/ domingo 24 de septiembre de 2023

El Himno Nacional Mexicano y su génesis (II)

Entre 1850 y 1853 se estrenan nuevos himnos. El primero, producto de la inspiración musical del arpista y compositor francés Carlos Bochsa-Pere con letra del poeta cubano Juan Miguel de Losada que, dedicado al presidente José Joaquín Herrera, presentará la soprano Anne Bishop caracterizada justamente como la Libertad y cuyos primeros versos rezan así: “Mexicanos, alcemos el canto / Proclamando la hermosa igualdad. / Y, a los ecos, los ecos repitan. / ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”. Más tarde, dos más compuestos por Antonio Barilli -director de la célebre compañía de ópera italiana homónima-: uno de ellos estrenado por su esposa Clotilde Barilli y el otro por el barítono Francesco Taffanelli para celebrar el cumpleaños del general Mariano Arista en julio de 1851. De 1852 es la obra hímnica de Max Maretzek y de 1853 la de Inocencio Pellegrini, compuesta esta última -una vez depuesto Manuel Peña y Peña de la presidencia y tras la renuncia de Arista- para conmemorar el regreso del general Antonio López de Santa Anna como titular del poder ejecutivo federal. Sí, media decena de himnos, pero ninguno del agrado popular.

Sin embargo, es ahora el propio Santa Anna quien está consciente de la importancia de que México cuente con un himno nacional e instruye a Miguel Lerdo de Tejada, a la sazón Ministro de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, organizar un certamen para su composición. El 12 de noviembre de 1853 es publicada la convocatoria. Los poetas tendrán veinte días para presentar su obra y, una vez declarado el ganador, los compositores contarán con dos meses para elaborar la música.

Los miembros del jurado calificador literario fueron José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joaquín Pesado. Veinticuatro fueron los concursantes, entre los que estaban José María Esteva, Félix María Escalante, Francisco Granados Maldonado, José María Monroy, Félix Romero, Francisco Villalobos y José Rivera y Río. El 5 de febrero de 1854 fue declarado en el Diario Oficial como ganador el poeta Francisco González Bocanegra, originario de San Luis Potosí. Tocaba ahora el turno a los compositores: 15 fueron las obras a dictaminar. Los miembros del respectivo jurado fueron José Antonio Gómez, Tomás León y Agustín Balderas. No obstante, en pleno proceso de evaluación musical, el 17 de mayo la Compañía de Ópera Italiana “René Masson” realiza una velada literario-musical en homenaje a Santa Anna. En ella su director, Giovanni Bottesini, habrá de estrenar la letra vencedora del himno con música de su autoría, llevando como solista a la soprano Enriqueta Sontag. El presidente no acude ni tampoco toma en consideración al flamante himno bottesiniano, pero algún día las crónicas registrarán que su opinión sobre él era que éste era “demasiado bueno, demasiado artístico”.

Será el 15 de agosto cuando el Ministerio de Fomento publique el fallo final sobre el ganador de la música. Entre los concursantes se encontraban compositores como el propio Bottesini, Juan Manuel Cambeses, Joaquín Luna, Román Canchota, Manuel Cataño, Ángel Mier y Rul, José María de León, M. Luzuriaga, Manuel Villagómez, José de la Luz Báez y Luis Barragán, pero el premio será otorgado, por unanimidad, al autor del trabajo número 10, que había utilizado como epígrafe “Dios y Libertad” y que obedecía a las iniciales “J. N.”. El jurado solicita al vencedor que acredite su identidad pues es necesario ahora que instrumente el himno. Es así como se da a conocer que el ganador de la música es el español de origen catalán, Director General de Bandas, de nombre Jaime Nunó.

9El estreno oficial del Himno Nacional Mexicano con letra de Francisco González Bocanegra y música de Jaime Nunó tuvo lugar el 15 de septiembre de 1854 en el Teatro Nacional. Los intérpretes fueron la soprano Claudia Fiorentini, la contralto Carolina Vietti y el tenor Lorenzo Salvi, acompañados por los coros de Masson y Pedro Carbajal y la orquesta dirigida por Bottesini. Santa Anna tampoco asistió al estreno pero lo hará al día siguiente, cuando la interpretación vocal corra a cargo de la soprano Balbina Stefennone y el tenor Salvi.

La primera edición del himno fue de 1854 y corrió a cargo de la Casa Murguía. Francisco Sosa refiere que, una vez recibida la partitura, el Presidente pidió a Nunó litografiar la obra y al Ministerio de Guerra que todas las bandas adquirieran la música. Al poco tiempo, 220 ejemplares fueron distribuidos entre “la plana mayor del Ejército” y diez más se entregaron al Departamento de Artillería. Lamentablemente, el manuscrito original de Nunó se perdió y en 1922 el Consejo Cultural de la Ciudad de México comisionará a José López Portillo y Rojas, José de J. Núñez y Domíguez, Eduardo Vigil y Robles y Julián Carrillo para que encuentren una primera edición del himno pues estaban circulando versiones con errores. La edición recuperada fue la que donó al Museo Nacional de Historia la viuda del poeta González Bocanegra. Francisco T. De Coss, a su vez, donó un álbum con la reducción para piano de Nunó de 1855 y la familia Pérez Salas una instrumentación del himno. (Concluirá)


