Operador político por excelencia, su nombre resuena por los buenos resultados que ha alcanzado en la Cámara de Senadores, sin que ello le haga perder piso ni se deje llevar por el canto de las sirenas.
En los trece meses que van de la LXIV Legislatura del Senado, Ricardo Monreal se ha graduado no sólo como un legislador profesional y académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, sino también como un líder efectivo que es capaz de ser un factor de unidad y de consecución de acuerdos al interior y exterior de su propio grupo parlamentario.
Se dice fácil, pero esa tridimensión política implica años de preparación, de esfuerzo y de constancia. Es decir, no está al alcance de improvisados.
Siendo un hombre joven, Monreal Ávila tiene cuarenta años en política. Lo mismo se puede sentar a conversar con exgobernadores, exsecretarios de Estado y líderes sociales, que con parlamentarios de reciente aparición, siendo un vínculo intergeneracional, pero sobre todo un político que escuchando, negociando y razonando puede sacar adelante las propuestas postuladas por Morena y el Presidente de la República.
Ello ha confirmado que su nombramiento y triple confirmación como coordinador parlamentario fueron un acierto no sólo para la principal fuerza política en el Congreso, sino sobre todo para México, pues ha permitido que proyectos de reforma y nuevas leyes que llegaron imperfectos al Senado, hayan sido corregidos gracias a la disposición de escuchar y alcanzar el mayor consenso posible.
Su coordinación no ha implicado hacer a un lado su labor como legislador, pues es autor de iniciativas tan relevantes como la regulación de las comisiones en los servicios bancarios y la reforma del Poder Judicial, tema este último que ha conjuntado un amplio número de visiones y que se tradujo en un acto sin precedentes, el pasado 21 de octubre, cuando ministros, magistrados, jueces, legisladores y servidores públicos se sentaron a la misma mesa para dar inicio a un proceso de reflexión y diálogo sobre los cambios que requiere el Poder Judicial Federal.
Mientras en la Cámara de Diputados se insiste en legalizar los autos importados ilegalmente de los Estados Unidos y que representaría un duro golpe para la industria nacional, el senador Monreal ha adelantado que el Senado no estará de acuerdo en afectar de esa forma a un sector que representa miles de empleos y productividad para el país.
Esos son los contrapesos efectivos en una democracia y Monreal los conoce muy bien, pues como legislador de oposición fue una voz señera en muchos temas que hoy está impulsando y demostrando que eran fundamentales para México y su democracia.
Muchos retos le aguardan al Senado, siendo el más próximo la elección del nuevo Ombudsperson, pero con sensibilidad y altura de miras Monreal lo sacará adelante bajo el máximo consenso posible, buscando que resulte electa la persona idónea para consolidar a esa institución del Estado mexicano.
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