/ lunes 17 de enero de 2022

El Espectador | Escenas inconfesables

Nos advierten que ésta plática nunca existió. Que si decimos que la escuchamos, ellos lo negarán una y mil veces. Queda en la memoria de algunos poderosos personajes que entienden claramente cómo se pueden mover las sombras del poder dentro de algunas de las dependencias que se alejan de los ideales de la transformación. Esta conversación jamás sucedió, insisten.

Álex llegó de comer, con una gran sonrisa, la dentadura casi perfecta para su edad brillaba a distancia. Como de costumbre, llamó a su compañero de batallas, Juan, quien ya tenía en las manos un borrador para plantearle las acciones a ejecutar en las siguientes semanas. Antes de que entrara su confidente, le pidió a su secretaria de toda la vida que preparara el helicóptero, que estuviera listo para volar desde lo alto del edificio de Reforma, a las seis de la tarde. Ramos y flores adornaban la oficina. Caoba y una jarra de agua complementan la escenografía de uno de los lugares que más carga de poder representa desde hace al menos seis sexenios.

Juan leyó el paso uno: “Blindar el patrimonio y el poder que durante muchos años ostentó su jefe”.

Paso dos: “Acabar con los enemigos”.

Tres: “Destruir cualquier evidencia que afecte a familia y grupo cercano”.

Cuatro y muy importante: “Alistar tarjetas informativas que se entregarán al más poderoso”.

Eso avanzó con estrategia de corto plazo, accionables: “Ingresar una orden de investigación para demostrar que ni el enemigo ni su esposa contaban con dinero ni con herencias para acceder a créditos hipotecarios millonarios. Tenemos la declaración de uno de los propietarios antiguos, nos entregó detalles para armar una denuncia penal contra el ex funcionario”.

Otro movimiento del paso dos: “Hacer mediático el asunto del señor Mes, quien para consejos es muy eficiente. Pasarlo a comunicación y distribuirlo con los aliados de la colonia Zapata. Acordar detalles con Chucho para que asuman el control de daños desde su cancha. Él le tiene ganas al señor Mes por viejas rencillas”.

“Recibir a Antonio para definir los pasos legales y entregar el dinero para firmar acuerdos y liberar al hermano del Norte. Nos falló con Mili, pero ahora sí viene la buena”.

“Informarle a Olivia, quien tiene la obligación de ayudarnos a controlar el Congreso”.

“Recuperar el control de la Universidad”.

“Llamarle a Arturo para que contribuya, tiene poder”.

Nada es real, no existieron esas líneas, todos las negarán.

Es como un cuento de brujas que puede estremecer a un Palacio, si llega a filtrarse un poco de lo real de esos encuentros inexistentes.

¿Se atreverán?

Rabbit Hole

“Con el anuncio del próximo cambio de propietarios de Citibanamex estaré atento, a la integridad y destino de la Fundación Cultural Banamex y el importante patrimonio cultural que la integra. En mi opinión debería pasar a propiedad nacional para su preservación”, escribió Marcelo Ebrard en Twitter el fin de semana. “Podría ser una retribución al enorme e injusto apoyo que hemos dado los contribuyentes con los cuantiosos pagos anuales para cubrir los pagarés IPAB, mejor conocidos por FOBAPROA”.

¿Estará verbalizando el canciller la amenaza del gobierno ante la institución financiera que sale de golpe de México con un discurso políticamente muy correcto?

Nos advierten que ésta plática nunca existió. Que si decimos que la escuchamos, ellos lo negarán una y mil veces. Queda en la memoria de algunos poderosos personajes que entienden claramente cómo se pueden mover las sombras del poder dentro de algunas de las dependencias que se alejan de los ideales de la transformación. Esta conversación jamás sucedió, insisten.

Álex llegó de comer, con una gran sonrisa, la dentadura casi perfecta para su edad brillaba a distancia. Como de costumbre, llamó a su compañero de batallas, Juan, quien ya tenía en las manos un borrador para plantearle las acciones a ejecutar en las siguientes semanas. Antes de que entrara su confidente, le pidió a su secretaria de toda la vida que preparara el helicóptero, que estuviera listo para volar desde lo alto del edificio de Reforma, a las seis de la tarde. Ramos y flores adornaban la oficina. Caoba y una jarra de agua complementan la escenografía de uno de los lugares que más carga de poder representa desde hace al menos seis sexenios.

Juan leyó el paso uno: “Blindar el patrimonio y el poder que durante muchos años ostentó su jefe”.

Paso dos: “Acabar con los enemigos”.

Tres: “Destruir cualquier evidencia que afecte a familia y grupo cercano”.

Cuatro y muy importante: “Alistar tarjetas informativas que se entregarán al más poderoso”.

Eso avanzó con estrategia de corto plazo, accionables: “Ingresar una orden de investigación para demostrar que ni el enemigo ni su esposa contaban con dinero ni con herencias para acceder a créditos hipotecarios millonarios. Tenemos la declaración de uno de los propietarios antiguos, nos entregó detalles para armar una denuncia penal contra el ex funcionario”.

Otro movimiento del paso dos: “Hacer mediático el asunto del señor Mes, quien para consejos es muy eficiente. Pasarlo a comunicación y distribuirlo con los aliados de la colonia Zapata. Acordar detalles con Chucho para que asuman el control de daños desde su cancha. Él le tiene ganas al señor Mes por viejas rencillas”.

“Recibir a Antonio para definir los pasos legales y entregar el dinero para firmar acuerdos y liberar al hermano del Norte. Nos falló con Mili, pero ahora sí viene la buena”.

“Informarle a Olivia, quien tiene la obligación de ayudarnos a controlar el Congreso”.

“Recuperar el control de la Universidad”.

“Llamarle a Arturo para que contribuya, tiene poder”.

Nada es real, no existieron esas líneas, todos las negarán.

Es como un cuento de brujas que puede estremecer a un Palacio, si llega a filtrarse un poco de lo real de esos encuentros inexistentes.

¿Se atreverán?

Rabbit Hole

“Con el anuncio del próximo cambio de propietarios de Citibanamex estaré atento, a la integridad y destino de la Fundación Cultural Banamex y el importante patrimonio cultural que la integra. En mi opinión debería pasar a propiedad nacional para su preservación”, escribió Marcelo Ebrard en Twitter el fin de semana. “Podría ser una retribución al enorme e injusto apoyo que hemos dado los contribuyentes con los cuantiosos pagos anuales para cubrir los pagarés IPAB, mejor conocidos por FOBAPROA”.

¿Estará verbalizando el canciller la amenaza del gobierno ante la institución financiera que sale de golpe de México con un discurso políticamente muy correcto?