/ domingo 21 de enero de 2018

El futuro político de Alemania se decide hoy en Bonn

PARIS, Francia – El futuro político de Alemania se juega en el congreso del Partido Socialdemócrata (SPD), convocado para este domingo en Bonn para decidir si acepta o rechaza el preacuerdo de gobierno pactado por su líder Martin Schulz con la democracia cristiana de Angela Merkel.

 Si los 600 delegados votan contra la gran coalición, esa decisión precipitará  —casi con seguridad—  la renuncia de Schulz, obligará a Merkel a reconocer el fracaso de sus esfuerzos para formar gobierno y obligará a convocar a unas nuevas elecciones.

 La única alternativa para evitar un regreso a las urnas, pocos meses después de las elecciones legislativas del 23 de octubre pasado, sería resignarse a formar un gobierno minoritario en el Bundestag (Parlamento). Pero esa hipótesis es, según las encuestas, rechazada por la opinión pública.

 Schulz, partidario de ratificar el acuerdo logrado hace 10 días, enfrenta la tenaz oposición de gran parte de la juventud del partido (los Jusos), alineada detrás del carismático líder estudiantil Kevin Kühnert. Convertido en una estrella política nacional, el joven de 28 años recorrió el país en los últimos días instando a los delegados a rechazar el acuerdo firmado por Schulz, que convertirá al SPD en “socio menor” de Merkel y le hará “perder definitivamente su identidad de partido progresista y popular”.

 Los Jusos lograron un efecto devastador con su slogan hostil a la Grosse Koalition: "NoGroKo". En cada acto político de Schulz, además, los jóvenes corean la consigna "¡Nunca, nunca, nunca más GroKo!"

 Los sondeos predicen un resultado muy ajustado.

PARIS, Francia – El futuro político de Alemania se juega en el congreso del Partido Socialdemócrata (SPD), convocado para este domingo en Bonn para decidir si acepta o rechaza el preacuerdo de gobierno pactado por su líder Martin Schulz con la democracia cristiana de Angela Merkel.

 Si los 600 delegados votan contra la gran coalición, esa decisión precipitará  —casi con seguridad—  la renuncia de Schulz, obligará a Merkel a reconocer el fracaso de sus esfuerzos para formar gobierno y obligará a convocar a unas nuevas elecciones.

 La única alternativa para evitar un regreso a las urnas, pocos meses después de las elecciones legislativas del 23 de octubre pasado, sería resignarse a formar un gobierno minoritario en el Bundestag (Parlamento). Pero esa hipótesis es, según las encuestas, rechazada por la opinión pública.

 Schulz, partidario de ratificar el acuerdo logrado hace 10 días, enfrenta la tenaz oposición de gran parte de la juventud del partido (los Jusos), alineada detrás del carismático líder estudiantil Kevin Kühnert. Convertido en una estrella política nacional, el joven de 28 años recorrió el país en los últimos días instando a los delegados a rechazar el acuerdo firmado por Schulz, que convertirá al SPD en “socio menor” de Merkel y le hará “perder definitivamente su identidad de partido progresista y popular”.

 Los Jusos lograron un efecto devastador con su slogan hostil a la Grosse Koalition: "NoGroKo". En cada acto político de Schulz, además, los jóvenes corean la consigna "¡Nunca, nunca, nunca más GroKo!"

 Los sondeos predicen un resultado muy ajustado.