/ viernes 20 de julio de 2018

El observador parlamentario | ¿Fin del mayoriteo?

El Congreso a semejanza de la tierra siente remover sus capas telúricas que ocasionan un estremecedor sismo en su acomodo.

En la Comisión Permanente, el diputado panista, José María Martínez, presenta una iniciativa para una transición legislativa, aspira “transmitir experiencias y prioridades” de proyectos de ley, en su pretensión de vincular la Legislatura actual con la sucesora, tarea infructuosa, los eslabones de cadena legislativa llevan el sello de total independencia entre una y otra legislatura en su fluido sucesorio. Primero fue la Comisión instaladora, ahora será la Mesa de decanos en cada Cámara quien organice la Mesa Directiva, en el Senado se espera sea la virtual senadora Ifigenia Martínez

Causa desasosiego los bonos de gratificación que se extienden a los legisladores que se van, en el pasado se conoció popularmente como “pago de marcha” cuando se daba a los deudos de un congresista fallecido o bien, como en este caso, a quienes deseaban de serlo ante la inminencia de sus reemplazos- Los diputados recibirán, 907 mil 200 pesos, mientras en el Senado se dispone de un monto ligeramente mayor, 990 mil 495 pesos. Se justifica como un ahorro e incluso una adenda de aguinaldo.

Los legisladores son representantes no empleados, al menos así los concibió el constituyente originario, ilusoriamente creía que el servicio a la nación era el más noble de los oficios ciudadanos y antes que nada se trataba de un privilegio, de tal forma, no se les retribuía con un sueldo sino con una dieta que debía ser moderada. ¿Ingenuos?

La moderación austera concibió la nación. A la que acude como referencia de legitimación el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dentro de ese proyecto el presunto senador electo, Martí Batres abordó el ajuste presupuestal del Senado con la afectación de 2 mil millones de pesos.

El coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, comentó sobre la necesidad de “conocer los derechos laborales que tiene los trabajadores del Senado”, como un requerimiento necesario para evitar experiencias incomodas.

A más de atender el tema de la austeridad, el futuro senador Batres añade a sus afanes legislativos el atender la educación, una misión familiar que procede de 1958 en las remotas luchas del magisterio de la sección novena con el liderazgo de Othón Salazar . El brazo del tiempo hace perenne los ideales con las realidades.

Se dejan sentir vientos de renovación, el senador electo Ricardo Monreal Ávila, posible coordinador de la mayoría, plantea con sensatez una razón de principio al señalar que no se arrasará como lo hacía la “aplanadora” priista. Fin del mayoriteo hegemónico.

Una propuesta de cambio profundo que concierne a la libertad de conciencia y libre albedrío del representante sobre lo que antes ha sido la disciplina (docilidad) partidista, como ocurría en los Congresos liberales del siglo XIX, las discrepancias entre los miembros de una bancada daban el aire fresco de mantener el interés de la nación sobre el del partido.

Porfirio Muños Ledo, próximo diputado de Morena, plantea el obligado retorno del Presidente de la República a rendir su informe de gobierno en la sesión de apertura del Periodo de sesiones ordinarias del Congreso, la supresión del exceso de las 102 Presidencias de Comisiones,“tentaciones abiertas” a la sujeción y control,de las Instituciones de Estudio para adeptos partidarios, y sobre todo la corruptora Junta de Coordinación Política que otorga canonjías y suplanta la Presidencia de los diputados,concluye “la reforma de la Republica pasa por la Reforma del Congreso”.


El Congreso a semejanza de la tierra siente remover sus capas telúricas que ocasionan un estremecedor sismo en su acomodo.

En la Comisión Permanente, el diputado panista, José María Martínez, presenta una iniciativa para una transición legislativa, aspira “transmitir experiencias y prioridades” de proyectos de ley, en su pretensión de vincular la Legislatura actual con la sucesora, tarea infructuosa, los eslabones de cadena legislativa llevan el sello de total independencia entre una y otra legislatura en su fluido sucesorio. Primero fue la Comisión instaladora, ahora será la Mesa de decanos en cada Cámara quien organice la Mesa Directiva, en el Senado se espera sea la virtual senadora Ifigenia Martínez

Causa desasosiego los bonos de gratificación que se extienden a los legisladores que se van, en el pasado se conoció popularmente como “pago de marcha” cuando se daba a los deudos de un congresista fallecido o bien, como en este caso, a quienes deseaban de serlo ante la inminencia de sus reemplazos- Los diputados recibirán, 907 mil 200 pesos, mientras en el Senado se dispone de un monto ligeramente mayor, 990 mil 495 pesos. Se justifica como un ahorro e incluso una adenda de aguinaldo.

Los legisladores son representantes no empleados, al menos así los concibió el constituyente originario, ilusoriamente creía que el servicio a la nación era el más noble de los oficios ciudadanos y antes que nada se trataba de un privilegio, de tal forma, no se les retribuía con un sueldo sino con una dieta que debía ser moderada. ¿Ingenuos?

La moderación austera concibió la nación. A la que acude como referencia de legitimación el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dentro de ese proyecto el presunto senador electo, Martí Batres abordó el ajuste presupuestal del Senado con la afectación de 2 mil millones de pesos.

El coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, comentó sobre la necesidad de “conocer los derechos laborales que tiene los trabajadores del Senado”, como un requerimiento necesario para evitar experiencias incomodas.

A más de atender el tema de la austeridad, el futuro senador Batres añade a sus afanes legislativos el atender la educación, una misión familiar que procede de 1958 en las remotas luchas del magisterio de la sección novena con el liderazgo de Othón Salazar . El brazo del tiempo hace perenne los ideales con las realidades.

Se dejan sentir vientos de renovación, el senador electo Ricardo Monreal Ávila, posible coordinador de la mayoría, plantea con sensatez una razón de principio al señalar que no se arrasará como lo hacía la “aplanadora” priista. Fin del mayoriteo hegemónico.

Una propuesta de cambio profundo que concierne a la libertad de conciencia y libre albedrío del representante sobre lo que antes ha sido la disciplina (docilidad) partidista, como ocurría en los Congresos liberales del siglo XIX, las discrepancias entre los miembros de una bancada daban el aire fresco de mantener el interés de la nación sobre el del partido.

Porfirio Muños Ledo, próximo diputado de Morena, plantea el obligado retorno del Presidente de la República a rendir su informe de gobierno en la sesión de apertura del Periodo de sesiones ordinarias del Congreso, la supresión del exceso de las 102 Presidencias de Comisiones,“tentaciones abiertas” a la sujeción y control,de las Instituciones de Estudio para adeptos partidarios, y sobre todo la corruptora Junta de Coordinación Política que otorga canonjías y suplanta la Presidencia de los diputados,concluye “la reforma de la Republica pasa por la Reforma del Congreso”.