el clima, se ha gestado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero, algo que va mucho más allá de emisiones al aire de la industria y la fabricación de todo tipo de aerosoles, pasando incluso por la crianza de animales con fines alimenticios, cuyos desperdicios también generan los referidos gases.

Actualmente el cambio del clima, nos golpea de diferentes formas. Ejemplo de ello son los huracanes que cada vez se forman con mayor frecuencia en nuestros océanos, además de que golpean con más fuerza a nuestras costas, lo que se refleja tanto en la fuerza de sus vientos, como en la gran cantidad de agua que contienen, generando inundaciones y cada vez más daños materiales y humanos.

Esta drástica transformación que hoy vivimos en el clima a nivel global, hace que nuestras vidas dejen de ser como lo habían sido hasta hace no muchos años, afectando nuestro día a día en términos personales, laborales y por supuesto de salud.

Hasta hace no mucho tiempo, por ejemplo, los pilotos de aviones y controladores aéreos, se regían bajo determinados esquemas para determinar si volar o no frente a una tormenta o bien cambiar el plan de vuelo. Finalmente se podía saber qué esperar del clima en cada región y tomar las precauciones necesarias al respecto.

Eso, gradualmente va dejando de ser así, dado que actualmente hay lugares donde llega a nevar, cuando en años previos, aún en invierno se registraban altas temperaturas, como ocurre en algunas zonas desérticas, como el Sahara en el norte de África o naciones del Oriente Medio asiático. En contraste, zonas montañosas de Canadá, donde antes se registraban copiosas nevadas invernales e incluso primaverales, hoy tienen cada vez menos precipitaciones invernales, como lo constató el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, al filmar la película “El Renacido”, para la que requería grandes superficies nevadas y tuvo problemas para encontrarlas.

Por otra parte, apenas el pasado 31 de julio, en la ciudad de Durango, un avión de Aeroméxico que apenas despegaba con destino a la Ciudad de México, se precipitó a tierra cuando apenas levantaba el vuelo, según se indica hasta ahora por condiciones inusuales del clima, en una fuerte precipitación que se registraba en ese momento, conocida como microrráfaga descendente, un fenómeno del que no se tenía registro en la capital duranguense cuando menos en la última década y del que apenas en los últimos 20 días se ha dado en dos ocasiones.

Gracias a la pericia de los pilotos de la aeronave y la oportuna actuación del resto de la tripulación, el accidente no arrojó víctimas mortales, pero algo sí deja en claro, cada vez es menos factible volar un avión bajo criterios de otros años. Actualmente se hace frente cada vez a tormentas más fuertes y condiciones extremas que incrementan en riesgo de volar y la necesidad de tener nuevos aprendizajes sobre cómo hacer frente a las sorpresas que el clima nos pueda dar. Las transformaciones que estamos viviendo en la materia implican cada vez más riesgos de un desastre y desde luego la necesidad de trabajar, sino para revertir, sí al menos para desacelerar los fenómenos que vivimos en la actualidad.


Senadora de la República

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre


Sobra decir que el cambio climático es un hecho que afecta a todo nuestro planeta, una transformación que afecta a cada rincón del orbe, principalmente con fenómenos meteorológicos que al menos hasta ahora resultaban inusuales, además de vivir temperaturas extremas, tanto en el frío, como en el calor, que entre otras cosas está llevando al derretimiento de los casquetes de hielo en los polos.

El cambio que se está dando en el clima, se ha gestado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero, algo que va mucho más allá de emisiones al aire de la industria y la fabricación de todo tipo de aerosoles, pasando incluso por la crianza de animales con fines alimenticios, cuyos desperdicios también generan los referidos gases.

Actualmente el cambio del clima, nos golpea de diferentes formas. Ejemplo de ello son los huracanes que cada vez se forman con mayor frecuencia en nuestros océanos, además de que golpean con más fuerza a nuestras costas, lo que se refleja tanto en la fuerza de sus vientos, como en la gran cantidad de agua que contienen, generando inundaciones y cada vez más daños materiales y humanos.

Esta drástica transformación que hoy vivimos en el clima a nivel global, hace que nuestras vidas dejen de ser como lo habían sido hasta hace no muchos años, afectando nuestro día a día en términos personales, laborales y por supuesto de salud.

Hasta hace no mucho tiempo, por ejemplo, los pilotos de aviones y controladores aéreos, se regían bajo determinados esquemas para determinar si volar o no frente a una tormenta o bien cambiar el plan de vuelo. Finalmente se podía saber qué esperar del clima en cada región y tomar las precauciones necesarias al respecto.

Eso, gradualmente va dejando de ser así, dado que actualmente hay lugares donde llega a nevar, cuando en años previos, aún en invierno se registraban altas temperaturas, como ocurre en algunas zonas desérticas, como el Sahara en el norte de África o naciones del Oriente Medio asiático. En contraste, zonas montañosas de Canadá, donde antes se registraban copiosas nevadas invernales e incluso primaverales, hoy tienen cada vez menos precipitaciones invernales, como lo constató el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, al filmar la película “El Renacido”, para la que requería grandes superficies nevadas y tuvo problemas para encontrarlas.

Por otra parte, apenas el pasado 31 de julio, en la ciudad de Durango, un avión de Aeroméxico que apenas despegaba con destino a la Ciudad de México, se precipitó a tierra cuando apenas levantaba el vuelo, según se indica hasta ahora por condiciones inusuales del clima, en una fuerte precipitación que se registraba en ese momento, conocida como microrráfaga descendente, un fenómeno del que no se tenía registro en la capital duranguense cuando menos en la última década y del que apenas en los últimos 20 días se ha dado en dos ocasiones.

Gracias a la pericia de los pilotos de la aeronave y la oportuna actuación del resto de la tripulación, el accidente no arrojó víctimas mortales, pero algo sí deja en claro, cada vez es menos factible volar un avión bajo criterios de otros años. Actualmente se hace frente cada vez a tormentas más fuertes y condiciones extremas que incrementan en riesgo de volar y la necesidad de tener nuevos aprendizajes sobre cómo hacer frente a las sorpresas que el clima nos pueda dar. Las transformaciones que estamos viviendo en la materia implican cada vez más riesgos de un desastre y desde luego la necesidad de trabajar, sino para revertir, sí al menos para desacelerar los fenómenos que vivimos en la actualidad.


Senadora de la República

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

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Tw: @Yoladelatorre