/ lunes 11 de noviembre de 2019

El Espectador | La basura, un problema de políticos y empresarios

Si mira con detalle las calles, se dará cuenta de que papeles y botellas de plástico, envolturas comunes y corrientes de papas y pastelillos, vuelven a ensuciar el horizonte. La basura en el país ha llegado a un punto límite, desde hace tiempo se vienen impulsando ideas diversas para solucionar el destino de los más de 53.1 millones de residuos sólidos urbanos que generamos.

Las prohibiciones no han sido efectivas pues son respuestas cortoplacistas que no atacan el fondo del problema, es por esto que la iniciativa que recorre diferentes pasillos de la 4T ha sido bien recibida. Hablamos de la reforma impulsada en la cámara alta por Mónica Fernández Balboa, de Morena, y el experimentado priista Jorge Carlos Ramírez Marín, presidenta y vicepresidente del Senado, respectivamente, junto al coordinador morenista Ricardo Monreal, quienes recientemente propusieron cambios interesantes a Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.

Enfocada principalmente en los plásticos, la génesis del documento presentado hace unos días fue producto de meses de tallereo en parlamento abierto, donde académicos, ONG´s, industria, ambientalistas y sociedad civil organizada intercambiaron necesidades y acordaron mecanismos para alcanzar una solución integral y duradera. Fue tal la calidad de la propuesta que tuvo el consenso de todos los partidos políticos.

Basicamente se enfocó en impulsar las virtudes de la llamada Economía Circular, cuyo objetivo es que productos, materiales y componentes plásticos mantenga su utilidad y valor en todo momento. Se busca que mejorar al máximo el ciclo de vida del material y evitar los de un solo uso.

México se sumaría a los esfuerzos internacionales en cuidado del medio ambiente, como la Alianza Circular del Plástico, cuya meta es que Europa use 10 millones de toneladas de materia prima hecha con plástico reciclado para 2025. Lo innovador en la Economía Circular es su alcance, que involucra a la sociedad en la separación, aprovechamiento y reúso hasta la consolidación de un mercado de plásticos reciclados que consolide su cadena de valor.

Las acciones aisladas no han sido lo necesariamente efectivas, así lo demuestran las 19 leyes estatales y más de un centenar regionales sobre manejo de residuos plásticos, muchas veces contradictorias entre sí. Con la iniciativa presentada no sólo se homologarían en una sola regulación nacional, sino se fijarían metas de inversión para industriales, que se enfocarían en mejorar la recuperación, reciclaje y calidad de sus productos.

También contempla una nueva cultura de consumo para que los residuos finales sean los mínimos en basureros en tierra y mar. Un dato poco difundido es que hoy reciclamos casi 60 por ciento de las botellas PET que producimos. La iniciativa hoy está en la antesala del Senado, su aprobación será un parteaguas que pondrá a México a la vanguardia en el cuidado del medio ambiente.

Si mira con detalle las calles, se dará cuenta de que papeles y botellas de plástico, envolturas comunes y corrientes de papas y pastelillos, vuelven a ensuciar el horizonte. La basura en el país ha llegado a un punto límite, desde hace tiempo se vienen impulsando ideas diversas para solucionar el destino de los más de 53.1 millones de residuos sólidos urbanos que generamos.

Las prohibiciones no han sido efectivas pues son respuestas cortoplacistas que no atacan el fondo del problema, es por esto que la iniciativa que recorre diferentes pasillos de la 4T ha sido bien recibida. Hablamos de la reforma impulsada en la cámara alta por Mónica Fernández Balboa, de Morena, y el experimentado priista Jorge Carlos Ramírez Marín, presidenta y vicepresidente del Senado, respectivamente, junto al coordinador morenista Ricardo Monreal, quienes recientemente propusieron cambios interesantes a Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.

Enfocada principalmente en los plásticos, la génesis del documento presentado hace unos días fue producto de meses de tallereo en parlamento abierto, donde académicos, ONG´s, industria, ambientalistas y sociedad civil organizada intercambiaron necesidades y acordaron mecanismos para alcanzar una solución integral y duradera. Fue tal la calidad de la propuesta que tuvo el consenso de todos los partidos políticos.

Basicamente se enfocó en impulsar las virtudes de la llamada Economía Circular, cuyo objetivo es que productos, materiales y componentes plásticos mantenga su utilidad y valor en todo momento. Se busca que mejorar al máximo el ciclo de vida del material y evitar los de un solo uso.

México se sumaría a los esfuerzos internacionales en cuidado del medio ambiente, como la Alianza Circular del Plástico, cuya meta es que Europa use 10 millones de toneladas de materia prima hecha con plástico reciclado para 2025. Lo innovador en la Economía Circular es su alcance, que involucra a la sociedad en la separación, aprovechamiento y reúso hasta la consolidación de un mercado de plásticos reciclados que consolide su cadena de valor.

Las acciones aisladas no han sido lo necesariamente efectivas, así lo demuestran las 19 leyes estatales y más de un centenar regionales sobre manejo de residuos plásticos, muchas veces contradictorias entre sí. Con la iniciativa presentada no sólo se homologarían en una sola regulación nacional, sino se fijarían metas de inversión para industriales, que se enfocarían en mejorar la recuperación, reciclaje y calidad de sus productos.

También contempla una nueva cultura de consumo para que los residuos finales sean los mínimos en basureros en tierra y mar. Un dato poco difundido es que hoy reciclamos casi 60 por ciento de las botellas PET que producimos. La iniciativa hoy está en la antesala del Senado, su aprobación será un parteaguas que pondrá a México a la vanguardia en el cuidado del medio ambiente.

ÚLTIMASCOLUMNAS