/ jueves 5 de mayo de 2022

El cinco de mayo y la Intervención francesa 

El cinco de mayo se conmemora otro aniversario de uno de los episodios más importantes de la vida y memoria nacionales: la Batalla de Puebla. Ese mismo día, pero de 1862, las tropas mexicanas —comandadas por el general Ignacio Zaragoza— derrotaron al que en esa época se consideraba el ejército más poderoso del mundo: el francés.

Esa batalla se llevó a cabo en el marco de la intervención militar que buscó establecer un imperio católico, así como crear en México y en el resto de América Latina una esfera de influencia favorable a la Francia gobernada por Napoleón III.

Pero antes de ello, cabe recordar que la guerra de Reforma (1858-1860) trajo diversas consecuencias para México. Una de ellas fue la determinación de detener el pago de las deudas contraídas con otras naciones, como España, Inglaterra y Francia que, al verse afectadas por la suspensión, acordaron —por medio de la Convención de Londres de 1861, entre otros instrumentos— el envío de fuerzas militares a nuestro territorio, a fin de obligar al país a cumplir con sus deudas, a pesar de que el Gobierno había solicitado una prórroga, además de que nunca se negó a pagar.

Españoles e ingleses se retiraron tras acordar con el Gobierno de nuestro país los Tratados de la Soledad, con los que se abrían las negociaciones para formalizar las reclamaciones de aquellos Estados en cuanto a la deuda externa mexicana.

Sin embargo, los franceses no aceptaron la propuesta y continuaron la invasión, que era su verdadero objetivo. Las causas que llevaron a Napoleón III a tal determinación se pueden clasificar en políticas y económicas. Entre las primeras, cabe señalar que el emperador francés buscaba oponerse al expansionismo estadounidense (por el cual nuestro país ya había sufrido el arrebato de más de la mitad de su territorio) no sólo hacia México, sino también hacia América Latina y, con ello, terminar con la doctrina Monroe.

El emperador galo estimaba que un régimen estable y católico era necesario para tales fines. Además, consideraba que el momento era propicio para establecer aquel régimen, ya que los Estados Unidos atravesaban por un momento de debilidad, debido a su guerra de Secesión.

Asimismo, aquella intervención daría al emperador la ocasión de erigirse en defensor de la religión católica, en contraposición al protestantismo anglosajón, y allegarse, así, la simpatía de una parte de la opinión pública de su país.

En relación con las causas económicas, es oportuno recordar que Napoleón III no desconocía las grandes riquezas de México, tanto agrícolas como mineras o incluso pesqueras, y su posición estratégico-comercial, al situarse entre dos océanos.

Así, se estableció el segundo Imperio mexicano, encabezado por Maximiliano de Habsburgo y los conservadores de entonces. Perduró desde 1864 hasta 1867; en este último año comenzó el retiro y la repatriación de las tropas francesas, y culminó con la ejecución del gobernante austriaco por los republicanos, debido a cuatro razones principales:

  1. La más importante: la extraordinaria lucha, convicción y patriotismo del presidente legal y legítimo, Benito Juárez, en contra de las tropas extranjeras y el régimen imperial de facto.

  1. El costo económico que representaba para el tesoro público francés la invasión, así como el mantenimiento de tropas en territorio mexicano.

  1. La proximidad para Francia de la guerra con Prusia y la derrota de los confederados en Estados Unidos, los cuales respaldaban a Napoleón III.

  1. La oposición francesa en contra de esta invasión. Baste recordar, por ejemplo, que el gran escritor Víctor Hugo dirigió una carta de apoyo a la ciudadanía poblana, en la cual señalaba: “Habitantes de Puebla, no es Francia quien les hace la guerra, es el Imperio […] estoy a vuestro lado […] Ustedes y yo combatimos al Imperio, ustedes en vuestra patria, yo en el exilio […]”

Para México, el fin de la Intervención significó la restauración de la República y, sin duda, la consolidación de la identidad y cohesión nacionales.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


El cinco de mayo se conmemora otro aniversario de uno de los episodios más importantes de la vida y memoria nacionales: la Batalla de Puebla. Ese mismo día, pero de 1862, las tropas mexicanas —comandadas por el general Ignacio Zaragoza— derrotaron al que en esa época se consideraba el ejército más poderoso del mundo: el francés.

