/ viernes 12 de febrero de 2021

El otro cambio

La pandemia, las elecciones en México y Estados Unidos, el cambio institucional, así como otros factores están marcando y dándole forma al futuro; sin embargo hay una fuerza más discreta, pero igual de potente que predominará los años porvenir: la inteligencia artificial, que está redefiniendo todos los ámbitos humanos como el empleo, la educación, salud, transporte y prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana.

Esto es particularmente relevante en el caso del empleo ya que se puede dar una ecuación de alto riesgo para nuestro país, por un lado, la recuperación de los empleos que se perdieron durante la pandemia pueden llevar hasta el 2025 al mismo nivel, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU y su impacto en desigualdad y pobreza; por el otro lado, la inteligencia artificial está tomando un número creciente de empleos, el cual será muy grande. Esto es que cuando se dé la recuperación, es posible que muchos de estos empleos hayan sido ocupados por entidades de I.A De acuerdo con el informe Harnessing automation for a future that works de McKinsey & Company, tan solo en México hasta un 52% de los empleos podrían automatizarse, remplazando humanos por máquinas o robots. Esto significa que 1 de cada 2 trabajadores mexicanos podrían ser sustituidos. A nivel global, de acuerdo con un informe publicado por Oxford Economics en 2019, los robots podrían remplazar hasta 20 millones de empleos en el mundo para el 2030, lo que equivale a un 8.5% de empleos en el mundo.

Si bien existen ventajas de la inteligencia artificial y el uso de robots en los empleos como el aumento de la productividad y crecimiento económico, así como precisión, ya que se reducen los errores humanos; también hay costos altísimos como el desempleo, la falta de valores, empatía y emociones. Hay empleos muy vulnerables y otros que difícilmente pueden ser sustituidos como el caso de los docentes.

Sin embargo, si no se apuesta por desarrollar capital humano y proyectos en inteligencia artificial quedaríamos rezagados. Es como los países que durante la revolución industrial apostaron al feudalismo por consideraciones políticas. En México vamos tarde; apenas un par de universidades enseñan I.A como formación académica y principalmente como cursos o talleres, son muy pocas las instituciones con una oferta de licenciaturas y posgrados del tema, por lo mismo no hay muchos profesionales del ramo en México; el número de especialistas mexicanos en I.A es casi nulo y los pocos que hay, se especializan en universidades extranjeras.

No podemos ignorar esta fuerza del cambio. Es necesario poner al ser humano al centro de la actividad económica y política. Más allá de la formación y educación en inteligencia artificial, se tendrán que tomar medidas importantes como una política demográfica que permita mantener la población en una proporción adecuada a las posibilidades del medioambiente y de recursos para una vida digna, una política social y una política económica incluyente para la prosperidad de todos. Esto puede ser el reto más grande de la humanidad, en un escenario en el que existe la voracidad por utilidades, la irracionalidad de prescindir del ser humano, generar dolor y exclusión para lograr ganancias.


@LuisH_Fernandez

La pandemia, las elecciones en México y Estados Unidos, el cambio institucional, así como otros factores están marcando y dándole forma al futuro; sin embargo hay una fuerza más discreta, pero igual de potente que predominará los años porvenir: la inteligencia artificial, que está redefiniendo todos los ámbitos humanos como el empleo, la educación, salud, transporte y prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana.

Esto es particularmente relevante en el caso del empleo ya que se puede dar una ecuación de alto riesgo para nuestro país, por un lado, la recuperación de los empleos que se perdieron durante la pandemia pueden llevar hasta el 2025 al mismo nivel, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU y su impacto en desigualdad y pobreza; por el otro lado, la inteligencia artificial está tomando un número creciente de empleos, el cual será muy grande. Esto es que cuando se dé la recuperación, es posible que muchos de estos empleos hayan sido ocupados por entidades de I.A De acuerdo con el informe Harnessing automation for a future that works de McKinsey & Company, tan solo en México hasta un 52% de los empleos podrían automatizarse, remplazando humanos por máquinas o robots. Esto significa que 1 de cada 2 trabajadores mexicanos podrían ser sustituidos. A nivel global, de acuerdo con un informe publicado por Oxford Economics en 2019, los robots podrían remplazar hasta 20 millones de empleos en el mundo para el 2030, lo que equivale a un 8.5% de empleos en el mundo.

Si bien existen ventajas de la inteligencia artificial y el uso de robots en los empleos como el aumento de la productividad y crecimiento económico, así como precisión, ya que se reducen los errores humanos; también hay costos altísimos como el desempleo, la falta de valores, empatía y emociones. Hay empleos muy vulnerables y otros que difícilmente pueden ser sustituidos como el caso de los docentes.

Sin embargo, si no se apuesta por desarrollar capital humano y proyectos en inteligencia artificial quedaríamos rezagados. Es como los países que durante la revolución industrial apostaron al feudalismo por consideraciones políticas. En México vamos tarde; apenas un par de universidades enseñan I.A como formación académica y principalmente como cursos o talleres, son muy pocas las instituciones con una oferta de licenciaturas y posgrados del tema, por lo mismo no hay muchos profesionales del ramo en México; el número de especialistas mexicanos en I.A es casi nulo y los pocos que hay, se especializan en universidades extranjeras.

No podemos ignorar esta fuerza del cambio. Es necesario poner al ser humano al centro de la actividad económica y política. Más allá de la formación y educación en inteligencia artificial, se tendrán que tomar medidas importantes como una política demográfica que permita mantener la población en una proporción adecuada a las posibilidades del medioambiente y de recursos para una vida digna, una política social y una política económica incluyente para la prosperidad de todos. Esto puede ser el reto más grande de la humanidad, en un escenario en el que existe la voracidad por utilidades, la irracionalidad de prescindir del ser humano, generar dolor y exclusión para lograr ganancias.


@LuisH_Fernandez