/ viernes 1 de julio de 2022

El monstruo del Suntory 

Stephen King escribió: “los monstruos son reales y los fantasmas también; viven dentro de nosotros y algunas veces, ellos ganan”; y viene al caso porque hace unos días nos sorprendió un homicidio por su gran cinismo en medio de un restaurante de la Ciudad de México, perpetrado hacia la cantante Yrma Lydya a manos de su esposo, el abogado Jesús Hernández.

Resulta francamente aterrador la figura del monstruo del Suntory, de un señor de 79 años que inició sus estudios desde 1963 y obtuvo su cédula profesional como abogado hasta 2017, es decir 54 años después. Es aterrador en muchos niveles; lo primero es que es un monstruo creado por el sistema, en donde la corrupción y la impunidad están al servicio de los más adinerados, como lo han documentado varios medios. Lo segundo, es la posibilidad de que el señor podría pasar a arresto domiciliario por su avanzada edad, e incluso se le podría declarar inocente por alguna triquiñuela. Algunos comentaristas y escritores han argumentado que el homicida tiene conexiones con altos mandos, lo que podría resultar en su pronta liberación.

Y tercero, es aterrador porque combina elementos horrendos, los vicios personales y los del sistema, con la decadencia y la perversidad. Este monstruo de corbatas de diamantes incrustados, comiendo cotidianamente en los restaurantes más caros, hizo su reputación por un estilo de vida alimentado por la extorsión, no por un poder que viene de elecciones ni del desarrollo académico, sino que viene únicamente del talento para corromper y utilizar. Quienes lo conocen de cerca lo señalan por alardear constantemente, con trajes hechos a la medida y con su pistola chapada en oro, que pensó que con su influyentismo y el auto de más de 2 mdp en el que pretendía huir de la escena del crimen, serían suficientes para evadir la justicia.

Se habla mucho de él, pero nunca de una labor social, simplemente por cómo influía entre las élites. Será muy interesante que salga en los próximos días la información sobre sus cercanos. Al final, muchos de los monstruos actuales los creó el sistema corrupto e impune que prevalecía, y ellos todavía viven entre nosotros. Y personas como este abogado distan mucho de estar en peligro de extinción; aún hay más, pero más discretos. El monstruo del Suntory pasará a la historia nacional de la infamia, con nombres como el caníbal de Atizapán, el monstruo de Ecatepec o el descuartizador de Chihuahua. Este homicidio tan cínico por la suposición de impunidad nos deja claro la cita de King, los monstruos sí existen y son reales, se alimentan de la impunidad y de la corrupción, y algunas veces, ellos ganan. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez

Stephen King escribió: “los monstruos son reales y los fantasmas también; viven dentro de nosotros y algunas veces, ellos ganan”; y viene al caso porque hace unos días nos sorprendió un homicidio por su gran cinismo en medio de un restaurante de la Ciudad de México, perpetrado hacia la cantante Yrma Lydya a manos de su esposo, el abogado Jesús Hernández.

Resulta francamente aterrador la figura del monstruo del Suntory, de un señor de 79 años que inició sus estudios desde 1963 y obtuvo su cédula profesional como abogado hasta 2017, es decir 54 años después. Es aterrador en muchos niveles; lo primero es que es un monstruo creado por el sistema, en donde la corrupción y la impunidad están al servicio de los más adinerados, como lo han documentado varios medios. Lo segundo, es la posibilidad de que el señor podría pasar a arresto domiciliario por su avanzada edad, e incluso se le podría declarar inocente por alguna triquiñuela. Algunos comentaristas y escritores han argumentado que el homicida tiene conexiones con altos mandos, lo que podría resultar en su pronta liberación.

Y tercero, es aterrador porque combina elementos horrendos, los vicios personales y los del sistema, con la decadencia y la perversidad. Este monstruo de corbatas de diamantes incrustados, comiendo cotidianamente en los restaurantes más caros, hizo su reputación por un estilo de vida alimentado por la extorsión, no por un poder que viene de elecciones ni del desarrollo académico, sino que viene únicamente del talento para corromper y utilizar. Quienes lo conocen de cerca lo señalan por alardear constantemente, con trajes hechos a la medida y con su pistola chapada en oro, que pensó que con su influyentismo y el auto de más de 2 mdp en el que pretendía huir de la escena del crimen, serían suficientes para evadir la justicia.

Se habla mucho de él, pero nunca de una labor social, simplemente por cómo influía entre las élites. Será muy interesante que salga en los próximos días la información sobre sus cercanos. Al final, muchos de los monstruos actuales los creó el sistema corrupto e impune que prevalecía, y ellos todavía viven entre nosotros. Y personas como este abogado distan mucho de estar en peligro de extinción; aún hay más, pero más discretos. El monstruo del Suntory pasará a la historia nacional de la infamia, con nombres como el caníbal de Atizapán, el monstruo de Ecatepec o el descuartizador de Chihuahua. Este homicidio tan cínico por la suposición de impunidad nos deja claro la cita de King, los monstruos sí existen y son reales, se alimentan de la impunidad y de la corrupción, y algunas veces, ellos ganan. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez