/ viernes 26 de abril de 2019

El mundo de la realeza

¿PORQUÉ LA MONARQUÍA EXISTE HOY EN DÍA?


Queridos lectores, reciban un saludo. Isabel II de Inglaterra cumplió 93 años este 21 de abril y el gran duque Juan, exsoberano de Luxemburgo, de 98 años, ha fallecido.


El gran duque Juan nació en enero de 1921 como el hijo mayor de la gran duquesa Carlota de Luxemburgo y del príncipe Félix de Borbón-Parma. Fue educado en Luxemburgo, el Reino Unido y Canadá, antes de unirse a la Guardia Irlandesa del Ejército Británico en noviembre de 1942, luego de que la familia real huyera de su país cuando fue invadida por la Alemania nazi en 1940. Juan se graduó de Sandhurst como teniente y formó parte de los desembarcos del día D en Normandía y participó en la liberación de Bruselas y Luxemburgo.

Se casó con la princesa belga Josefina Carlota en 1953, con quien tuvo cinco hijos: Maria-Astrid, Enrique, Juan, Margarita y Guillermo. De los hijos de la pareja, Juan era un abuelo de veintidós nietos y bisabuelo de quince.

Juan tomó el trono de Luxemburgo en noviembre de 1964, tras la abdicación de su madre, reinando durante casi 36 años hasta su propia abdicación en octubre de 2000.

Su funeral de estado tendrá lugar el sábado 4 de mayo. Descanse en paz.

Sin embargo, Don Juan deja sentado en el trono a su hijo Enrique y este ya aseguró la sucesión.

A pesar de que generación tras generación como vemos ahora en el caso de Luxemburgo, se da continuidad a las dinastías pese a que las monarquías son antiguas, pero tienen una fuerza vital hoy en día. Sus miembros son populares y con excepción de los Borbones españoles, los súbditos reales europeos parecen estar contentos. Es un sistema de gobierno que funciona a base de turismo, de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Sus seguidores ya se atreven a criticarlos, pero hay gente que los idolatra todavía. Isabel II ya de 93 años, y con 67 años en el trono, es una monarca muy conocida y se debe a su experiencia como jefe de estado desde que subió al trono, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, en 1952.

Son familias que ocupan los tronos por herencia, en el caso de las monarquías europeas, siglo tras siglo. Son personajes que se destacan por sus errores y aciertos, y así se dan a querer o a criticar.

Isabel II, pese a sus errores y aciertos durante sus 67 años de reinado, tanto en cuestiones familiares como políticas, se ha dado a querer. Su padre, Jorge VI, fue un rey modelo. Y la reina heredó de él no solo el trono, sino la capacidad de trabajo y esa energía al dedicarse a trabajar por su país. Al criticarla en un artículo pasado, me refería a su posición como jefe de estado, una persona capaz de tomar duras decisiones con ayuda de su gobierno que han lastimado a la humanidad.

Desde jóvenes, la realeza se dedica a prestar servicio a sus países, incluso, hasta morir por ellos. Si, se debería democratizar este sistema, pero si ya no hay circo, si no hay ese espectáculo que tanto nos agrada, se pierde la magia, la esencia de una familia real sobre todo de los Windsor.

Es importante que sobreviva la monarquía para la historia de la humanidad. Es importante, ya que, es parte del mundo que nos rodea, del sistema en que vivimos. La realeza de todas partes tiene un cometido: gobernar y reinar por y para la gente, sus pueblos y fanáticos.

Cuando escribo sobre esto, cuando la gente compra souvenires, revistas, etc., estamos apoyando a esta causa que cuenta con siglos de tradición histórica. Apoyamos y criticamos, idealizamos algunas veces, nos aferramos a que viva y siga viviendo ese mundo real dentro de un mundo lleno de problemas.

Y uno se pregunta: ¿por qué lo hacemos? Es como una adicción a ellos, es como si uno quiere saber todo sobre reyes y castillos, bodas reales, noviazgos y maternidades, bautizos y hasta divorcios.

Es una realidad, escribir sobre la realeza no es cuestión fácil, ya que a mucha gente ya no les gusta este sistema, pero, queridos lectores, agradezco que lean mis opiniones, y se acepta que las monarquías están un poco en declive, aunque tienen una fuerza aún, un aliento de vida.

Mientras haya ese aliento, hay esperanza de que, las siguientes generaciones lleguen a subir a los tronos en su momento. En Japón ya se dará un importante cambio de sucesión este mes. Y lo estaremos comentando aquí.

¿PORQUÉ LA MONARQUÍA EXISTE HOY EN DÍA?


Queridos lectores, reciban un saludo. Isabel II de Inglaterra cumplió 93 años este 21 de abril y el gran duque Juan, exsoberano de Luxemburgo, de 98 años, ha fallecido.


El gran duque Juan nació en enero de 1921 como el hijo mayor de la gran duquesa Carlota de Luxemburgo y del príncipe Félix de Borbón-Parma. Fue educado en Luxemburgo, el Reino Unido y Canadá, antes de unirse a la Guardia Irlandesa del Ejército Británico en noviembre de 1942, luego de que la familia real huyera de su país cuando fue invadida por la Alemania nazi en 1940. Juan se graduó de Sandhurst como teniente y formó parte de los desembarcos del día D en Normandía y participó en la liberación de Bruselas y Luxemburgo.

Se casó con la princesa belga Josefina Carlota en 1953, con quien tuvo cinco hijos: Maria-Astrid, Enrique, Juan, Margarita y Guillermo. De los hijos de la pareja, Juan era un abuelo de veintidós nietos y bisabuelo de quince.

Juan tomó el trono de Luxemburgo en noviembre de 1964, tras la abdicación de su madre, reinando durante casi 36 años hasta su propia abdicación en octubre de 2000.

Su funeral de estado tendrá lugar el sábado 4 de mayo. Descanse en paz.

Sin embargo, Don Juan deja sentado en el trono a su hijo Enrique y este ya aseguró la sucesión.

A pesar de que generación tras generación como vemos ahora en el caso de Luxemburgo, se da continuidad a las dinastías pese a que las monarquías son antiguas, pero tienen una fuerza vital hoy en día. Sus miembros son populares y con excepción de los Borbones españoles, los súbditos reales europeos parecen estar contentos. Es un sistema de gobierno que funciona a base de turismo, de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Sus seguidores ya se atreven a criticarlos, pero hay gente que los idolatra todavía. Isabel II ya de 93 años, y con 67 años en el trono, es una monarca muy conocida y se debe a su experiencia como jefe de estado desde que subió al trono, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, en 1952.

Son familias que ocupan los tronos por herencia, en el caso de las monarquías europeas, siglo tras siglo. Son personajes que se destacan por sus errores y aciertos, y así se dan a querer o a criticar.

Isabel II, pese a sus errores y aciertos durante sus 67 años de reinado, tanto en cuestiones familiares como políticas, se ha dado a querer. Su padre, Jorge VI, fue un rey modelo. Y la reina heredó de él no solo el trono, sino la capacidad de trabajo y esa energía al dedicarse a trabajar por su país. Al criticarla en un artículo pasado, me refería a su posición como jefe de estado, una persona capaz de tomar duras decisiones con ayuda de su gobierno que han lastimado a la humanidad.

Desde jóvenes, la realeza se dedica a prestar servicio a sus países, incluso, hasta morir por ellos. Si, se debería democratizar este sistema, pero si ya no hay circo, si no hay ese espectáculo que tanto nos agrada, se pierde la magia, la esencia de una familia real sobre todo de los Windsor.

Es importante que sobreviva la monarquía para la historia de la humanidad. Es importante, ya que, es parte del mundo que nos rodea, del sistema en que vivimos. La realeza de todas partes tiene un cometido: gobernar y reinar por y para la gente, sus pueblos y fanáticos.

Cuando escribo sobre esto, cuando la gente compra souvenires, revistas, etc., estamos apoyando a esta causa que cuenta con siglos de tradición histórica. Apoyamos y criticamos, idealizamos algunas veces, nos aferramos a que viva y siga viviendo ese mundo real dentro de un mundo lleno de problemas.

Y uno se pregunta: ¿por qué lo hacemos? Es como una adicción a ellos, es como si uno quiere saber todo sobre reyes y castillos, bodas reales, noviazgos y maternidades, bautizos y hasta divorcios.

Es una realidad, escribir sobre la realeza no es cuestión fácil, ya que a mucha gente ya no les gusta este sistema, pero, queridos lectores, agradezco que lean mis opiniones, y se acepta que las monarquías están un poco en declive, aunque tienen una fuerza aún, un aliento de vida.

Mientras haya ese aliento, hay esperanza de que, las siguientes generaciones lleguen a subir a los tronos en su momento. En Japón ya se dará un importante cambio de sucesión este mes. Y lo estaremos comentando aquí.