/ domingo 12 de junio de 2022

El juicio que nadie ganó

Twitter: @cons_gentil

Durante las últimas semanas el internet se ha llenado de constantes referencias y contenido relacionado con el juicio de difamación de Johnny Depp contra su exesposa Amber Heard, el cual fue transmitido en vivo durante la totalidad de las 6 semanas que duró. Además de las audiencias y los fragmentos de las mismas que circulaban las redes sociales, también fuimos testigos de centenares de memes, burlas y hashtags que aumentaron la atención alrededor del juicio.

Vale la pena detenernos a pensar en por qué esta controversia francamente perturbadora fue merecedora de la cantidad de atención que recibió por parte de la opinión pública y los usuarios de las redes sociales. Más allá de la fama de los actores involucrados -principalmente de Johnny Depp, quien se ha consolidado como una figura de Hollywood desde los años 90- hubo otros factores que hicieron que este caso tan relevante.

En las acusaciones de acoso sexual, violencia doméstica e incluso violación, dentro de las dudas que pueden surgir con respecto a los testimonios, una de las más frecuentes es dudar si la víctima está realmente diciendo la verdad. A la luz del movimiento #MeToo, que ha permitido escuchar miles de testimonios de mujeres que han sufrido violencia sexual por parte de hombres de poder en diferentes industrias, hemos visto la caída de hombres de la talla de Harvey Weinstein y Woody Allen. Y en un porcentaje considerable de estos casos siempre ha habido gente que ha dudado de la veracidad de los testimonios de las víctimas.

La realidad es que el porcentaje de víctimas que mienten sobre este tipo de acusaciones es mínimo. Según un estudio de la Universidad de Massachusetts Boston, solo entre 2 y 10% de las acusaciones de violación llegan a ser falsas. El FBI ha puesto el número de violaciones "infundadas", es decir, aquellas que se determina que son falsas después de la investigación, en un 8%. Y estos porcentajes caen en franco contraste frente a los cientos de casos de violencia doméstica que nunca se reportan por miedo y traumas de parte de las víctimas.

Más allá de lo que verdaderamente haya pasado en el caso de Depp y Heard, éste no es representativo de la mayoría de los casos de violencia doméstica y aún así hubo un enorme sector de la opinión pública que lo usó como un estandarte del “hombre reivindicado” frente a una “mujer mentirosa”. Primeramente deberíamos preguntar qué pasa con nuestra cultura en la que la audiencia estaba tan lista para aceptar a Depp como vulnerable, humano y víctima de una injusticia y al mismo tiempo ver a Heard como loca y mentirosa. Y con esto me refiero a no solamente a estos personajes, sino a nosotros; a lo que hay detrás de nuestras opiniones y que permite adoptar estas creencias con tanta facilidad.

El verdadero problema detrás de todo esto es que este caso no es representativo de la mayoría de los casos de violencia doméstica, principalmente debido al hecho de que ambos son figuras públicas millonarias y a las particularidades del caso. Sin embargo, aún así sienta un precedente para que muchos hombres abusivos adopten una narrativa similar que, gracias a este caso, ahora tiene un referente altamente popular. La realidad es que este caso terminó, más allá de quién estuviera diciendo la verdad sobre qué. Pero la enorme cantidad de atención que generó sienta un precedente para que muchos hombres se escuden con una narrativa que no les corresponde. Y lo que es peor, ahora sabemos que existe una enorme cantidad de gente que está lista para creerla.

Twitter: @cons_gentil

Durante las últimas semanas el internet se ha llenado de constantes referencias y contenido relacionado con el juicio de difamación de Johnny Depp contra su exesposa Amber Heard, el cual fue transmitido en vivo durante la totalidad de las 6 semanas que duró. Además de las audiencias y los fragmentos de las mismas que circulaban las redes sociales, también fuimos testigos de centenares de memes, burlas y hashtags que aumentaron la atención alrededor del juicio.

Vale la pena detenernos a pensar en por qué esta controversia francamente perturbadora fue merecedora de la cantidad de atención que recibió por parte de la opinión pública y los usuarios de las redes sociales. Más allá de la fama de los actores involucrados -principalmente de Johnny Depp, quien se ha consolidado como una figura de Hollywood desde los años 90- hubo otros factores que hicieron que este caso tan relevante.

En las acusaciones de acoso sexual, violencia doméstica e incluso violación, dentro de las dudas que pueden surgir con respecto a los testimonios, una de las más frecuentes es dudar si la víctima está realmente diciendo la verdad. A la luz del movimiento #MeToo, que ha permitido escuchar miles de testimonios de mujeres que han sufrido violencia sexual por parte de hombres de poder en diferentes industrias, hemos visto la caída de hombres de la talla de Harvey Weinstein y Woody Allen. Y en un porcentaje considerable de estos casos siempre ha habido gente que ha dudado de la veracidad de los testimonios de las víctimas.

La realidad es que el porcentaje de víctimas que mienten sobre este tipo de acusaciones es mínimo. Según un estudio de la Universidad de Massachusetts Boston, solo entre 2 y 10% de las acusaciones de violación llegan a ser falsas. El FBI ha puesto el número de violaciones "infundadas", es decir, aquellas que se determina que son falsas después de la investigación, en un 8%. Y estos porcentajes caen en franco contraste frente a los cientos de casos de violencia doméstica que nunca se reportan por miedo y traumas de parte de las víctimas.

Más allá de lo que verdaderamente haya pasado en el caso de Depp y Heard, éste no es representativo de la mayoría de los casos de violencia doméstica y aún así hubo un enorme sector de la opinión pública que lo usó como un estandarte del “hombre reivindicado” frente a una “mujer mentirosa”. Primeramente deberíamos preguntar qué pasa con nuestra cultura en la que la audiencia estaba tan lista para aceptar a Depp como vulnerable, humano y víctima de una injusticia y al mismo tiempo ver a Heard como loca y mentirosa. Y con esto me refiero a no solamente a estos personajes, sino a nosotros; a lo que hay detrás de nuestras opiniones y que permite adoptar estas creencias con tanta facilidad.

El verdadero problema detrás de todo esto es que este caso no es representativo de la mayoría de los casos de violencia doméstica, principalmente debido al hecho de que ambos son figuras públicas millonarias y a las particularidades del caso. Sin embargo, aún así sienta un precedente para que muchos hombres abusivos adopten una narrativa similar que, gracias a este caso, ahora tiene un referente altamente popular. La realidad es que este caso terminó, más allá de quién estuviera diciendo la verdad sobre qué. Pero la enorme cantidad de atención que generó sienta un precedente para que muchos hombres se escuden con una narrativa que no les corresponde. Y lo que es peor, ahora sabemos que existe una enorme cantidad de gente que está lista para creerla.