/ viernes 15 de junio de 2018

El observador parlamentario | El péndulo  del PAN

Son tiempos de tormentas con amenazas de castigo. El Presidente del Senado, Ernesto Cordero Arroyo, corre el riesgo de perder sus derechos de militancia en el Partido de Acción Nacional, ante la coacción del Coordinador de los albiazules en el senado Fernando Herrera Ávila, de fincarle responsabilidades por actos que ameritan su expulsión del organismo donde ha desarrollado su carrera política.

Se quiere castigar al legislador Cordero Arroyo por ejercer un derecho constitucional, por presentar una denuncia ante la PGR del presunto lavado contra el candidato presidencial, Ricardo Anaya, se revela en el fondo la crisis que padece Acción Nacional en la caída de las preferencias del voto

Como ironía del destino en caso de cumplirse la amenaza de aplicar una sanción previamente concebida y no de un juicio para comparecer con posibilidad de defensa del acusado el Presidente de los senadores daría lugar a un Presidente del senado independiente, puesto que carecería de una militancia reconocida, en caso que el Tribunal electoral no proteja sus derechos de pertenencia partidista.

La expulsión es inusual porque depende de dos factores, el primero sería condicionado al remoto caso de que el candidato del Frente por México gane las elecciones presidenciales, el otro factor resulta un acto post cuando el órgano partidario ha sido devorado por sus propios usufructuarios al forzar su vinculación a una coaliciónantinatura con cuerpos ajenos e incluso opuestos a su génesis y fines apropiados. El disponer del registro ente el INE no garantiza la representación de los fundamentos, principios, y objetivos de la organización que es el punto de quiebre en disputa.

Por último, se presenta una contradicción de procedimiento: A) Se busca expulsar del PAN al Presidente de la Comisión permanente, B) Se promueve la realización de un Periodo extraordinario para nombrar el Fiscal general, ,C) No se estima la importancia de la facultad de quien debe avalar dicha convocatoria sea precisamente el senadorErnesto Cordero Arroyo,

Por una parte se desconoce a un miembro del partido; por otra se admite su autoridad proveniente del Congreso, se trata de una situación contradictoria producto de sobre posición de los partidos que arrogan el control de los legisladores pasando sobre su autonomía como representantes en el Congreso, como ocurrió con la nominación del pleno a favor del senador Cordero Arroyo como Presidente del Senado sin el consenso de su bancada. Fue una elección conforme a reglamento, pese a ello no fue admitida por la mayoría de senadores panistas debido al sometimiento a Ricardo Anaya como Presidente de Acción Nacional.

Las fisuras del control del Congreso provocadas anteriormente ahora dañan a las partes en conflicto.

La configuración de la LXIV Legislatura se ha especulado que la intención de voto para el Poder Legislativo responde al ” voto parejo” , como lo demanda AMLO. La encuesta de la Coparmex pone en duda ese hecho consumado.

El órgano empresarial patrocinó la encuesta con la muestra más grande donde respondieron 13 mil encuestados, sus resultados explícitos e implícitos son significativos.

Un primer principio se traduce como la aceptación tácita de sus resultados no impugnan el triunfo de AMLO con 39.5%, pero a su vez tampoco aceptan en automático que el control del Congreso se haya definido ya.

Las posibilidades de la “Coalición juntos hacemos historia” es de obtener 60 senadores y 191 diputados, para el PAN se proyectan 125 y 40, para el resto de partidos se prevén 184 diputados y 28 senadores ( El Sol de México 12 de junio 2018). Lo que significa que la mayoría oficial no dispondrá de una votación absoluta ni constitucional por lo que se verá obligada a negociar con otras fuerzas.

De las 13 317 entrevistas realizadas alrededor de 27 % no respondieron o ignoran por quién votar, se trata de un voto flotante capaz de decidir en el momento preciso frente a la casilla. ¿Incertidumbre?

Son tiempos de tormentas con amenazas de castigo. El Presidente del Senado, Ernesto Cordero Arroyo, corre el riesgo de perder sus derechos de militancia en el Partido de Acción Nacional, ante la coacción del Coordinador de los albiazules en el senado Fernando Herrera Ávila, de fincarle responsabilidades por actos que ameritan su expulsión del organismo donde ha desarrollado su carrera política.

Se quiere castigar al legislador Cordero Arroyo por ejercer un derecho constitucional, por presentar una denuncia ante la PGR del presunto lavado contra el candidato presidencial, Ricardo Anaya, se revela en el fondo la crisis que padece Acción Nacional en la caída de las preferencias del voto

Como ironía del destino en caso de cumplirse la amenaza de aplicar una sanción previamente concebida y no de un juicio para comparecer con posibilidad de defensa del acusado el Presidente de los senadores daría lugar a un Presidente del senado independiente, puesto que carecería de una militancia reconocida, en caso que el Tribunal electoral no proteja sus derechos de pertenencia partidista.

La expulsión es inusual porque depende de dos factores, el primero sería condicionado al remoto caso de que el candidato del Frente por México gane las elecciones presidenciales, el otro factor resulta un acto post cuando el órgano partidario ha sido devorado por sus propios usufructuarios al forzar su vinculación a una coaliciónantinatura con cuerpos ajenos e incluso opuestos a su génesis y fines apropiados. El disponer del registro ente el INE no garantiza la representación de los fundamentos, principios, y objetivos de la organización que es el punto de quiebre en disputa.

Por último, se presenta una contradicción de procedimiento: A) Se busca expulsar del PAN al Presidente de la Comisión permanente, B) Se promueve la realización de un Periodo extraordinario para nombrar el Fiscal general, ,C) No se estima la importancia de la facultad de quien debe avalar dicha convocatoria sea precisamente el senadorErnesto Cordero Arroyo,

Por una parte se desconoce a un miembro del partido; por otra se admite su autoridad proveniente del Congreso, se trata de una situación contradictoria producto de sobre posición de los partidos que arrogan el control de los legisladores pasando sobre su autonomía como representantes en el Congreso, como ocurrió con la nominación del pleno a favor del senador Cordero Arroyo como Presidente del Senado sin el consenso de su bancada. Fue una elección conforme a reglamento, pese a ello no fue admitida por la mayoría de senadores panistas debido al sometimiento a Ricardo Anaya como Presidente de Acción Nacional.

Las fisuras del control del Congreso provocadas anteriormente ahora dañan a las partes en conflicto.

La configuración de la LXIV Legislatura se ha especulado que la intención de voto para el Poder Legislativo responde al ” voto parejo” , como lo demanda AMLO. La encuesta de la Coparmex pone en duda ese hecho consumado.

El órgano empresarial patrocinó la encuesta con la muestra más grande donde respondieron 13 mil encuestados, sus resultados explícitos e implícitos son significativos.

Un primer principio se traduce como la aceptación tácita de sus resultados no impugnan el triunfo de AMLO con 39.5%, pero a su vez tampoco aceptan en automático que el control del Congreso se haya definido ya.

Las posibilidades de la “Coalición juntos hacemos historia” es de obtener 60 senadores y 191 diputados, para el PAN se proyectan 125 y 40, para el resto de partidos se prevén 184 diputados y 28 senadores ( El Sol de México 12 de junio 2018). Lo que significa que la mayoría oficial no dispondrá de una votación absoluta ni constitucional por lo que se verá obligada a negociar con otras fuerzas.

De las 13 317 entrevistas realizadas alrededor de 27 % no respondieron o ignoran por quién votar, se trata de un voto flotante capaz de decidir en el momento preciso frente a la casilla. ¿Incertidumbre?