/ martes 31 de marzo de 2020

El mundo se dirige a una crisis global

El mundo se dirige a una crisis global. El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevedo, declaró que se sufrirá una crisis económica peor que la ocurrida en 2008. El impacto de la pandemia de COVID-19 afecta la economía, el comercio, el empleo y el bienestar, que se suma al débil desarrollo de la economía global. México no es la excepción, la incertidumbre generada por las políticas del gobierno federal y la conocida debilidad de la economía se suma a los impactos externos como la disminución de exportaciones, reducción de remeses, caída de precios del petróleo y a la perdida de empleos, entre otras complicaciones.

El director general de la OMC en un comunicado antes la cumbre del G-20 advirtió que la pandemia provoca mayor desaceleración de la economía y que se espera una recesión, acompañada de la pérdida de empleos, peor que la crisis financiera de 2008. La economía global para 2020 ya se consideraba vulnerable ante tensiones geopolíticas en medio oriente, la guerra comercial-tecnológica entre Estados Unidos (EEUU) y China, el terrorismo y el creciente proteccionismo a nivel mundial. La pandemia complica ese escenario al paralizar la economía, cadenas productivas, comercio y alterar los mercados de capitales.

El director considera que “ningún país es autosuficiente, por muy poderoso o avanzado que esté”, o por muy terco que sea su dirigente. El presidente rotativo del G-20, el rey Salman, posterior a la reunión extraordinaria realizada el jueves pasado, declaró que “cuando el mundo se enfrenta a la pandemia del CONVID-19 y a los desafíos que supone para los sistemas de sanidad y para la economía mundial se deben unir esfuerzos para una respuesta global”. En esta línea, el G-20 acordó inyectar 5 billones de dólares a la economía global ante la crisis.

En México, a pesar que la propagación del virus se ha atenuado, existe debilidad en la economía. En la economía mexicana el 50%, aproximadamente, de la población económica activa (PEA) tiene trabajos informales y el 50% de la población es considerara pobre. Esta situación hace que la economía mexicana no pueda parar totalmente, pues las personas que perciben ingresos informales y de bajos recursos viven al día. No pueden suspender su trabajo porque se quedan sin sustento para sus familias. A esta situación se suma la incertidumbre a la inversión generada por el gobierno federal.

La economía mexicana también es afectada por impactos externos como la reducción de exportaciones a EEUU, la posible caída de remesas, la caída de precios del petróleo y las fluctuaciones de los mercados financieros. La combinación de la pandemia, debilidad económica e impacto externo generan una situación adversa, por lo que es importante la pronta y oportuna reacción del gobierno para generar certeza a la inversión y a la iniciativa privada. La cancelación de la planta cervecera en Mexicali y la falta de apoyo a las empresas son señales negativas en un contexto de crisis económica.

El mundo se dirige a una crisis global. El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevedo, declaró que se sufrirá una crisis económica peor que la ocurrida en 2008. El impacto de la pandemia de COVID-19 afecta la economía, el comercio, el empleo y el bienestar, que se suma al débil desarrollo de la economía global. México no es la excepción, la incertidumbre generada por las políticas del gobierno federal y la conocida debilidad de la economía se suma a los impactos externos como la disminución de exportaciones, reducción de remeses, caída de precios del petróleo y a la perdida de empleos, entre otras complicaciones.

El director general de la OMC en un comunicado antes la cumbre del G-20 advirtió que la pandemia provoca mayor desaceleración de la economía y que se espera una recesión, acompañada de la pérdida de empleos, peor que la crisis financiera de 2008. La economía global para 2020 ya se consideraba vulnerable ante tensiones geopolíticas en medio oriente, la guerra comercial-tecnológica entre Estados Unidos (EEUU) y China, el terrorismo y el creciente proteccionismo a nivel mundial. La pandemia complica ese escenario al paralizar la economía, cadenas productivas, comercio y alterar los mercados de capitales.

El director considera que “ningún país es autosuficiente, por muy poderoso o avanzado que esté”, o por muy terco que sea su dirigente. El presidente rotativo del G-20, el rey Salman, posterior a la reunión extraordinaria realizada el jueves pasado, declaró que “cuando el mundo se enfrenta a la pandemia del CONVID-19 y a los desafíos que supone para los sistemas de sanidad y para la economía mundial se deben unir esfuerzos para una respuesta global”. En esta línea, el G-20 acordó inyectar 5 billones de dólares a la economía global ante la crisis.

En México, a pesar que la propagación del virus se ha atenuado, existe debilidad en la economía. En la economía mexicana el 50%, aproximadamente, de la población económica activa (PEA) tiene trabajos informales y el 50% de la población es considerara pobre. Esta situación hace que la economía mexicana no pueda parar totalmente, pues las personas que perciben ingresos informales y de bajos recursos viven al día. No pueden suspender su trabajo porque se quedan sin sustento para sus familias. A esta situación se suma la incertidumbre a la inversión generada por el gobierno federal.

La economía mexicana también es afectada por impactos externos como la reducción de exportaciones a EEUU, la posible caída de remesas, la caída de precios del petróleo y las fluctuaciones de los mercados financieros. La combinación de la pandemia, debilidad económica e impacto externo generan una situación adversa, por lo que es importante la pronta y oportuna reacción del gobierno para generar certeza a la inversión y a la iniciativa privada. La cancelación de la planta cervecera en Mexicali y la falta de apoyo a las empresas son señales negativas en un contexto de crisis económica.