/ lunes 25 de septiembre de 2017

El gran espíritu de la ciudadanía

Eran pasadas de la 1 de la tarde cuando el caos conmemoró su recuerdo, otro trágico 19 de septiembre. Cuando sucedió el temblor del 85 yo era una niña, cursaba la primaria en la Ciudad de México, fue algo que me marcó para siempre. Por eso 32 años después, la angustia revivió en mí, ahora preguntándome cómo estaban mis dos pequeños hijos, por eso el drama de los padres y madres de esos niños que no sobrevivieron es algo que no puede compararse. La solidaridad se respira en el aire, sin embargo, hay mucho por enfrentar. La ciudadanía tiene en sus manos una nueva transformación del país. Lo que hoy sucede en las calles, marcará la historia y el destino de México para siempre.

Veo como la gente se ha volcado a las calles al igual que hace más de tres décadas. Esta vez la información que fluía a través de los servicios de mensajería que sobrevivieron al colapso de la telefonía, nos han dado una rápida dimensión de la gravedad del sismo, de los edificios que quedaron en ruinas, pero también importantes datos sobre los lugares que más ayuda necesitaban, de aquellos en los que había sobrevivientes. Lamentablemente no todo ha sido positivo, la paranoia y las fake news han ensuciado este gran espíritu ciudadano.

Los medios tradicionales han abusado de esta crisis como solo ellos pueden hacerlo, con montajes que rayan en lo inhumano, con desinformación, con calumnias y desviando la atención, desaprovechando ese espíritu de la gente con pantomimas.

Sin embargo, veo que la fuerza de la gente mantiene viva esa llama de esperanza. Han sido ellos quienes día y noche han regresado a la vida, a cientos de personas que permanecían bajo los escombros con el anhelo de ser encontrados. Han sido ellos quien no ha dado paso atrás en el rescate de las niñas y niños del Colegio Enrique Rébsamen.

Es urgente que quienes son capaces de aportar, ayuden sin reservas y den de vuelta a la sociedad un claro apoyo para salir adelante de esta catástrofe. Por eso la decisión del Frente Ciudadano por México, marca la pauta pues no solo pretende motivar a que otros ayuden, sino dejar en claro cuáles son las prioridades del país, y quien está de la de la ciudadanía.

Puebla, Morelos, y la Ciudad de México se han sumado a la crisis que se vivía en Chiapas y Oaxaca. Para muchos las imágenes de la CdMx son las más emblemáticas de lo destructivo que fue este sismo, sin embargo hay muchas regiones y comunidades en las que se necesitan ayuda y que no son visibles por la nula o escaza cobertura de medios o de las redes. Las próximas semanas serán cruciales para levantar este país de los escombros.

Las y los mexicanos estamos completamente agradecidos con la ayuda internacional que se ha vertido a nuestro país; decenas de naciones han mostrado su amor a México, y cientos de medios internacionales más que destacar los embates del temblor han enfatizado nuestra solidaridad y unidad.

El génesis de los grandes cambios democráticos en México fue la catástrofe del 85, sin esa unidad y valentía no se entendería lo que años más tarde sucedió. Hoy las y los jóvenes –muchos de ellos millenials- han roto prejuicios y han demostrado que están de pie ayudando, organizándose, y esto que hoy comenzó de las ruinas, debe continuar así en los próximos años, pues hace falta esa fuerza para cambiar al país.

En memoria de todas las víctimas, mi más sentido pésame a sus familiares y amigos.

@ClauCorichi

Eran pasadas de la 1 de la tarde cuando el caos conmemoró su recuerdo, otro trágico 19 de septiembre. Cuando sucedió el temblor del 85 yo era una niña, cursaba la primaria en la Ciudad de México, fue algo que me marcó para siempre. Por eso 32 años después, la angustia revivió en mí, ahora preguntándome cómo estaban mis dos pequeños hijos, por eso el drama de los padres y madres de esos niños que no sobrevivieron es algo que no puede compararse. La solidaridad se respira en el aire, sin embargo, hay mucho por enfrentar. La ciudadanía tiene en sus manos una nueva transformación del país. Lo que hoy sucede en las calles, marcará la historia y el destino de México para siempre.

Veo como la gente se ha volcado a las calles al igual que hace más de tres décadas. Esta vez la información que fluía a través de los servicios de mensajería que sobrevivieron al colapso de la telefonía, nos han dado una rápida dimensión de la gravedad del sismo, de los edificios que quedaron en ruinas, pero también importantes datos sobre los lugares que más ayuda necesitaban, de aquellos en los que había sobrevivientes. Lamentablemente no todo ha sido positivo, la paranoia y las fake news han ensuciado este gran espíritu ciudadano.

Los medios tradicionales han abusado de esta crisis como solo ellos pueden hacerlo, con montajes que rayan en lo inhumano, con desinformación, con calumnias y desviando la atención, desaprovechando ese espíritu de la gente con pantomimas.

Sin embargo, veo que la fuerza de la gente mantiene viva esa llama de esperanza. Han sido ellos quienes día y noche han regresado a la vida, a cientos de personas que permanecían bajo los escombros con el anhelo de ser encontrados. Han sido ellos quien no ha dado paso atrás en el rescate de las niñas y niños del Colegio Enrique Rébsamen.

Es urgente que quienes son capaces de aportar, ayuden sin reservas y den de vuelta a la sociedad un claro apoyo para salir adelante de esta catástrofe. Por eso la decisión del Frente Ciudadano por México, marca la pauta pues no solo pretende motivar a que otros ayuden, sino dejar en claro cuáles son las prioridades del país, y quien está de la de la ciudadanía.

Puebla, Morelos, y la Ciudad de México se han sumado a la crisis que se vivía en Chiapas y Oaxaca. Para muchos las imágenes de la CdMx son las más emblemáticas de lo destructivo que fue este sismo, sin embargo hay muchas regiones y comunidades en las que se necesitan ayuda y que no son visibles por la nula o escaza cobertura de medios o de las redes. Las próximas semanas serán cruciales para levantar este país de los escombros.

Las y los mexicanos estamos completamente agradecidos con la ayuda internacional que se ha vertido a nuestro país; decenas de naciones han mostrado su amor a México, y cientos de medios internacionales más que destacar los embates del temblor han enfatizado nuestra solidaridad y unidad.

El génesis de los grandes cambios democráticos en México fue la catástrofe del 85, sin esa unidad y valentía no se entendería lo que años más tarde sucedió. Hoy las y los jóvenes –muchos de ellos millenials- han roto prejuicios y han demostrado que están de pie ayudando, organizándose, y esto que hoy comenzó de las ruinas, debe continuar así en los próximos años, pues hace falta esa fuerza para cambiar al país.

En memoria de todas las víctimas, mi más sentido pésame a sus familiares y amigos.

@ClauCorichi