/ viernes 15 de marzo de 2019

El mundo de la realeza

Cierto, los matrimonios reales por lo general ya no son de conveniencia política, diplomática o por razones de Estado. Son por amor. Y ahora estas parejas deben de hacer todo lo posible para hacer que su unión funcione bien porque, no hay pretexto para un divorcio.

Es difícil llegar a los 50 años de casados- como los reyes de Noruega- pero lo es aún más llegar a los 72 como la reina Isabel y el duque de Edimburgo, quienes lo cumplirán en el mes de noviembre de 2019.

El casarse representa igualdad en responsabilidades, como para cualquiera de nosotros. Una boda real en otros siglos quizá era para siempre y por eso había la infidelidad, si, incluso con Enrique VIII, que pese a que se casó seis veces, tuvo sus amoríos.

Un matrimonio por amor representa para los y las consortes pérdida de libertad en el sentido de su vida plebeya, y alcanzan un estatus muy alto y su vida es expuesta ante todo el mundo gracias a nosotros, los medios de comunicación.

Su primer deber es procrear, claro, ya casados. Dedicarse toda la vida al servicio de su país. Los matrimonios reales son expuestos a críticas, tanto en el deber público como en su vida privada: cuantos hijos tienen, deben de tener, como se llamarán, que religión deben profesar,etc.

Las princesas consortes debían dar un hijo varón para que heredaran el trono. Al parecer, eso se acabó. Con el término en las casas reales europeas de esta ley, la ley sálica, excepto en Mónaco y en Liechtenstein, las mujeres reinaran en una Europa modernista e igualitaria. El príncipe Christian de Dinamarca es un príncipe varón que será rey por ser el primogénito.

Que hay crisis en estos matrimonios según la prensa rosa depende de las imágenes y comportamiento que vemos en los royals mediante comentarios, videos o imágenes. La reina danesa Margarita al parecer, tuvo conflictos con su marido, el príncipe Enrique, QEPD, pero sólo la muerte los separó.

Carlos y Diana… pero no pudieron ser discretos y ella ya falleció. Incluso, desde novios se puede percibir en las parejas reales sus problemas como cuando Kate y Guillermo se separaron un tiempo para luego comprometerse, casarse y tener una familia.

Es un matrimonio un compromiso, un amor fuerte que muchas veces vence obstáculos y logran su cometido: vencer a los críticos como Haakon y Mette Marit lo han hecho y lo lograron; casi están juntos dos décadas como matrimonio.

Al príncipe noruego no le importó el pasado de ella, ¿muy liberal o caballero? Es un hombre enamorado y feliz y es un hecho que ella lo ama. Renunció él a su soltería y no amó a más mujer que la suya. Es un matrimonio por amor y así lo vemos también con Guillermo y Estefanía, grandes duques herederos de Luxemburgo, quienes pese a que ya tienen años casados, no tienen hijos.

Así que como me dijo una vocecita sobre estos casos: “el amor es más fuerte ante la adversidad?”¿no creen?


Cierto, los matrimonios reales por lo general ya no son de conveniencia política, diplomática o por razones de Estado. Son por amor. Y ahora estas parejas deben de hacer todo lo posible para hacer que su unión funcione bien porque, no hay pretexto para un divorcio.

Es difícil llegar a los 50 años de casados- como los reyes de Noruega- pero lo es aún más llegar a los 72 como la reina Isabel y el duque de Edimburgo, quienes lo cumplirán en el mes de noviembre de 2019.

El casarse representa igualdad en responsabilidades, como para cualquiera de nosotros. Una boda real en otros siglos quizá era para siempre y por eso había la infidelidad, si, incluso con Enrique VIII, que pese a que se casó seis veces, tuvo sus amoríos.

Un matrimonio por amor representa para los y las consortes pérdida de libertad en el sentido de su vida plebeya, y alcanzan un estatus muy alto y su vida es expuesta ante todo el mundo gracias a nosotros, los medios de comunicación.

Su primer deber es procrear, claro, ya casados. Dedicarse toda la vida al servicio de su país. Los matrimonios reales son expuestos a críticas, tanto en el deber público como en su vida privada: cuantos hijos tienen, deben de tener, como se llamarán, que religión deben profesar,etc.

Las princesas consortes debían dar un hijo varón para que heredaran el trono. Al parecer, eso se acabó. Con el término en las casas reales europeas de esta ley, la ley sálica, excepto en Mónaco y en Liechtenstein, las mujeres reinaran en una Europa modernista e igualitaria. El príncipe Christian de Dinamarca es un príncipe varón que será rey por ser el primogénito.

Que hay crisis en estos matrimonios según la prensa rosa depende de las imágenes y comportamiento que vemos en los royals mediante comentarios, videos o imágenes. La reina danesa Margarita al parecer, tuvo conflictos con su marido, el príncipe Enrique, QEPD, pero sólo la muerte los separó.

Carlos y Diana… pero no pudieron ser discretos y ella ya falleció. Incluso, desde novios se puede percibir en las parejas reales sus problemas como cuando Kate y Guillermo se separaron un tiempo para luego comprometerse, casarse y tener una familia.

Es un matrimonio un compromiso, un amor fuerte que muchas veces vence obstáculos y logran su cometido: vencer a los críticos como Haakon y Mette Marit lo han hecho y lo lograron; casi están juntos dos décadas como matrimonio.

Al príncipe noruego no le importó el pasado de ella, ¿muy liberal o caballero? Es un hombre enamorado y feliz y es un hecho que ella lo ama. Renunció él a su soltería y no amó a más mujer que la suya. Es un matrimonio por amor y así lo vemos también con Guillermo y Estefanía, grandes duques herederos de Luxemburgo, quienes pese a que ya tienen años casados, no tienen hijos.

Así que como me dijo una vocecita sobre estos casos: “el amor es más fuerte ante la adversidad?”¿no creen?