por José Luis Camacho Vargas
El 1º de febrero da inicio el último período de sesiones ordinarias de la 64 Legislatura federal que, por mandato constitucional, debe ser inaugurado en sesión de Congreso General, es decir, tanto de diputados como senadores. Por encontrarnos en el peor momento de la pandemia, esta ceremonia será sui generis, ya que solo asistirán físicamente al Palacio Legislativo de San Lázaro las y los integrantes de las mesas directivas de cada cámara y el resto de las y los congresistas seguirá la sesión a distancia.
El papel la Cámara de Diputados, al ser la responsable en exclusiva de los egresos, debería ser primordial en estos momentos de emergencia nacional, pues en otros países se ha sesionado para aprobar programas de emergencia que buscan atender los requerimientos médicos, así como incentivos económicos para el empleo, sin embargo, la mexicana no. Si bien las agendas del PRI, PAN, PRD y MC se centran en la crisis sanitaria, económica y de seguridad, no así la del grupo mayoritario que pareciera no ver la magnitud de la tragedia.
Conducidos profesional y prudentemente por la yucateca Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Mesa Directiva, las y los diputados tienen en la agenda temas como las polémicas reformas a la Ley del Banco de México que, de concretarse, pondrían en riesgo no solo la integridad del órgano autónomo, sino las finanzas públicas nacionales.
Morena se encuentra coordinado por el poblano Ignacio Mier, quien será el responsable de conducir un amplio grupo de legisladores que en su mayoría busca ser reelegido, por lo que tendrá que organizarlos magistralmente para que no descuiden las tareas legislativas por andar en campaña. Por su parte, los blanquiazules bajo el mando del guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks han centrado sus esfuerzos en impulsar temas que buscan atender las emergencias nacionales.
El PRI bajo el liderazgo de Alejandro Moreno y René Juárez ha centrado sus esfuerzos en hacer lo posible para que lleguen más vacunas contra el Covid-19, reactivar la economía nacional, defender los órganos constitucionales autónomos y evitar la concentración del poder presidencial, mientras que el PT al mando de Reginaldo Sandoval Flores seguirá impulsando temas de hondo calado social.
Movimiento Ciudadano bajo el liderazgo de la recién electa coordinadora Fabiola Loya enfrentará grandes retos, pues si bien forma parte del bloque opositor, en las elecciones va solo, lo cual volverá impredecible su actuar. No obstante, el liderazgo que Martha Tagle ha construido en la agenda de igualdad y perspectiva de género seguirá representando un aspecto imprescindible en la tribuna legislativa.
El PES bajo la coordinación de Jorge Argüelles Victorero enfrentará un reto similar a MC, pues si bien en el Legislativo es aliado de Morena, en lo electoral va solo, por lo que tendrá que construir un cierto grado de independencia.
El Verde bajo la coordinación de Arturo Escobar no tiene tiempo qué perder, pues sabe que se juega el registro, por lo que empleará propuestas estratégicas para ganar adeptos electorales.
Y qué decir del PRD bajo el liderazgo de Verónica Juárez Piña, quien con gran aplomo y claridad ha dado grandes aportaciones al trabajo legislativo y este último periodo ordinario no será la excepción.
Todas y todos ellos tienen mucho trabajo qué hacer en bien de México en estos momentos tan difíciles y amargos.
@jlcamachov