/ domingo 22 de noviembre de 2020

El caso del General Cienfuegos

Casos de tanta visibilidad mediática y política, se ven rodeados de forma sistemática, por una larga serie de interpretaciones, la mayor parte de ellas, sustentadas en apreciaciones precipitadas, plagadas de subjetividades y por lo tanto, sus aportaciones a un debate organizado y argumentado, son muy limitadas. E incluso las distorsiones generadas a los acontecimientos comprobables, se ven afectados cuando las pruebas y la veracidad debieran imponerse para propiciar la estabilidad necesaria ante la crisis vivida. Ahora no es diferente.

Desde su arbitraria detención en Los Ángeles, justo con su familia, el trato, para decir lo menos, había sido ríspido. El General Salvador Cienfuegos, ex Secretario de la Defensa Nacional, ha sido actor central de un episodio que sin duda es parte de la historia siempre compleja, de las relaciones entre México y los Estados Unidos. En esta ocasión con dos variables internas del sistema político de aquél país y que de ninguna forma se pueden hacer a un lado: el proceso electoral y la derrota del Presidente Donald Trump –con el consecuente ajuste en las élites burocráticas, políticas y camerales. Y el segundo, como consecuencia directa de lo anterior, con la preparación de los relevos en las áreas civiles de Seguridad e Inteligencia.

Esas dos variables, pese a que en la opinión pública y las observaciones de la gran mayoría de los comentaristas, a penas son referidos, jugaron un papel muy importante en cuanto a las negociaciones y acuerdos con las autoridades mexicanas. Las forma de cooperar entre las naciones, parte de un supuesto de confianza. La pérdida de ésta por alguna de las partes, afectará de inmediato los resultados esperados para atender una agenda compartida. Por lo que hace a los protocolos de intercambio de información y medidas de confianza las relaciones entre nuestros país en la sensibles materias de Defensa, Seguridad e Inteligencia, pasan por un complejo interagencial civil, mientras que la diplomacia militar-militar, transcurre por otro carril.

La llegada a México y su inmediata liberación del General Cienfuegos Zepeda, a pesar de la enorme cantidad de rumores –e incluso de verdaderas fantasías como eso de una “cofradía” o “sindicato” integrado por Generales, cómo lo apunté arriba, no contribuye a encontrar y analizar los hechos y sí en cambio, fomenta reacciones insostenibles en medios digitales de comunicación, sin dejar de lado a los medios convencionales. Lo que sigue en el caso que nos ocupa, es el inicio del estudio y análisis del legajo de poco más de 700 páginas que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos entregó a las autoridades mexicanas para que de acuerdo con lo señalado en los comunicados de ambos gobiernos, sea la base de una pretendida investigación.

Hasta el momento, lo que en verdad tenemos como documentos, nos permite analizar con detenimiento y sin precipitaciones, que puede ser que hayan investigaciones mal hechas y sin los fundamentos requeridos. No sería la primera vez que ocurre en los Estados Unidos ni el México.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


Casos de tanta visibilidad mediática y política, se ven rodeados de forma sistemática, por una larga serie de interpretaciones, la mayor parte de ellas, sustentadas en apreciaciones precipitadas, plagadas de subjetividades y por lo tanto, sus aportaciones a un debate organizado y argumentado, son muy limitadas. E incluso las distorsiones generadas a los acontecimientos comprobables, se ven afectados cuando las pruebas y la veracidad debieran imponerse para propiciar la estabilidad necesaria ante la crisis vivida. Ahora no es diferente.

Desde su arbitraria detención en Los Ángeles, justo con su familia, el trato, para decir lo menos, había sido ríspido. El General Salvador Cienfuegos, ex Secretario de la Defensa Nacional, ha sido actor central de un episodio que sin duda es parte de la historia siempre compleja, de las relaciones entre México y los Estados Unidos. En esta ocasión con dos variables internas del sistema político de aquél país y que de ninguna forma se pueden hacer a un lado: el proceso electoral y la derrota del Presidente Donald Trump –con el consecuente ajuste en las élites burocráticas, políticas y camerales. Y el segundo, como consecuencia directa de lo anterior, con la preparación de los relevos en las áreas civiles de Seguridad e Inteligencia.

Esas dos variables, pese a que en la opinión pública y las observaciones de la gran mayoría de los comentaristas, a penas son referidos, jugaron un papel muy importante en cuanto a las negociaciones y acuerdos con las autoridades mexicanas. Las forma de cooperar entre las naciones, parte de un supuesto de confianza. La pérdida de ésta por alguna de las partes, afectará de inmediato los resultados esperados para atender una agenda compartida. Por lo que hace a los protocolos de intercambio de información y medidas de confianza las relaciones entre nuestros país en la sensibles materias de Defensa, Seguridad e Inteligencia, pasan por un complejo interagencial civil, mientras que la diplomacia militar-militar, transcurre por otro carril.

La llegada a México y su inmediata liberación del General Cienfuegos Zepeda, a pesar de la enorme cantidad de rumores –e incluso de verdaderas fantasías como eso de una “cofradía” o “sindicato” integrado por Generales, cómo lo apunté arriba, no contribuye a encontrar y analizar los hechos y sí en cambio, fomenta reacciones insostenibles en medios digitales de comunicación, sin dejar de lado a los medios convencionales. Lo que sigue en el caso que nos ocupa, es el inicio del estudio y análisis del legajo de poco más de 700 páginas que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos entregó a las autoridades mexicanas para que de acuerdo con lo señalado en los comunicados de ambos gobiernos, sea la base de una pretendida investigación.

Hasta el momento, lo que en verdad tenemos como documentos, nos permite analizar con detenimiento y sin precipitaciones, que puede ser que hayan investigaciones mal hechas y sin los fundamentos requeridos. No sería la primera vez que ocurre en los Estados Unidos ni el México.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso