Leal a Andrés Manuel López Obrador y a su proyecto, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, siempre se ha distinguido por su eficiencia en los diversos cargos y encomiendas que ha tenido a lo largo de su vasta trayectoria, primero de la mano del extinto Manuel Camacho Solís y luego del político tabasqueño, quien lo considera de su equipo más cercano.
Forjado en las filas priistas, el exjefe de Gobierno capitalino tiene ahora sobre sus hombros el manejo de la política exterior de México, tarea nada fácil sobre todo porque mucho se ha mencionado lo que nuestro país ha dejado de hacer en la materia. Por lo pronto, la postura ante la crisis política en Venezuela marca el nuevo rumbo.
Ebrard Casaubón ha dejado en claro que nuestro país se acoge al principio de no intervención conforme lo estipula el artículo 89 constitucional, por lo que no se sumará al reconocimiento de Juan Guaidó, como presidente de Venezuela, en lugar deNicolás Maduro, y dijo que la apuesta es al diálogo y a la paz. Hasta el momento 34 Estados miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA) han manifestado su “pleno respaldo” al mandatario interino.
“Para no equivocarnos es mejor ceñirnos a los que establece la Constitución y poder conjugar en armonía cuatro principios básicos: no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de controversias y el respeto a los derechos humanos”, declaró ante los reporteros, en medio de la insistencia de diversos partidos y actores políticos del país de desconocer a Maduro.
Los oficios de política exterior no le son ajenos, ya que si bien se ha desempeñado en posiciones que pasan desde cargos de elección popular hasta secretario de Seguridad Pública en el otrora Distrito Federal, tiene además formación académica en Relaciones Internacionales y ocupó la subsecretaría de Relaciones Exteriores en la corta etapa de Camacho Solís como canciller, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. También se desempeñó como presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de la ONU y desde hace tiempo ha sido puente de López Obrador con distintos gobiernos, organismos internacionales y organizaciones de migrantes.
La experiencia y capacidad de Marcelo Ebrard no están en duda, características que contribuirán a mejorar la imagen de México en el extranjero y, si no, al tiempo: Marcelo Ebrard es una figura Presidenciable. Aunque falte mucho tiempo.
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