/ viernes 7 de enero de 2022

El capitalismo de vigilancia

El año inicia y se enfrentan grandes desafíos como la pandemia, el reto económico, en específico el tema educativo; pero también hay que poner la alarma para tener una respuesta a los mecanismos de explotación cada vez más atroces, depredadores e insensibles, como el capitalismo de vigilancia. Éste es definido por su autora Shoshana Zuboff como la mercantilización de la información personal, lo cual significa que todos nuestros datos personales están a la merced del mejor postor.

La izquierda surgió como una respuesta a los abusos de la revolución industrial; hoy los avances tecnológicos están generando formas de exclusión más brutales y con un mayor control. Como explica Zuboff, profesora emérita de Harvard, las compañías han llegado a un punto en el que obtienen la información personal de la población sin tener su consentimiento expreso, creando así un nuevo modelo de corporatocracia.

Es una realidad que este capitalismo de vigilancia hace uso del análisis de datos, como argumenta Zuboff, toda vez que los corporativos escuchan, rastrean y analizan la información personal de nuestros celulares, computadoras y demás dispositivos electrónicos, muchas veces sin nuestro consentimiento; todo ello para que a través de algoritmos e inteligencia artificial, nuestros aparatos muestren un contenido personalizado que se utiliza siempre con un fin comercial.

Ante este fenómeno, que representa un ataque directo a la libertad de expresión y a la privacidad de cada uno de nosotros, ya se han tomado medidas importantes. Destaca la demanda en 2021 en la que una empresa de redes sociales perdió por más de 600 millones de dólares por un conflicto de privacidad; ya que se comprobó que ésta recopilaba información personal como datos biométricos de manera ilegal para identificar rostros, violando múltiples leyes.

Frente al capitalismo de vigilancia y las nuevas formas de explotación y control, toma mayor importancia la transformación de la vida pública, en el sentido de que es necesario implementar una política humanista e incluyente, en la cual la tecnología no sea un instrumento de dominación, sino de plenitud y desarrollo. La agenda de la izquierda en los próximos años tendrá que considerar la interacción de elementos como la inteligencia artificial y el capitalismo de vigilancia en la vida pública, política, social y educativa del país. XXXTwitter: LuisH_Fernandez

El año inicia y se enfrentan grandes desafíos como la pandemia, el reto económico, en específico el tema educativo; pero también hay que poner la alarma para tener una respuesta a los mecanismos de explotación cada vez más atroces, depredadores e insensibles, como el capitalismo de vigilancia. Éste es definido por su autora Shoshana Zuboff como la mercantilización de la información personal, lo cual significa que todos nuestros datos personales están a la merced del mejor postor.

La izquierda surgió como una respuesta a los abusos de la revolución industrial; hoy los avances tecnológicos están generando formas de exclusión más brutales y con un mayor control. Como explica Zuboff, profesora emérita de Harvard, las compañías han llegado a un punto en el que obtienen la información personal de la población sin tener su consentimiento expreso, creando así un nuevo modelo de corporatocracia.

Es una realidad que este capitalismo de vigilancia hace uso del análisis de datos, como argumenta Zuboff, toda vez que los corporativos escuchan, rastrean y analizan la información personal de nuestros celulares, computadoras y demás dispositivos electrónicos, muchas veces sin nuestro consentimiento; todo ello para que a través de algoritmos e inteligencia artificial, nuestros aparatos muestren un contenido personalizado que se utiliza siempre con un fin comercial.

Ante este fenómeno, que representa un ataque directo a la libertad de expresión y a la privacidad de cada uno de nosotros, ya se han tomado medidas importantes. Destaca la demanda en 2021 en la que una empresa de redes sociales perdió por más de 600 millones de dólares por un conflicto de privacidad; ya que se comprobó que ésta recopilaba información personal como datos biométricos de manera ilegal para identificar rostros, violando múltiples leyes.

Frente al capitalismo de vigilancia y las nuevas formas de explotación y control, toma mayor importancia la transformación de la vida pública, en el sentido de que es necesario implementar una política humanista e incluyente, en la cual la tecnología no sea un instrumento de dominación, sino de plenitud y desarrollo. La agenda de la izquierda en los próximos años tendrá que considerar la interacción de elementos como la inteligencia artificial y el capitalismo de vigilancia en la vida pública, política, social y educativa del país. XXXTwitter: LuisH_Fernandez