Por Diana Bañuelos
¿Alguna vez se han preguntado por qué le tenemos miedo a lo diferente? Lo desconocido nos aterra y vemos a lo inusual como algo extraño, muchas veces malo. Pero ¿quién puede definir a algo como extraño, desconocido o inusual sin caer en la subjetividad?
Vivimos en un mundo diverso, donde factores como el género, sexo, raza, religión, orientación sexual y/o discapacidad nos hace diferentes. Vivimos también en un mundo hiperglobalizado, en donde la conexión con otras identidades culturales se vuelve inevitable. No obstante, aún le pedimos a una pareja homosexual que se retire de Six flags por mostrar su afecto, todavía señalamos a una persona por los ritos religiosos que practica y de igual forma, seguimos en el debate del por qué sí o por qué no debería la sirenita ser negra.
El miedo es un sentimiento muy fuerte, y es que investigaciones han demostrado que las personas que viven con miedo tienden a ser menos tolerantes, más reactivas y excluyentes. Ya sea que este miedo devenga de la ignorancia, de antiguas experiencias, de estereotipos o de prejuicios internalizados, la verdad es que este sentimiento nos paraliza y por ello, muchas veces no sabemos como incluir a aquellas personas que vemos como “diferentes”. Muchas veces, este miedo también nos puede llevar a cometer actos discriminatorios contra otras personas. Esto puede ser cualquier acto que implique una violación al derecho de igualdad ante la ley y la igualdad de trato o incluso, en su forma más violenta, crímenes de odio. Hemos visto muchos casos: Homicidios, amenazas, golpizas, violaciones correctivas y torturas, todas estas orientadas por el odio a las diferencias del otro, a ese “enemigo” de lo que consideramos normal.
Recordemos que los estereotipos y prejuicios que tenemos sobre lo diferente devienen de procesos de socialización. Es decir, la interacción y experiencias que se tienen con otras personas en el hogar, en la escuela, en el trabajo, etc. Y es que a través de estos mismos, también podemos cambiar nuestro punto de vista sobre el mundo y las demás personas. Compartamos información, hagamos un ejercicio de introspección, enseñemos a nuestro círculo más cercano la importancia de la inclusión pero, más que nada, tratemos a las personas que consideramos distintas a nosotrxs con respeto y dignidad.
Hoy, les invito a que abracemos juntxs nuestras diferencias y la diversidad que construyen en conjunto. Este es uno de los múltiples caminos que nos llevan a una sociedad más igualitaria y segura. Hoy, les invito a que construyamos un México más pacífico, dejando atrás nuestro miedo a lo diferente.