/ miércoles 17 de abril de 2019

El mundo de la realeza

Queridos lectores, reciban un cordial saludo. Les comento de este libro cuya escritora, Anita Leslie, es pariente de Sir Winston Churchill. Ella es una experta en el tema de la época eduardiana.

Es un libro fabuloso donde la escritora nos explica del reinado de Victoria I de Inglaterra cuyo heredero, Alberto Eduardo, Bertie príncipe de Gales y después el rey Eduardo VII de 1901 a 1910, condujo “con el aplauso de toda Europa” sus adulterios públicos a pesar del sufrimiento de Alix, su esposa, nacida como Alejandra de Dinamarca.

Es una narración sorprendente, de cómo este Bertie, príncipe de Gales, a falta de un trabajo real, ya que su madre lo responsabilizó de la temprana muerte del príncipe Alberto, padre del heredero, a los 42 años de edad. El príncipe consorte reprendió a su hijo debido a una aventura sexual de Bertie y tras el viaje de regreso de Irlanda, el consorte se resfrió,y murió en brazos de la reina Victoria, aunque se dice que tenía cáncer de estómago, aunque esta teoría es nueva.

Bertie, un príncipe mujeriego, buscó placer en sus amigas actrices y amistades con aristócratas. Estuvo envuelto en dos casos de divorcio, tuvo 7800 amantes, iba mucho a París, viajaba con y sin su esposa.

Sin embargo, inventó un juego donde ¡hasta ministros religiosos y políticos participaron ¡

Cacerías, fiestas para hombres donde participaban nudistas, fiestas donde celebraban 15 comidas diarias y los invitados tenían que comer con la rapidez del monarca, bailes, y se disfrazaban de bomberos-los hombres- para ir a llamados reales para apagar incendios, y fumaban grandes puros.

Desde que Bertie tuvo su primera amante, Nellie Cliften, a los 19 años, el príncipe de Gales, herederodel trono inglés, se dedicó a los eventos sociales como fiestas e inauguraciones realesy, fue como rey de Inglaterra, de 1901, hasta que murió en mayo de 1910, que, siguió este ritmo de vida. Por cierto, como todos saben, otra de sus amantes fue Alicia Keppel, bisabuela de Camila, esposa del actual príncipe de Gales, Carlos.

A este periodo que abarca partedel reinado de Victoria I de 1860 hasta 1910, se le conoce como la era eduardiana. Un libro interesante, ya viejo, ya que data de junio de 1975, pero que abarca como la realeza y la aristocracia disfrutaban de sus roles tanto referente a los deberes como a ser varones y mujeres, porque permaneció un doble estándar, es decir, las mujeres decentes no podían entrar a este club, ya que debían buscar un adecuado marido, permanecer vírgenes hasta su boda, y dar herederos sanos varones y suficientes para que estos heredaran tronos, títulos y propiedades.

Las institutrices debían seguir también esas reglas. Cuando una mujer casada cumplía su deber, y con la autorización de su esposo, “podía voltear en otra dirección” o sea, buscar un amante.

El sexo, repito, para las jóvenes decentes era tabú. Para los varones se les entrenaba antes de casarse con prostitutas o actrices. Hubo escándalos, como el caso “lady Mourdant,” el de Lord Blandford y su amante, una aristócrata casada que abandonó a su marido por el heredero del duque de Marlborough abuelo de Churchill y que enemistó al padre de este, Lord Randolph, con el príncipe de Gales, quien, por cierto, fue también amante de la madre de Churchill, lady Randolph Churchill, conocida como Jennie y de la que ya les hablé.

Pueden buscar el libro por internet, está en inglés y es recomendable. Ahora los adulterios son descubiertos por los medios de comunicación y las redes sociales, pero en aquella época, como dijo Alicia Keppel al enterarse de la abdicación de Eduardo VIII, nieto de Bertie: “se hacían mejor las cosas “.

Queridos lectores, reciban un cordial saludo. Les comento de este libro cuya escritora, Anita Leslie, es pariente de Sir Winston Churchill. Ella es una experta en el tema de la época eduardiana.

Es un libro fabuloso donde la escritora nos explica del reinado de Victoria I de Inglaterra cuyo heredero, Alberto Eduardo, Bertie príncipe de Gales y después el rey Eduardo VII de 1901 a 1910, condujo “con el aplauso de toda Europa” sus adulterios públicos a pesar del sufrimiento de Alix, su esposa, nacida como Alejandra de Dinamarca.

Es una narración sorprendente, de cómo este Bertie, príncipe de Gales, a falta de un trabajo real, ya que su madre lo responsabilizó de la temprana muerte del príncipe Alberto, padre del heredero, a los 42 años de edad. El príncipe consorte reprendió a su hijo debido a una aventura sexual de Bertie y tras el viaje de regreso de Irlanda, el consorte se resfrió,y murió en brazos de la reina Victoria, aunque se dice que tenía cáncer de estómago, aunque esta teoría es nueva.

Bertie, un príncipe mujeriego, buscó placer en sus amigas actrices y amistades con aristócratas. Estuvo envuelto en dos casos de divorcio, tuvo 7800 amantes, iba mucho a París, viajaba con y sin su esposa.

Sin embargo, inventó un juego donde ¡hasta ministros religiosos y políticos participaron ¡

Cacerías, fiestas para hombres donde participaban nudistas, fiestas donde celebraban 15 comidas diarias y los invitados tenían que comer con la rapidez del monarca, bailes, y se disfrazaban de bomberos-los hombres- para ir a llamados reales para apagar incendios, y fumaban grandes puros.

Desde que Bertie tuvo su primera amante, Nellie Cliften, a los 19 años, el príncipe de Gales, herederodel trono inglés, se dedicó a los eventos sociales como fiestas e inauguraciones realesy, fue como rey de Inglaterra, de 1901, hasta que murió en mayo de 1910, que, siguió este ritmo de vida. Por cierto, como todos saben, otra de sus amantes fue Alicia Keppel, bisabuela de Camila, esposa del actual príncipe de Gales, Carlos.

A este periodo que abarca partedel reinado de Victoria I de 1860 hasta 1910, se le conoce como la era eduardiana. Un libro interesante, ya viejo, ya que data de junio de 1975, pero que abarca como la realeza y la aristocracia disfrutaban de sus roles tanto referente a los deberes como a ser varones y mujeres, porque permaneció un doble estándar, es decir, las mujeres decentes no podían entrar a este club, ya que debían buscar un adecuado marido, permanecer vírgenes hasta su boda, y dar herederos sanos varones y suficientes para que estos heredaran tronos, títulos y propiedades.

Las institutrices debían seguir también esas reglas. Cuando una mujer casada cumplía su deber, y con la autorización de su esposo, “podía voltear en otra dirección” o sea, buscar un amante.

El sexo, repito, para las jóvenes decentes era tabú. Para los varones se les entrenaba antes de casarse con prostitutas o actrices. Hubo escándalos, como el caso “lady Mourdant,” el de Lord Blandford y su amante, una aristócrata casada que abandonó a su marido por el heredero del duque de Marlborough abuelo de Churchill y que enemistó al padre de este, Lord Randolph, con el príncipe de Gales, quien, por cierto, fue también amante de la madre de Churchill, lady Randolph Churchill, conocida como Jennie y de la que ya les hablé.

Pueden buscar el libro por internet, está en inglés y es recomendable. Ahora los adulterios son descubiertos por los medios de comunicación y las redes sociales, pero en aquella época, como dijo Alicia Keppel al enterarse de la abdicación de Eduardo VIII, nieto de Bertie: “se hacían mejor las cosas “.