/ viernes 24 de julio de 2020

El miedo

Hay dos emociones fundamentales: el amor y el miedo; éste es la semilla del odio, la intolerancia, la violencia, la xenofobia, los celos y el sentido de pérdida. El miedo no siempre es negativo, es una acción de defensa que nos ha permitido sobrevivir como especie y es la principal salvaguarda del peligro. Esto viene al caso, ya que en pocos momentos de la historia contemporánea lo hemos tenido como acompañante tan cercano como ahora. La pandemia ha sumado otros temores como la situación económica, la inseguridad, la posibilidad de la pérdida de empleo y sobre todo un mundo que nace, que se va descubriendo desde lo desconocido; hoy nos hacen ser una sociedad con miedo.


Una sociedad con miedo, no solo se inmoviliza, se paraliza, se pierde la objetividad y se alimentan las peores naturalezas de la condición humana y toma pésimas decisiones. Más aún si se le suma el descontento social que ha sido una marca del siglo XXI, la situación merece reflexionarse. En estos momentos no es un tema de sicología o de superación personal, se vuelve un tema medular de la vida pública. El miedo marcará la elección federal y el proceso de reapertura económica, ya que hay actores que lo alimentan buscando generar confusión en la población.


Mandela en su libro “El largo camino a la libertad” dice: “Aprendí que la valentía no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre el miedo. El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”. No se trata de negar una realidad y sus peligros, es sobre cómo la sociedad puede fortalecer su resiliencia.


La necesidad de generar certidumbre y esperanza es fundamental por eso el gobierno federal, en particular la SEP, han direccionado hacia la empatía, la tolerancia, la ética y los valores de una nueva vida pública que nos permita no solo vencer a la adversidad, también al miedo.

Twitter: @LuisH_Fernandez

Hay dos emociones fundamentales: el amor y el miedo; éste es la semilla del odio, la intolerancia, la violencia, la xenofobia, los celos y el sentido de pérdida. El miedo no siempre es negativo, es una acción de defensa que nos ha permitido sobrevivir como especie y es la principal salvaguarda del peligro. Esto viene al caso, ya que en pocos momentos de la historia contemporánea lo hemos tenido como acompañante tan cercano como ahora. La pandemia ha sumado otros temores como la situación económica, la inseguridad, la posibilidad de la pérdida de empleo y sobre todo un mundo que nace, que se va descubriendo desde lo desconocido; hoy nos hacen ser una sociedad con miedo.


Una sociedad con miedo, no solo se inmoviliza, se paraliza, se pierde la objetividad y se alimentan las peores naturalezas de la condición humana y toma pésimas decisiones. Más aún si se le suma el descontento social que ha sido una marca del siglo XXI, la situación merece reflexionarse. En estos momentos no es un tema de sicología o de superación personal, se vuelve un tema medular de la vida pública. El miedo marcará la elección federal y el proceso de reapertura económica, ya que hay actores que lo alimentan buscando generar confusión en la población.


Mandela en su libro “El largo camino a la libertad” dice: “Aprendí que la valentía no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre el miedo. El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”. No se trata de negar una realidad y sus peligros, es sobre cómo la sociedad puede fortalecer su resiliencia.


La necesidad de generar certidumbre y esperanza es fundamental por eso el gobierno federal, en particular la SEP, han direccionado hacia la empatía, la tolerancia, la ética y los valores de una nueva vida pública que nos permita no solo vencer a la adversidad, también al miedo.

Twitter: @LuisH_Fernandez