bettyzanolli@gmail.com

@BettyZanolli




Entre 1850 y 1853 se estrenan nuevos himnos. El primero, producto de la inspiración musical del arpista y compositor francés Carlos Bochsa-Pere con letra del poeta cubano Juan Miguel de Losada que, dedicado al presidente José Joaquín Herrera, presentará la soprano Anne Bishop caracterizada justamente como la Libertad y cuyos primeros versos rezan así: “Mexicanos, alcemos el canto / Proclamando la hermosa igualdad. / Y, a los ecos, los ecos repitan. / ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”. Más tarde, dos más compuestos por Antonio Barilli -director de la célebre compañía de ópera italiana homónima-: uno de ellos estrenado por su esposa Clotilde Barilli y el otro por el barítono Francesco Taffanelli para celebrar el cumpleaños del general Mariano Arista en julio de 1851. De 1852 es la obra hímnica de Max Maretzek y de 1853 la de Inocencio Pellegrini, compuesta esta última -una vez depuesto Manuel Peña y Peña de la presidencia y tras la renuncia de Arista- para conmemorar el regreso del general Antonio López de Santa Anna como titular del poder ejecutivo federal. Sí, media decena de himnos, pero ninguno del agrado popular.

Sin embargo, es ahora el propio Santa Anna quien está consciente de la importancia de que México cuente con un himno nacional e instruye a Miguel Lerdo de Tejada, a la sazón Ministro de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, organizar un certamen para su composición. El 12 de noviembre de 1853 es publicada la convocatoria. Los poetas tendrán veinte días para presentar su obra y, una vez declarado el ganador, los compositores contarán con dos meses para elaborar la música.

Los miembros del jurado calificador literario fueron José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joaquín Pesado. Veinticuatro fueron los concursantes, entre los que estaban José María Esteva, Félix María Escalante, Francisco Granados Maldonado, José María Monroy, Félix Romero, Francisco Villalobos y José Rivera y Río. El 5 de febrero de 1854 fue declarado en el Diario Oficial como ganador el poeta Francisco González Bocanegra, originario de San Luis Potosí. Tocaba ahora el turno a los compositores: 15 fueron las obras a dictaminar. Los miembros del respectivo jurado fueron José Antonio Gómez, Tomás León y Agustín Balderas. No obstante, en pleno proceso de evaluación musical, el 17 de mayo la Compañía de Ópera Italiana “René Masson” realiza una velada literario-musical en homenaje a Santa Anna. En ella su director, Giovanni Bottesini, habrá de estrenar la letra vencedora del himno con música de su autoría, llevando como solista a la soprano Enriqueta Sontag. El presidente no acude ni tampoco toma en consideración al flamante himno bottesiniano, pero algún día las crónicas registrarán que su opinión sobre él era que éste era “demasiado bueno, demasiado artístico”.

Será el 15 de agosto cuando el Ministerio de Fomento publique el fallo final sobre el ganador de la música. Entre los concursantes se encontraban compositores como el propio Bottesini, Juan Manuel Cambeses, Joaquín Luna, Román Canchota, Manuel Cataño, Ángel Mier y Rul, José María de León, M. Luzuriaga, Manuel Villagómez, José de la Luz Báez y Luis Barragán, pero el premio será otorgado, por unanimidad, al autor del trabajo número 10, que había utilizado como epígrafe “Dios y Libertad” y que obedecía a las iniciales “J. N.”. El jurado solicita al vencedor que acredite su identidad pues es necesario ahora que instrumente el himno. Es así como se da a conocer que el ganador de la música es el español de origen catalán, Director General de Bandas, de nombre Jaime Nunó.

9El estreno oficial del Himno Nacional Mexicano con letra de Francisco González Bocanegra y música de Jaime Nunó tuvo lugar el 15 de septiembre de 1854 en el Teatro Nacional. Los intérpretes fueron la soprano Claudia Fiorentini, la contralto Carolina Vietti y el tenor Lorenzo Salvi, acompañados por los coros de Masson y Pedro Carbajal y la orquesta dirigida por Bottesini. Santa Anna tampoco asistió al estreno pero lo hará al día siguiente, cuando la interpretación vocal corra a cargo de la soprano Balbina Stefennone y el tenor Salvi.

La primera edición del himno fue de 1854 y corrió a cargo de la Casa Murguía. Francisco Sosa refiere que, una vez recibida la partitura, el Presidente pidió a Nunó litografiar la obra y al Ministerio de Guerra que todas las bandas adquirieran la música. Al poco tiempo, 220 ejemplares fueron distribuidos entre “la plana mayor del Ejército” y diez más se entregaron al Departamento de Artillería. Lamentablemente, el manuscrito original de Nunó se perdió y en 1922 el Consejo Cultural de la Ciudad de México comisionará a José López Portillo y Rojas, José de J. Núñez y Domíguez, Eduardo Vigil y Robles y Julián Carrillo para que encuentren una primera edición del himno pues estaban circulando versiones con errores. La edición recuperada fue la que donó al Museo Nacional de Historia la viuda del poeta González Bocanegra. Francisco T. De Coss, a su vez, donó un álbum con la reducción para piano de Nunó de 1855 y la familia Pérez Salas una instrumentación del himno. (Concluirá)


bettyzanolli@gmail.com

@BettyZanolli