Esa batalla se llevó a cabo en el marco de la intervención militar que buscó establecer un imperio católico, así como crear en México y en el resto de América Latina una esfera de influencia favorable a la Francia gobernada por Napoleón III.

Pero antes de ello, cabe recordar que la guerra de Reforma (1858-1860) trajo diversas consecuencias para México. Una de ellas fue la determinación de detener el pago de las deudas contraídas con otras naciones, como España, Inglaterra y Francia que, al verse afectadas por la suspensión, acordaron —por medio de la Convención de Londres de 1861, entre otros instrumentos— el envío de fuerzas militares a nuestro territorio, a fin de obligar al país a cumplir con sus deudas, a pesar de que el Gobierno había solicitado una prórroga, además de que nunca se negó a pagar.

Españoles e ingleses se retiraron tras acordar con el Gobierno de nuestro país los Tratados de la Soledad, con los que se abrían las negociaciones para formalizar las reclamaciones de aquellos Estados en cuanto a la deuda externa mexicana.

Sin embargo, los franceses no aceptaron la propuesta y continuaron la invasión, que era su verdadero objetivo. Las causas que llevaron a Napoleón III a tal determinación se pueden clasificar en políticas y económicas. Entre las primeras, cabe señalar que el emperador francés buscaba oponerse al expansionismo estadounidense (por el cual nuestro país ya había sufrido el arrebato de más de la mitad de su territorio) no sólo hacia México, sino también hacia América Latina y, con ello, terminar con la doctrina Monroe.

El emperador galo estimaba que un régimen estable y católico era necesario para tales fines. Además, consideraba que el momento era propicio para establecer aquel régimen, ya que los Estados Unidos atravesaban por un momento de debilidad, debido a su guerra de Secesión.

Asimismo, aquella intervención daría al emperador la ocasión de erigirse en defensor de la religión católica, en contraposición al protestantismo anglosajón, y allegarse, así, la simpatía de una parte de la opinión pública de su país.

En relación con las causas económicas, es oportuno recordar que Napoleón III no desconocía las grandes riquezas de México, tanto agrícolas como mineras o incluso pesqueras, y su posición estratégico-comercial, al situarse entre dos océanos.

Así, se estableció el segundo Imperio mexicano, encabezado por Maximiliano de Habsburgo y los conservadores de entonces. Perduró desde 1864 hasta 1867; en este último año comenzó el retiro y la repatriación de las tropas francesas, y culminó con la ejecución del gobernante austriaco por los republicanos, debido a cuatro razones principales:

  1. La más importante: la extraordinaria lucha, convicción y patriotismo del presidente legal y legítimo, Benito Juárez, en contra de las tropas extranjeras y el régimen imperial de facto.

  1. El costo económico que representaba para el tesoro público francés la invasión, así como el mantenimiento de tropas en territorio mexicano.

  1. La proximidad para Francia de la guerra con Prusia y la derrota de los confederados en Estados Unidos, los cuales respaldaban a Napoleón III.

  1. La oposición francesa en contra de esta invasión. Baste recordar, por ejemplo, que el gran escritor Víctor Hugo dirigió una carta de apoyo a la ciudadanía poblana, en la cual señalaba: “Habitantes de Puebla, no es Francia quien les hace la guerra, es el Imperio […] estoy a vuestro lado […] Ustedes y yo combatimos al Imperio, ustedes en vuestra patria, yo en el exilio […]”

Para México, el fin de la Intervención significó la restauración de la República y, sin duda, la consolidación de la identidad y cohesión nacionales.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

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