/ viernes 18 de enero de 2019

El huachicol y el rescate del Estado

La historia de México se puede resumir como la tensión entre quienes intentan la apropiación de bienes públicos para su beneficio y quienes defienden el interés, el patrimonio y rumbo de la nación mexicana. Esto ha sido una constante desde la fundación del país, los primeros tiempos de la República estuvieron marcados por la inestabilidad y los señores de la guerra locales, después por la iglesia como terrateniente y actor político frente la consolidación del Estado laico, esta lucha sigue vigente hasta nuestros días.

El régimen neoliberal hizo a un lado cualquier consideración moral o de interés público para servir a las utilidades, el informe trimestral y la corrupción, la apropiación de lo de todos se volvió la quinta esencia del gobierno.

Hoy, se revive esta lucha a través del combate al huachicol, que no es otra cosa que el robo del patrimonio de todos los mexicanos, que son los combustibles frente a los intereses de una compleja arquitectura de poder con gran capacidad técnica a través de abogados, empresas, ingeniería financiera y cuentas en el exterior.

No es de sorprender que el anterior director de Pemex estuviera involucrado en escándalos relacionados a esta gran ingeniería, sus offshore, sus cuentas en el extranjero, sus abogados caros y su genealogía de la nobleza neoliberal.

Estas credenciales se suman al brutal incremento en el robo de combustibles en la anterior administración. ¿De verdad podrá presumir de integridad con estos antecedentes?

Llama la atención que frente a la turbulencia que ha causado el combate al huachicol, la respuesta a los gobiernos anteriores ha sido un silencio que imita a confesión, ya sea de complicidad o de incapacidad. Se han circunscrito a la crítica y a la descalificación de la estrategia sin hacer lo que moral y políticamente estarían obligados a decir, una explicación del papel de su régimen. El que calla, otorga.

Hoy, el gobierno lucha por recuperar el patrimonio público de los voraces, de los indolentes y de quienes hicieron fortuna con el daño a todos, el tamaño de estos intereses, pero sobre todo de las dimensiones del problema que ya es equiparado al del narcotráfico, obligan a una acción contundente e inmediata en contra tesis de la complicidad y tapadera de otros momentos.

Nadie ha dicho que fuera fácil, todos hemos vivido las inconformidades derivadas de esta política, pero el progreso y los beneficios serán importantes, bien vale la pena unos días de fila por la recuperación de uno de los activos más importantes del país.

El impacto de esta recuperación no es sólo que el Estado dejará de perder millones de dólares en gasolina robada, también se fortalecerá, ya que uno de los pilares de las finanzas públicas es el impuesto a las gasolinas. Nadie debe de sorprenderse, seguramente vendrán otros problemas derivados de los coletazos de las sanguijuelas que han drenado a los mexicanos, con la regularización del abasto que se dará en los próximos días significará un gran logro, no solo para el gobierno de López Obrador, sino para el rescate del Estado mexicano.

@Luis__Humberto

La historia de México se puede resumir como la tensión entre quienes intentan la apropiación de bienes públicos para su beneficio y quienes defienden el interés, el patrimonio y rumbo de la nación mexicana. Esto ha sido una constante desde la fundación del país, los primeros tiempos de la República estuvieron marcados por la inestabilidad y los señores de la guerra locales, después por la iglesia como terrateniente y actor político frente la consolidación del Estado laico, esta lucha sigue vigente hasta nuestros días.

El régimen neoliberal hizo a un lado cualquier consideración moral o de interés público para servir a las utilidades, el informe trimestral y la corrupción, la apropiación de lo de todos se volvió la quinta esencia del gobierno.

Hoy, se revive esta lucha a través del combate al huachicol, que no es otra cosa que el robo del patrimonio de todos los mexicanos, que son los combustibles frente a los intereses de una compleja arquitectura de poder con gran capacidad técnica a través de abogados, empresas, ingeniería financiera y cuentas en el exterior.

No es de sorprender que el anterior director de Pemex estuviera involucrado en escándalos relacionados a esta gran ingeniería, sus offshore, sus cuentas en el extranjero, sus abogados caros y su genealogía de la nobleza neoliberal.

Estas credenciales se suman al brutal incremento en el robo de combustibles en la anterior administración. ¿De verdad podrá presumir de integridad con estos antecedentes?

Llama la atención que frente a la turbulencia que ha causado el combate al huachicol, la respuesta a los gobiernos anteriores ha sido un silencio que imita a confesión, ya sea de complicidad o de incapacidad. Se han circunscrito a la crítica y a la descalificación de la estrategia sin hacer lo que moral y políticamente estarían obligados a decir, una explicación del papel de su régimen. El que calla, otorga.

Hoy, el gobierno lucha por recuperar el patrimonio público de los voraces, de los indolentes y de quienes hicieron fortuna con el daño a todos, el tamaño de estos intereses, pero sobre todo de las dimensiones del problema que ya es equiparado al del narcotráfico, obligan a una acción contundente e inmediata en contra tesis de la complicidad y tapadera de otros momentos.

Nadie ha dicho que fuera fácil, todos hemos vivido las inconformidades derivadas de esta política, pero el progreso y los beneficios serán importantes, bien vale la pena unos días de fila por la recuperación de uno de los activos más importantes del país.

El impacto de esta recuperación no es sólo que el Estado dejará de perder millones de dólares en gasolina robada, también se fortalecerá, ya que uno de los pilares de las finanzas públicas es el impuesto a las gasolinas. Nadie debe de sorprenderse, seguramente vendrán otros problemas derivados de los coletazos de las sanguijuelas que han drenado a los mexicanos, con la regularización del abasto que se dará en los próximos días significará un gran logro, no solo para el gobierno de López Obrador, sino para el rescate del Estado mexicano.

@Luis__Humberto