/ lunes 2 de julio de 2018

El día después

Con la jornada del día de ayer, hemos culminado una de las votaciones históricas más importantes de la vida presente de México. Sin embargo, hoy la mirada debe orientarse al futuro. Quien recibe la Presidencia el próximo 1 de diciembre tiene frente a si, un país sumamente frágil, con una profunda crisis de derechos humanos, una pobreza y desigualdad innegables, así como la obligación de afrontar proezas tan complejas como acabar con la impunidad y corrupción, e incentivar una economía con no basta para dar calidad de vida a la ciudadanía.

En materia económica por ejemplo, México debe crecer alrededor de 5% anualmente, y para lograrlo hay temas esenciales que deberán ser abordados al corto plazo. Entre estos, mejorar los esquemas salariales, pues hasta hoy, de las 52.4 millones de personas ocupadas, solo 531 mil tiene ingresos mayores a 10 salarios mínimos, es decir, el 1% del total; reducir el quiebre de empresas, esto debido a que de los pues durante el primer año desaparecen 3 de cada 10 nuevos negocios, mientras que para el quinto año, ya habrán desparecido 7 empresas de esas 10 que iniciaron.

Por igual existen pendientes muy graves respecto del desarrollo social, uno de ellos, sin duda es el hecho de que la pobreza e insuficiencia de producción nacional de alimentos, afecta a más de 25 millones de mexicanos, que padecen hambre. Por igual, sucede con la cobertura de salud, dónde más de 23 millones de personas carecen de servicios médicos. Así como un preocupante rezago educativo, que no sólo nos pone al final de la lista de países de la OCDE, sino que a pesar de las reformas, parece no corregirse.

Seguramente una de las mayores interrogantes, sigue siendo si el próximo Presidente de México, será capaz de acabar con la epidemia de violencia que azota al país desde hace más de una década, y es que este rubro ha sido una de las áreas con mayores problemas para las últimas dos administraciones. Como consecuencia de ello, nuestro país se ha convertido en uno de los 10 con más muertos por conflictos armados, mientras que el año pasado los 29,168 asesinatos cometidos significaron el año más violento del que se tenga registro desde el fin de la Revolución Mexicana, lo que se ha traducido en una crisis humanitaria sin precedentes para el país.

Aunado a esto, los escándalos de barbaries cometidas ya sea por el crimen organizado o por las mismas autoridades encargadas de la seguridad, nos han dejado una lista que incluye las masacres de San Fernando, Allende, Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán y Tanhuato, hasta las fosas clandestinas de Tetelcingo y Veracruz, pasando ineludiblemente por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Aunque en los hechos, los nueve partidos que participaron en el proceso electoral 2018 firmaron y se comprometieron con la campaña HeForShe (Nosotros por Ellas), impulsada por ONU Mujeres, que tiene como objetivo impulsar políticas públicas para la igualdad de género y la promoción de derechos humanos, está por verse el compromiso de la nueva administración con la promoción de la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres, y la erradicación de la violencia y discriminación por cuestión de género, toda vez que a la fecha de Entre 2013 y 2018, más de 7 mil mujeres fueron asesinadas, siendo el Estado de México el que mayor número de feminicidios registró con casi 1800 casos, mientras que la discriminación laboral por embarazo continúa siendo uno de los principales atropellos a las mujeres que buscan participar activamente en la economía.

Mucho es lo que se espera del próximo Presidente de México, y mucho es lo que la misma ciudadanía que salió a votar ayer con un hartazgo generalizado hacia los partidos y las instituciones, demanda de la democracia mexicana. Sólo el tiempo nos dará evidencia, de si el camino que se ha elegido fue el acertado, sin embargo hoy, la confianza de la gente se ha depositado en un proyecto que deberá responder, pues es inadmisible la demora de una transformación del país que derive en una mejor calidad de vida para todas y todos.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi


Con la jornada del día de ayer, hemos culminado una de las votaciones históricas más importantes de la vida presente de México. Sin embargo, hoy la mirada debe orientarse al futuro. Quien recibe la Presidencia el próximo 1 de diciembre tiene frente a si, un país sumamente frágil, con una profunda crisis de derechos humanos, una pobreza y desigualdad innegables, así como la obligación de afrontar proezas tan complejas como acabar con la impunidad y corrupción, e incentivar una economía con no basta para dar calidad de vida a la ciudadanía.

En materia económica por ejemplo, México debe crecer alrededor de 5% anualmente, y para lograrlo hay temas esenciales que deberán ser abordados al corto plazo. Entre estos, mejorar los esquemas salariales, pues hasta hoy, de las 52.4 millones de personas ocupadas, solo 531 mil tiene ingresos mayores a 10 salarios mínimos, es decir, el 1% del total; reducir el quiebre de empresas, esto debido a que de los pues durante el primer año desaparecen 3 de cada 10 nuevos negocios, mientras que para el quinto año, ya habrán desparecido 7 empresas de esas 10 que iniciaron.

Por igual existen pendientes muy graves respecto del desarrollo social, uno de ellos, sin duda es el hecho de que la pobreza e insuficiencia de producción nacional de alimentos, afecta a más de 25 millones de mexicanos, que padecen hambre. Por igual, sucede con la cobertura de salud, dónde más de 23 millones de personas carecen de servicios médicos. Así como un preocupante rezago educativo, que no sólo nos pone al final de la lista de países de la OCDE, sino que a pesar de las reformas, parece no corregirse.

Seguramente una de las mayores interrogantes, sigue siendo si el próximo Presidente de México, será capaz de acabar con la epidemia de violencia que azota al país desde hace más de una década, y es que este rubro ha sido una de las áreas con mayores problemas para las últimas dos administraciones. Como consecuencia de ello, nuestro país se ha convertido en uno de los 10 con más muertos por conflictos armados, mientras que el año pasado los 29,168 asesinatos cometidos significaron el año más violento del que se tenga registro desde el fin de la Revolución Mexicana, lo que se ha traducido en una crisis humanitaria sin precedentes para el país.

Aunado a esto, los escándalos de barbaries cometidas ya sea por el crimen organizado o por las mismas autoridades encargadas de la seguridad, nos han dejado una lista que incluye las masacres de San Fernando, Allende, Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán y Tanhuato, hasta las fosas clandestinas de Tetelcingo y Veracruz, pasando ineludiblemente por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Aunque en los hechos, los nueve partidos que participaron en el proceso electoral 2018 firmaron y se comprometieron con la campaña HeForShe (Nosotros por Ellas), impulsada por ONU Mujeres, que tiene como objetivo impulsar políticas públicas para la igualdad de género y la promoción de derechos humanos, está por verse el compromiso de la nueva administración con la promoción de la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres, y la erradicación de la violencia y discriminación por cuestión de género, toda vez que a la fecha de Entre 2013 y 2018, más de 7 mil mujeres fueron asesinadas, siendo el Estado de México el que mayor número de feminicidios registró con casi 1800 casos, mientras que la discriminación laboral por embarazo continúa siendo uno de los principales atropellos a las mujeres que buscan participar activamente en la economía.

Mucho es lo que se espera del próximo Presidente de México, y mucho es lo que la misma ciudadanía que salió a votar ayer con un hartazgo generalizado hacia los partidos y las instituciones, demanda de la democracia mexicana. Sólo el tiempo nos dará evidencia, de si el camino que se ha elegido fue el acertado, sin embargo hoy, la confianza de la gente se ha depositado en un proyecto que deberá responder, pues es inadmisible la demora de una transformación del país que derive en una mejor calidad de vida para todas y todos.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi