/ viernes 28 de septiembre de 2018

El combate a las drogas a nivel internacional

En días pasados, con precisión el 20 de este mes, la Oficina de la Naciones Unidas contra el Crimen y las Drogas dio a conocer en su informe anual que Colombia había pasado de 146 mil hectáreas cultivadas para la producción ilegal de hoja de coca en 2016, a 171 mil en 2017, lo que significa un aumento del 17% en un solo año.

También, la producción de la cocaína base alcanzó la cifra histórica de 1,379 toneladas. Las conclusiones que podemos extraer de esos impresionantes datos son: primero, que el consumo de dicha droga, aumentó. Segundo y derivado lógico de lo anterior, que las ganancias de las bandas delictivas de Colombia y de las organizaciones por donde pasa la “mercancía” también. Tercero, que dentro de los objetivos del Plan Colombia, esta la erradicación y contención a la producción de hoja de coca, lo cual es un evidente fracaso.

Esta información, nos sirve como preámbulo, para analizar el enfoque prohibicionista y de “guerra a las drogas” que instrumentó el entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que prevalece a la fecha y que también, ha sido un rotundo fracaso. Tanto en su país como en la mayor parte del mundo, el número de adictos, muertos, hechos de violencia y efectos relacionados con la producción y consumo de drogas, es evidente. Ahora en la Asamblea de las Naciones Unidas (del 24 al 26 de este mes), con el tema central del consumo de estupefacientes, el gobierno de los Estados Unidos, logró que la gran mayoría de los países firmaran una propuesta que es la continuidad de ese mismo enfoque prohibicionista…incluyendo México.

No se sumaron a persistir en esa línea, países como Alemania, Francia, España, pues se adujo, como lo señaló el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que deben explorarse nuevas medidas y sobre todo, programas y políticas de prevención. Se calcula, según los datos dados a conocer en la Asamblea, que al año mueren en el mundo, 475, 000 personas por el abuso en el consumo de las drogas. Esto sin contar los asesinatos relacionados con la criminalidad organizada en torno a la producción, tráfico y venta de las mismas. México, no obstante las evidencias en el aumento sistemático en las cifras de los delitos de alto impacto y de victimización, se persiste en la misma ruta del prohibicionismo.

Ante la inminencia del cambio de gobierno, debemos analizar con seriedad y profundidad qué se ha hecho mal, para estar en condiciones de corregir. De lo contrario la ocurrencia e improvisación nos cobrarán una factura cada vez más cara, que terminará por desencantar al entusiasta electorado del presidente electo.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


En días pasados, con precisión el 20 de este mes, la Oficina de la Naciones Unidas contra el Crimen y las Drogas dio a conocer en su informe anual que Colombia había pasado de 146 mil hectáreas cultivadas para la producción ilegal de hoja de coca en 2016, a 171 mil en 2017, lo que significa un aumento del 17% en un solo año.

También, la producción de la cocaína base alcanzó la cifra histórica de 1,379 toneladas. Las conclusiones que podemos extraer de esos impresionantes datos son: primero, que el consumo de dicha droga, aumentó. Segundo y derivado lógico de lo anterior, que las ganancias de las bandas delictivas de Colombia y de las organizaciones por donde pasa la “mercancía” también. Tercero, que dentro de los objetivos del Plan Colombia, esta la erradicación y contención a la producción de hoja de coca, lo cual es un evidente fracaso.

Esta información, nos sirve como preámbulo, para analizar el enfoque prohibicionista y de “guerra a las drogas” que instrumentó el entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que prevalece a la fecha y que también, ha sido un rotundo fracaso. Tanto en su país como en la mayor parte del mundo, el número de adictos, muertos, hechos de violencia y efectos relacionados con la producción y consumo de drogas, es evidente. Ahora en la Asamblea de las Naciones Unidas (del 24 al 26 de este mes), con el tema central del consumo de estupefacientes, el gobierno de los Estados Unidos, logró que la gran mayoría de los países firmaran una propuesta que es la continuidad de ese mismo enfoque prohibicionista…incluyendo México.

No se sumaron a persistir en esa línea, países como Alemania, Francia, España, pues se adujo, como lo señaló el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que deben explorarse nuevas medidas y sobre todo, programas y políticas de prevención. Se calcula, según los datos dados a conocer en la Asamblea, que al año mueren en el mundo, 475, 000 personas por el abuso en el consumo de las drogas. Esto sin contar los asesinatos relacionados con la criminalidad organizada en torno a la producción, tráfico y venta de las mismas. México, no obstante las evidencias en el aumento sistemático en las cifras de los delitos de alto impacto y de victimización, se persiste en la misma ruta del prohibicionismo.

Ante la inminencia del cambio de gobierno, debemos analizar con seriedad y profundidad qué se ha hecho mal, para estar en condiciones de corregir. De lo contrario la ocurrencia e improvisación nos cobrarán una factura cada vez más cara, que terminará por desencantar al entusiasta electorado del presidente electo.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso