/ miércoles 18 de diciembre de 2019

El mundo de la realeza

LA IMPORTANCIA DE LAS MONARQUÍAS HOY EN DIA


Como hemos notado estos años, las monarquías siguen gustando a unos, y otros las critican. Perduran tras siglos de haberse establecido y éstas forman parte de una cultura y de una historia para la humanidad.

Reyes y reinas, príncipes y princesas se han casado por amor. Sí, hay excepciones las cuales tienen, las parejas, sangre real como Juan Carlos y Sofía, reyes eméritos de España e Isabel II y el duque de Edimburgo.

Las multitudes siguen leyendo sobre ellos, comprando recuerdos de diversos acontecimientos como bodas, bautizos y hasta funerales.

La realeza atrae a la gente muchas veces por su carisma, pero también son criticados. Viven del lujo, de los impuestos de sus súbditos, pertenecen a un mundo que está en decadencia.

Creo, que ellos mismos, al exponerse al ojo público, generan críticas y rumores y todos nos damos cuenta de cómo son realmente.

Si en los años 50, la monarquía era más secreta, gozaban más de privacidad, más discreción, ahora, en 2019, son expuestos a los medios por sus acciones y escándalos. Ellos mismos cometen errores que se pueden dar a conocer.

Y ahora, dan disculpas por estos errores. La monarquía funciona aún, porque algunos monarcas, como Isabel II, son líderes respetados.

La realeza, en general, está, hoy en día, más cercana hacia la gente, y están más dispuestos, aunque parezca raro, a tomarse selfies, a dar autógrafos, a besar a enfermos de sida, a dar los pésames cuando hay alguna desgracia, a estar en el bien y en el mal con sus súbditos.

Hay cambios que se han dado con el tiempo. Vemos a los monarcas dar sus discursos de Navidad y Año Nuevo por televisión, por radio. Permiten que se filmen sus historias para documentales o para series.

Los biógrafos de los monarcas escriben libros aprobados por ellos y otros publican libros con escándalos. En este tiempo, sus costumbres, como la cacería, hacen enojar a ciertos grupos de ecologistas, y, repito, son criticados.

Isabel II, durante su reinado, que abarca 67 años, sigue siendo respetada como figura matriarcal no solamente en su país, así la ven muchísimas personas.

Los príncipes, también son seres humanos que cometen errores. Algunos ya han dejado atrás su vida disipada, se han casado con plebeyas y han triunfado en el amor. Algunos se divorciaron y se volvieron a casar.

Y, a pesar de sus errores, tienen segundas oportunidades y son amados por sus súbditos. Las monarquías, sobre todo las occidentales, demuestran respeto por las creencias, por las razas, aprenden idiomas y viajan para alcanzar acuerdos económicos y culturales entre diversos países.

En este tiempo, donde celebraremos estas fiestas, ellos se reúnen, como nosotros mismos, con sus respectivas familias y conviven y dan a conocer imágenes especiales para felicitar a la gente que los admira.

Las monarquías sí, por supuesto, generan gastos, pero también, atraen al turismo. Veremos, pues, cómo las siguientes generaciones llegarán a reinar y cómo serán apoyados y criticados.


LA IMPORTANCIA DE LAS MONARQUÍAS HOY EN DIA


Como hemos notado estos años, las monarquías siguen gustando a unos, y otros las critican. Perduran tras siglos de haberse establecido y éstas forman parte de una cultura y de una historia para la humanidad.

Reyes y reinas, príncipes y princesas se han casado por amor. Sí, hay excepciones las cuales tienen, las parejas, sangre real como Juan Carlos y Sofía, reyes eméritos de España e Isabel II y el duque de Edimburgo.

Las multitudes siguen leyendo sobre ellos, comprando recuerdos de diversos acontecimientos como bodas, bautizos y hasta funerales.

La realeza atrae a la gente muchas veces por su carisma, pero también son criticados. Viven del lujo, de los impuestos de sus súbditos, pertenecen a un mundo que está en decadencia.

Creo, que ellos mismos, al exponerse al ojo público, generan críticas y rumores y todos nos damos cuenta de cómo son realmente.

Si en los años 50, la monarquía era más secreta, gozaban más de privacidad, más discreción, ahora, en 2019, son expuestos a los medios por sus acciones y escándalos. Ellos mismos cometen errores que se pueden dar a conocer.

Y ahora, dan disculpas por estos errores. La monarquía funciona aún, porque algunos monarcas, como Isabel II, son líderes respetados.

La realeza, en general, está, hoy en día, más cercana hacia la gente, y están más dispuestos, aunque parezca raro, a tomarse selfies, a dar autógrafos, a besar a enfermos de sida, a dar los pésames cuando hay alguna desgracia, a estar en el bien y en el mal con sus súbditos.

Hay cambios que se han dado con el tiempo. Vemos a los monarcas dar sus discursos de Navidad y Año Nuevo por televisión, por radio. Permiten que se filmen sus historias para documentales o para series.

Los biógrafos de los monarcas escriben libros aprobados por ellos y otros publican libros con escándalos. En este tiempo, sus costumbres, como la cacería, hacen enojar a ciertos grupos de ecologistas, y, repito, son criticados.

Isabel II, durante su reinado, que abarca 67 años, sigue siendo respetada como figura matriarcal no solamente en su país, así la ven muchísimas personas.

Los príncipes, también son seres humanos que cometen errores. Algunos ya han dejado atrás su vida disipada, se han casado con plebeyas y han triunfado en el amor. Algunos se divorciaron y se volvieron a casar.

Y, a pesar de sus errores, tienen segundas oportunidades y son amados por sus súbditos. Las monarquías, sobre todo las occidentales, demuestran respeto por las creencias, por las razas, aprenden idiomas y viajan para alcanzar acuerdos económicos y culturales entre diversos países.

En este tiempo, donde celebraremos estas fiestas, ellos se reúnen, como nosotros mismos, con sus respectivas familias y conviven y dan a conocer imágenes especiales para felicitar a la gente que los admira.

Las monarquías sí, por supuesto, generan gastos, pero también, atraen al turismo. Veremos, pues, cómo las siguientes generaciones llegarán a reinar y cómo serán apoyados y criticados.