/ viernes 2 de octubre de 2020

El Espectador | A romper el cochinito

Sorprende que hoy muchos notables mexicanos fingen como que muerden su beca y ladran cuando se menciona que se revisarán los fideicomisos, cuando desde hace años son un misterio que desde las redacciones de periódicos y revistas tratábamos de descubrir y descifrar para entender la compra de poder e impunidad que acompaña a los muchos nuevos ricos de la política.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asegura que los fondos que tienen que ver con investigación, los que se le atribuyen al Conacyt, por ejemplo, seguirán entregándose. “Los artistas, escritores, intelectuales, que recibían sus becas, lo mismo, sólo que vamos a hacer una revisión para que se pueda saber a ciencia cierta si estas personas son las que deben de recibir ese apoyo y que se entregue de manera directa, que no se queden los apoyos en manos de intermediarios”.

Dice el líder de la Cuarta Transformación que quieren revisar los fideicomisos en busca de aviadores. “Pero no significa que no nos importa la ciencia, que no nos importa la cultura, que no nos importa el deporte, no; tan nos importa el deporte, la cultura, la ciencia, que queremos que no haya corrupción”.

La situación entonces ya está controlada con esos grupos, podría parecer. Los de las becas. El mensaje es que les seguirán pagando. No han dicho cómo, pero el dinero seguirá fluyendo, solamente que la caja de fondos ahora está en sus manos y eso parece que ante los ojos de sus seguidores ya es garantía de que no habrá pellizcos. Pero otra tormenta se cierne nuevamente entre los pueblos de los gobernadores y el Palacio.

Los diputados de Morena pertenecientes a la Comisión de Presupuesto aprobaron extinguir 109 fideicomisos públicos, entre los que se encuentra el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que a más de 20 años de su creación ha acompañado la reconstrucción del país ante catástrofes naturales como los huracanes Wilma y Odile. Este mecanismo de gestión de riesgos ha permitido hacer frente, supuestamente libre de discrecionalidades sexenales, a tragedias como los sismos de septiembre de 2017, cuando de primera instancia se liberaron unos seis mil 844 millones de pesos, a través de los Apoyos Parciales Inmediatos (APIN) que dependen del Fonden, y que después se complementaron con 31 mil 319 millones de pesos de recursos que el fondo asignó a la federación y los estados.

La eliminación del fondo, así como cualquier otro programa de prevención ante catástrofes, provocará dificultades y demoras en la capacidad de respuesta de las autoridades, un aumento de la pobreza y una gran afectación a la economía nacional, pues todos los daños causados tendrán que ser asumidos por la Federación, lo que tiene muy molestos a los gobernadores que de por sí ven un ánimo centralista en las decisiones del actual gobierno.

Ayer por la noche estaba en marcha la extinción del Fonden y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), y muchos fideicomisos más de los que tal vez nunca sepamos para qué se crearon o a quién favorecieron en esta costosa guerra por acariciar el poder.


Sorprende que hoy muchos notables mexicanos fingen como que muerden su beca y ladran cuando se menciona que se revisarán los fideicomisos, cuando desde hace años son un misterio que desde las redacciones de periódicos y revistas tratábamos de descubrir y descifrar para entender la compra de poder e impunidad que acompaña a los muchos nuevos ricos de la política.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asegura que los fondos que tienen que ver con investigación, los que se le atribuyen al Conacyt, por ejemplo, seguirán entregándose. “Los artistas, escritores, intelectuales, que recibían sus becas, lo mismo, sólo que vamos a hacer una revisión para que se pueda saber a ciencia cierta si estas personas son las que deben de recibir ese apoyo y que se entregue de manera directa, que no se queden los apoyos en manos de intermediarios”.

Dice el líder de la Cuarta Transformación que quieren revisar los fideicomisos en busca de aviadores. “Pero no significa que no nos importa la ciencia, que no nos importa la cultura, que no nos importa el deporte, no; tan nos importa el deporte, la cultura, la ciencia, que queremos que no haya corrupción”.

La situación entonces ya está controlada con esos grupos, podría parecer. Los de las becas. El mensaje es que les seguirán pagando. No han dicho cómo, pero el dinero seguirá fluyendo, solamente que la caja de fondos ahora está en sus manos y eso parece que ante los ojos de sus seguidores ya es garantía de que no habrá pellizcos. Pero otra tormenta se cierne nuevamente entre los pueblos de los gobernadores y el Palacio.

Los diputados de Morena pertenecientes a la Comisión de Presupuesto aprobaron extinguir 109 fideicomisos públicos, entre los que se encuentra el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que a más de 20 años de su creación ha acompañado la reconstrucción del país ante catástrofes naturales como los huracanes Wilma y Odile. Este mecanismo de gestión de riesgos ha permitido hacer frente, supuestamente libre de discrecionalidades sexenales, a tragedias como los sismos de septiembre de 2017, cuando de primera instancia se liberaron unos seis mil 844 millones de pesos, a través de los Apoyos Parciales Inmediatos (APIN) que dependen del Fonden, y que después se complementaron con 31 mil 319 millones de pesos de recursos que el fondo asignó a la federación y los estados.

La eliminación del fondo, así como cualquier otro programa de prevención ante catástrofes, provocará dificultades y demoras en la capacidad de respuesta de las autoridades, un aumento de la pobreza y una gran afectación a la economía nacional, pues todos los daños causados tendrán que ser asumidos por la Federación, lo que tiene muy molestos a los gobernadores que de por sí ven un ánimo centralista en las decisiones del actual gobierno.

Ayer por la noche estaba en marcha la extinción del Fonden y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), y muchos fideicomisos más de los que tal vez nunca sepamos para qué se crearon o a quién favorecieron en esta costosa guerra por acariciar el poder.