/ miércoles 3 de enero de 2018

El inicio del 2018

Inicia el año 2018 como todos los comienzos de año se espera que sea mejor que al que le precedió. Se trata de un año que promete avances y la consolidación de logros, sustentados las fortalezas institucionales que permitirán seguir avanzando con estabilidad y oportunidades de desarrollo para el país y para cada familia mexicana.

La valoración de lo realizado parte de los resultados iniciales del conjunto de reformas impulsadas al inicio de la presente la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Por ellas y con ellas se abrieron espacios para nuevas inversiones que hoy comienzan a incidir en la actividad económica nacional y regional, así como en indicadores positivos de mejora en el salario y el empleo.

Por otra parte, frente al contexto externo, México cuenta con el gran activo de  estabilidad y credibilidad financiera, a lo que se suma la amplia oferta que hacen atractiva la inversión en el territorio y en su mercado interno. La privilegiada posición geográfica, la estabilidad institucional, sus recursos, los avances en la calificación de excelencia de su fuerza laboral, el desarrollo de las cadenas de valor, así como el compromiso del gobierno con el crecimiento y la distribución del ingreso, conforman un entorno favorable para mantener y captar más inversión.

Así, el año 2018 nos pone en la antesala de la conclusión dela primera quinta parte del siglo; un siglo XXI, que a nivel mundial ha traído innumerables cambios en la forma de hacer las cosas, donde prevalece el avance tecnológico y el continuo intercambio de información. La modernidad está ahí y México no se quedó atrás. La participación en la economía mundial, los acuerdos económicos y comerciales con países de todos los continentes abrieron nuevas oportunidades para la cooperación y el intercambio comercial, lo que pone al país en un lugar destacado para seguir aprovechando y creando oportunidades que lo mantengan como uno de los protagonistas centrales en el contexto global.

El año 2018 es una buena oportunidad para dar continuidad a las bases que han fortalecido tanto a la política económica como el desarrollo social. Este 2018 es un año para redoblar esfuerzos y continuar fortaleciendo las políticas que han demostrado traer beneficios a la población. Sin duda, se habrá de continuar apuntalando las nuevas bases institucionales, económicas y sociales para que el país siga por la senda de la estabilidad tanto económica, política y social.

Por lo que toca a la economía hoy se cuenta con una ruta bien definida para seguir creando polos de desarrollo. El surgimiento de nuevas regiones del centro del país con capacidades industriales, económicas y de servicios es un ejemplo del nuevo rostro productivo del país.

En los últimos años se crearon nuevas instituciones públicas y ciudadanas cuya labor enriquece la actuación gubernamental. En el frente de lo social hoy existe una mayor conciencia y voluntad para atender nuevas demandas sociales que permitan el acceso a los jóvenes a nuevos espacios para su desarrollo profesional y personal; igualmente, se cuenta con un mayor  énfasis en el tema de la igualdad de género y en la errdicación de la discriminación por sexo, edad, origen étnico o preferencia sexual.

La construcción de las políticas públicas en la actualidad, son sometidas al escrutinio institucional y de la sociedad. La transparencia y la rendición de cuentas, da cuenta del quehacer público a la población.

Estos avances son los que permiten ver un 2018 con optimismo. Los resultados logrados, las nuevas fortalezas institucionales, así como el compromiso gubernamental de no bajar el ritmo y consolidar lo positivo, permiten ver a este año como una oportunidad de seguir avanzando en el cumplimiento de los objetivos nacionales, sobre todo, el del bienestar social de todos los mexicanos.

Directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Inicia el año 2018 como todos los comienzos de año se espera que sea mejor que al que le precedió. Se trata de un año que promete avances y la consolidación de logros, sustentados las fortalezas institucionales que permitirán seguir avanzando con estabilidad y oportunidades de desarrollo para el país y para cada familia mexicana.

La valoración de lo realizado parte de los resultados iniciales del conjunto de reformas impulsadas al inicio de la presente la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Por ellas y con ellas se abrieron espacios para nuevas inversiones que hoy comienzan a incidir en la actividad económica nacional y regional, así como en indicadores positivos de mejora en el salario y el empleo.

Por otra parte, frente al contexto externo, México cuenta con el gran activo de  estabilidad y credibilidad financiera, a lo que se suma la amplia oferta que hacen atractiva la inversión en el territorio y en su mercado interno. La privilegiada posición geográfica, la estabilidad institucional, sus recursos, los avances en la calificación de excelencia de su fuerza laboral, el desarrollo de las cadenas de valor, así como el compromiso del gobierno con el crecimiento y la distribución del ingreso, conforman un entorno favorable para mantener y captar más inversión.

Así, el año 2018 nos pone en la antesala de la conclusión dela primera quinta parte del siglo; un siglo XXI, que a nivel mundial ha traído innumerables cambios en la forma de hacer las cosas, donde prevalece el avance tecnológico y el continuo intercambio de información. La modernidad está ahí y México no se quedó atrás. La participación en la economía mundial, los acuerdos económicos y comerciales con países de todos los continentes abrieron nuevas oportunidades para la cooperación y el intercambio comercial, lo que pone al país en un lugar destacado para seguir aprovechando y creando oportunidades que lo mantengan como uno de los protagonistas centrales en el contexto global.

El año 2018 es una buena oportunidad para dar continuidad a las bases que han fortalecido tanto a la política económica como el desarrollo social. Este 2018 es un año para redoblar esfuerzos y continuar fortaleciendo las políticas que han demostrado traer beneficios a la población. Sin duda, se habrá de continuar apuntalando las nuevas bases institucionales, económicas y sociales para que el país siga por la senda de la estabilidad tanto económica, política y social.

Por lo que toca a la economía hoy se cuenta con una ruta bien definida para seguir creando polos de desarrollo. El surgimiento de nuevas regiones del centro del país con capacidades industriales, económicas y de servicios es un ejemplo del nuevo rostro productivo del país.

En los últimos años se crearon nuevas instituciones públicas y ciudadanas cuya labor enriquece la actuación gubernamental. En el frente de lo social hoy existe una mayor conciencia y voluntad para atender nuevas demandas sociales que permitan el acceso a los jóvenes a nuevos espacios para su desarrollo profesional y personal; igualmente, se cuenta con un mayor  énfasis en el tema de la igualdad de género y en la errdicación de la discriminación por sexo, edad, origen étnico o preferencia sexual.

La construcción de las políticas públicas en la actualidad, son sometidas al escrutinio institucional y de la sociedad. La transparencia y la rendición de cuentas, da cuenta del quehacer público a la población.

Estos avances son los que permiten ver un 2018 con optimismo. Los resultados logrados, las nuevas fortalezas institucionales, así como el compromiso gubernamental de no bajar el ritmo y consolidar lo positivo, permiten ver a este año como una oportunidad de seguir avanzando en el cumplimiento de los objetivos nacionales, sobre todo, el del bienestar social de todos los mexicanos.

Directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas