/ viernes 6 de diciembre de 2019

El mundo de la realeza

UN REY A LAS SOMBRAS

Queridos lectores, reciban como siempre, un cordial saludo. Al empezar a escribir este artículo, vienen a mi mente muchas anécdotas sobre este importante y longevo monarca.

Y me pregunto: ¿cómo describir al duque de Edimburgo? Podría ser, ¿cómo “un monarca a las sombras o cómo el poder detrás del trono? Creo que este distinguido caballero se merece un homenaje.

De 98 años de edad, Felipe de Mountbatten, duque de Edimburgo, no es rey, no tiene el título porque fue yerno de rey. Sin embargo, el príncipe ha superado su crisis de identidad, es decir, que, tras el paso del tiempo, aprendió a ser un apoyo para su majestad, la reina Isabel II, y ser leal a los principios monárquicos.

Descendiente de monarcas, nunca fue heredero de algún trono. A él se le debe una monarquía moderna y apegada más al pueblo. No es un hombre que sólo estaba detrás de su mujer, quien es la reina, no, es un hombre que, con el tiempo, aprendió a adaptarse a su papel de ser el príncipe consorte de la monarca más famoso del mundo.

¿Si tuvo affaires? Nunca lo sabremos. Esa es su vida privada. Pero ha sido leal a su reina. Que si es grosero, que hace comentarios inadecuados, puede ser. Aquí lo importante es que durante más de siete décadas ha apoyado a su esposa.

Se podrá criticarlo mucho, ha cometido errores, y hasta errores políticos y de lesa humanidad. De joven, fue héroe de guerra. Y algunas veces abusó de la libertad que le permitió la reina.

Lo importante es que se supo adaptar al molde de consorte real conforme fue madurando. Le encantan los caballos, practicó el polo, entre otros deportes. No tiene pelos en la lengua, como su hija favorita, Ana.

Ama a su familia porque desde muy joven sufrió la soledad, el exilio, y aunque no podemos decir que también sufrió de la pobreza, el príncipe Felipe quería tener su propio hogar.

Es el jefe de la familia Mountbatten-Windsor. Es, también, el príncipe consorte más longevo actualmente y a través de la historia de las casas reales, obviamente, sobretodo, de la británica.

Nacido un 10 de junio de 1921 en Grecia, fue hijo del príncipe Andrés de Grecia y de la princesa Alicia de Battemberg (Mountbatten) y es primo segundo de su esposa, con quien comparte un árbol genealógico, ya que ambos descienden de la reina Victoria I de Inglaterra (1819-1901).

En 1939, a los 18 años y, como cadete naval, conoció a la princesa heredera Isabel, de 13 años, con quien compartió cartas desde entonces y se casaron un 20 de noviembre de hace 72 años.

Excelente abuelo de ocho nietos, ya es bisabuelo de ocho bisnietos. Su matrimonio lo ha colocado como una persona influyente, repito, además, es el patriarca. Le hago en este artículo un reconocimiento por su trabajo al Reino Unido y lo felicito, esperando a ver, que, en 2021, sople sus 100 velitas en su pastel.


UN REY A LAS SOMBRAS

Queridos lectores, reciban como siempre, un cordial saludo. Al empezar a escribir este artículo, vienen a mi mente muchas anécdotas sobre este importante y longevo monarca.

Y me pregunto: ¿cómo describir al duque de Edimburgo? Podría ser, ¿cómo “un monarca a las sombras o cómo el poder detrás del trono? Creo que este distinguido caballero se merece un homenaje.

De 98 años de edad, Felipe de Mountbatten, duque de Edimburgo, no es rey, no tiene el título porque fue yerno de rey. Sin embargo, el príncipe ha superado su crisis de identidad, es decir, que, tras el paso del tiempo, aprendió a ser un apoyo para su majestad, la reina Isabel II, y ser leal a los principios monárquicos.

Descendiente de monarcas, nunca fue heredero de algún trono. A él se le debe una monarquía moderna y apegada más al pueblo. No es un hombre que sólo estaba detrás de su mujer, quien es la reina, no, es un hombre que, con el tiempo, aprendió a adaptarse a su papel de ser el príncipe consorte de la monarca más famoso del mundo.

¿Si tuvo affaires? Nunca lo sabremos. Esa es su vida privada. Pero ha sido leal a su reina. Que si es grosero, que hace comentarios inadecuados, puede ser. Aquí lo importante es que durante más de siete décadas ha apoyado a su esposa.

Se podrá criticarlo mucho, ha cometido errores, y hasta errores políticos y de lesa humanidad. De joven, fue héroe de guerra. Y algunas veces abusó de la libertad que le permitió la reina.

Lo importante es que se supo adaptar al molde de consorte real conforme fue madurando. Le encantan los caballos, practicó el polo, entre otros deportes. No tiene pelos en la lengua, como su hija favorita, Ana.

Ama a su familia porque desde muy joven sufrió la soledad, el exilio, y aunque no podemos decir que también sufrió de la pobreza, el príncipe Felipe quería tener su propio hogar.

Es el jefe de la familia Mountbatten-Windsor. Es, también, el príncipe consorte más longevo actualmente y a través de la historia de las casas reales, obviamente, sobretodo, de la británica.

Nacido un 10 de junio de 1921 en Grecia, fue hijo del príncipe Andrés de Grecia y de la princesa Alicia de Battemberg (Mountbatten) y es primo segundo de su esposa, con quien comparte un árbol genealógico, ya que ambos descienden de la reina Victoria I de Inglaterra (1819-1901).

En 1939, a los 18 años y, como cadete naval, conoció a la princesa heredera Isabel, de 13 años, con quien compartió cartas desde entonces y se casaron un 20 de noviembre de hace 72 años.

Excelente abuelo de ocho nietos, ya es bisabuelo de ocho bisnietos. Su matrimonio lo ha colocado como una persona influyente, repito, además, es el patriarca. Le hago en este artículo un reconocimiento por su trabajo al Reino Unido y lo felicito, esperando a ver, que, en 2021, sople sus 100 velitas en su pastel.