/ miércoles 5 de agosto de 2020

El Marro al “bote” y Gatell a la picota

Mal les fue en estos días, al azote guanajuatense conocido como El Marro y a la estrellita marinera de Palacio Nacional: el ínclito López Gatell. Al primero lograron echaron el guante y ya duerme en una prisión de alta seguridad. Del segundo se exigió su salida del cargo, aunque cuenta con el espaldarazo del tlatoani.

Costó trabajo aprehender al delincuente que aniquiló la tranquilidad del que fuera pacífico estado. Especialista en el huachicoleo, José Antonio Yépez incursionó también en la extorsión, el secuestro y el asesinato.

Del año 2017 a la fecha, más de 10 mil guanajuatenses perdieron la vida. Su confrontación con el cártel Jalisco Nueva Generación, propició ríos de sangre y la violencia inaudita de la batalla entre grupos del crimen organizado.

La Federación se hacía sorda a las solicitudes de auxilio, al provenir de un gobernador panista, que tuvo la osadía de enfrentarse al tabasqueño, cuando dejó sin gasolina a la República, a nombre del “combate al huachicol”. Diego Sinhué Rodríguez dio la cara e hizo compras en el extranjero, para salir del problema. De sobra está recordar lo que sucede con aquellos que se muestran críticos a las “sabias decisiones” de la 4T.

El encontronazo político se suavizó en días pasados, cuando AMLO visitó la entidad, dialogó con el gober y en apariencia hicieron las paces. Vino entonces el operativo conjunto, de las fuerzas federales y locales y se logró detener al temido sátrapa.

¿Recuperará Guanajuato la tranquilidad? Difícil, si no se continúa con el desmantelamiento de las bandas. Habría que poner tras las rejas a la estructura que amacizaba a El Marro, empezando por su familia directa, a la que ya se había aprehendido, pero que salieron por la archimentada “puerta giratoria”.

También poner el alto al CJNG, quien hará lo imposible por quedarse con el espacio que, de momento, queda acéfalo. Se sabe sobreviene una mayor violencia, pero, de seguir por la vía de la “inteligencia”, se tendrá éxito.

Mientras el público agradecido aplaudía, nueve gobernadores solicitaban la dimisión inmediata, del “epidemiólogo” convertido en jilguero del “cambio”. Por supuesto, la demanda vino de ejecutivos que militan en la oposición, lo que, de entrada, los vuelve invisibles o malditos, para el gurú nacional.

Lo hicieron a través de una carta pública, como respuesta a las amenazas que les asestaron, de no obedecer las instrucciones del semáforo en turno, que define “el otro López”.

Expusieron lo que pensamos una buena mayoría de personas. Contradicciones en las cifras, estrategia “a modo”, sordera a las directrices de la Organización Mundial de la Salud, lo que nos coloca en uno de los primerísimos lugares en el número de muertos por el Covid y la irrupción alarmante de un mayor número de casos.

Duele hasta el tuétano, la indiferencia de las autoridades al dolor de una sociedad, golpeada hasta lo indecible. Más de 46 mil fallecidos son testimonio del fracaso de los encargados de contener al virus, a pesar de que se culpe a las enfermedades crónicas que sufrimos.

López Gatell está en la picota y en ella lo va a dejar AMLO, mientras le sirva a sus fines. Se le hará culpable del desastre, se le quemará en leña verde, en tanto se libre de culpa a la figura presidencial, auténtica responsable de este caos.

El medicucho sólo obedece órdenes y el que las da es el tribuno de las mañaneras. ¡Que no se nos olvide!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


Mal les fue en estos días, al azote guanajuatense conocido como El Marro y a la estrellita marinera de Palacio Nacional: el ínclito López Gatell. Al primero lograron echaron el guante y ya duerme en una prisión de alta seguridad. Del segundo se exigió su salida del cargo, aunque cuenta con el espaldarazo del tlatoani.

Costó trabajo aprehender al delincuente que aniquiló la tranquilidad del que fuera pacífico estado. Especialista en el huachicoleo, José Antonio Yépez incursionó también en la extorsión, el secuestro y el asesinato.

Del año 2017 a la fecha, más de 10 mil guanajuatenses perdieron la vida. Su confrontación con el cártel Jalisco Nueva Generación, propició ríos de sangre y la violencia inaudita de la batalla entre grupos del crimen organizado.

La Federación se hacía sorda a las solicitudes de auxilio, al provenir de un gobernador panista, que tuvo la osadía de enfrentarse al tabasqueño, cuando dejó sin gasolina a la República, a nombre del “combate al huachicol”. Diego Sinhué Rodríguez dio la cara e hizo compras en el extranjero, para salir del problema. De sobra está recordar lo que sucede con aquellos que se muestran críticos a las “sabias decisiones” de la 4T.

El encontronazo político se suavizó en días pasados, cuando AMLO visitó la entidad, dialogó con el gober y en apariencia hicieron las paces. Vino entonces el operativo conjunto, de las fuerzas federales y locales y se logró detener al temido sátrapa.

¿Recuperará Guanajuato la tranquilidad? Difícil, si no se continúa con el desmantelamiento de las bandas. Habría que poner tras las rejas a la estructura que amacizaba a El Marro, empezando por su familia directa, a la que ya se había aprehendido, pero que salieron por la archimentada “puerta giratoria”.

También poner el alto al CJNG, quien hará lo imposible por quedarse con el espacio que, de momento, queda acéfalo. Se sabe sobreviene una mayor violencia, pero, de seguir por la vía de la “inteligencia”, se tendrá éxito.

Mientras el público agradecido aplaudía, nueve gobernadores solicitaban la dimisión inmediata, del “epidemiólogo” convertido en jilguero del “cambio”. Por supuesto, la demanda vino de ejecutivos que militan en la oposición, lo que, de entrada, los vuelve invisibles o malditos, para el gurú nacional.

Lo hicieron a través de una carta pública, como respuesta a las amenazas que les asestaron, de no obedecer las instrucciones del semáforo en turno, que define “el otro López”.

Expusieron lo que pensamos una buena mayoría de personas. Contradicciones en las cifras, estrategia “a modo”, sordera a las directrices de la Organización Mundial de la Salud, lo que nos coloca en uno de los primerísimos lugares en el número de muertos por el Covid y la irrupción alarmante de un mayor número de casos.

Duele hasta el tuétano, la indiferencia de las autoridades al dolor de una sociedad, golpeada hasta lo indecible. Más de 46 mil fallecidos son testimonio del fracaso de los encargados de contener al virus, a pesar de que se culpe a las enfermedades crónicas que sufrimos.

López Gatell está en la picota y en ella lo va a dejar AMLO, mientras le sirva a sus fines. Se le hará culpable del desastre, se le quemará en leña verde, en tanto se libre de culpa a la figura presidencial, auténtica responsable de este caos.

El medicucho sólo obedece órdenes y el que las da es el tribuno de las mañaneras. ¡Que no se nos olvide!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq