/ miércoles 13 de diciembre de 2017

El observador parlamentario | Candidatos habemus: Viaje de la utopía a la distopía

A punto de expirar el periodo ordinario, el Senado no alcanzará a cumplir con su Agenda legislativa de donde se derivan pendientes que irán a la reserva. En el pleno de los senadores se definirá la elección del nuevo titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), y la Ley de Seguridad Interior, aunque este se encuentra en medio de candentes impugnaciones de la sociedad y órganos internacionales.

Se requiere apagar los fuegos de inconformidad social, órganos, individuos, personalidades como Gael García y Diego Luna, a los que responde la Presidenta de la Jucopo, Ana Lilia Herrera Anzaldo, dijo que “el Senado es y seguirá siendo un espacio de diálogo abierto a la sociedad” y reconoció el interés y la disposición de todos los grupos parlamentarios para seguir escuchando a la sociedad civil y autoridades de todos los órdenes de gobierno en torno a la Ley de Seguridad, pero quien, ¿escucha sin oír?

El presidente Enrique Peña Nieto es evaluado por los empresarios quienes estiman que solo el 40% de sus promesas fueron cumplidas, también es cierto que puso en ejecución otros proyectos que no había prometido, como las Reformas estructurales, a la que considera como de “referencia mundial”. Falta aún el juicio histórico, que requiere otra dimensión.

El Presidente pidió se escucharan todas las voces en torno a la Ley de seguridad interior (LSI), mientras viajaba a París para asistir a la reunión de cambio climático, “Oneplanet”, así como visita a la sede de la OCDE donde dictó la conferencia sobre las reformas estructurales. Entre los objetivos de la diplomacia ambiental y los giros en la apertura comercial resulta contradictorio el mostrar una imagen progresiva en el exterior contrapuesto con la intención regresiva de endurecer militarmente a la sociedad

En ese contexto resulta anticlimático la función del Jefe de gobierno que propicia un endurecimiento anticrimen con la imagen de Jefe de nación que se une a las causas de la humanidad, ¡Vaya tarea la de conciliar lo irreconciliable!

Pero una vez pasado el “bache diplomático” la votación del pleno de senadores se dejara caer como chubasco de verano.

EL MUNDO DE LA DISTOPIA, al principio era la ilusión de la “transición” ahora es el régimen aborrecido de la violencia, ahora los partidos se apropiaron del espacio de los candidatos presidenciales del 2018, lograron arrumbar la democracia, los candidatos sin distinción huyen de las etiquetas sin definir sus territorios, sin ideologías ni proyectos.

Con el registro, este doce de guadalupano, Andrés Manuel López Obrador se registró como candidato presidencial en el Instituto Nacional Electoral, avanza la inscripción de los candidatos de los partidos políticos, faltan aún los independientes

AMLO afirma que sus adversarios, Meade y Anaya, “desprecian al pueblo”, mientras él se vincula a la simbología nacional al registrarse en fecha guadalupana, su aspiración de poder la vincula con el imago social religioso, pero elude el “milagro”, así como cumplir la “promesa Procura inspirar el sentimiento nacional” donde conecta sus tareas políticas. Parte de su penetración popular se deriva de su capacidad de comunicación con los sentimientos del pueblo, mientras sus adversarios y sus partidos se muestran indiferentes para superar la falta de “nacionalismo”, su espacio lo ocupa el “electoralismo” basado en la confrontación entre las “personas”, ese es el “desprecio” referido.

Hasta ahora ningún aspirante presidencial ha logrado describir la dimensión de la nación mexicana, ni su efecto motivador; el nacionalismo mexicano. El punto de partida y de llegada ha sido estrictamente electoral, acumular votos para obtener más de 33% de la votación.

La trilogía de aspirantes inscritos se ubican en el centro como referencia de un voto incoloro, ante la presumible posibilidad de un vacío en las candidatura independientes, porque ellos también son independientes aun de sus propios partidos.

A punto de expirar el periodo ordinario, el Senado no alcanzará a cumplir con su Agenda legislativa de donde se derivan pendientes que irán a la reserva. En el pleno de los senadores se definirá la elección del nuevo titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), y la Ley de Seguridad Interior, aunque este se encuentra en medio de candentes impugnaciones de la sociedad y órganos internacionales.

Se requiere apagar los fuegos de inconformidad social, órganos, individuos, personalidades como Gael García y Diego Luna, a los que responde la Presidenta de la Jucopo, Ana Lilia Herrera Anzaldo, dijo que “el Senado es y seguirá siendo un espacio de diálogo abierto a la sociedad” y reconoció el interés y la disposición de todos los grupos parlamentarios para seguir escuchando a la sociedad civil y autoridades de todos los órdenes de gobierno en torno a la Ley de Seguridad, pero quien, ¿escucha sin oír?

El presidente Enrique Peña Nieto es evaluado por los empresarios quienes estiman que solo el 40% de sus promesas fueron cumplidas, también es cierto que puso en ejecución otros proyectos que no había prometido, como las Reformas estructurales, a la que considera como de “referencia mundial”. Falta aún el juicio histórico, que requiere otra dimensión.

El Presidente pidió se escucharan todas las voces en torno a la Ley de seguridad interior (LSI), mientras viajaba a París para asistir a la reunión de cambio climático, “Oneplanet”, así como visita a la sede de la OCDE donde dictó la conferencia sobre las reformas estructurales. Entre los objetivos de la diplomacia ambiental y los giros en la apertura comercial resulta contradictorio el mostrar una imagen progresiva en el exterior contrapuesto con la intención regresiva de endurecer militarmente a la sociedad

En ese contexto resulta anticlimático la función del Jefe de gobierno que propicia un endurecimiento anticrimen con la imagen de Jefe de nación que se une a las causas de la humanidad, ¡Vaya tarea la de conciliar lo irreconciliable!

Pero una vez pasado el “bache diplomático” la votación del pleno de senadores se dejara caer como chubasco de verano.

EL MUNDO DE LA DISTOPIA, al principio era la ilusión de la “transición” ahora es el régimen aborrecido de la violencia, ahora los partidos se apropiaron del espacio de los candidatos presidenciales del 2018, lograron arrumbar la democracia, los candidatos sin distinción huyen de las etiquetas sin definir sus territorios, sin ideologías ni proyectos.

Con el registro, este doce de guadalupano, Andrés Manuel López Obrador se registró como candidato presidencial en el Instituto Nacional Electoral, avanza la inscripción de los candidatos de los partidos políticos, faltan aún los independientes

AMLO afirma que sus adversarios, Meade y Anaya, “desprecian al pueblo”, mientras él se vincula a la simbología nacional al registrarse en fecha guadalupana, su aspiración de poder la vincula con el imago social religioso, pero elude el “milagro”, así como cumplir la “promesa Procura inspirar el sentimiento nacional” donde conecta sus tareas políticas. Parte de su penetración popular se deriva de su capacidad de comunicación con los sentimientos del pueblo, mientras sus adversarios y sus partidos se muestran indiferentes para superar la falta de “nacionalismo”, su espacio lo ocupa el “electoralismo” basado en la confrontación entre las “personas”, ese es el “desprecio” referido.

Hasta ahora ningún aspirante presidencial ha logrado describir la dimensión de la nación mexicana, ni su efecto motivador; el nacionalismo mexicano. El punto de partida y de llegada ha sido estrictamente electoral, acumular votos para obtener más de 33% de la votación.

La trilogía de aspirantes inscritos se ubican en el centro como referencia de un voto incoloro, ante la presumible posibilidad de un vacío en las candidatura independientes, porque ellos también son independientes aun de sus propios partidos.