Inició la LXVI Legislatura y con esto se marca una nueva relación entre el gobierno y la oposición. Como es de mal gusto hablar de los muertos y el PRD ya no existe, ni lo mencionaremos; y pegarle al caído está peor, por lo que al PRI tampoco lo mencionaremos. Pero sí vale la pena analizar la nueva estrategia del PAN frente a la realidad nacional.
Hace unos días, durante el debate en torno a la reforma al Poder Judicial en la Cámara de Diputados, la verdad ya no sabíamos si era broma o era en serio, de repente se nos presentó un PAN gritando ¡soy resistencia!
Es el reconocimiento a su imposibilidad de tener un concepto social, no pueden, no les alcanza para decir “somos”, sólo piensan en la primera persona del singular, en el egoísmo y en el interés propio, nunca en el del colectivo, por eso dicen “¡soy resistencia!”. Son absurdos.
La verdadera resistencia es la de los pueblos indígenas, la de los migrantes, la de las comunidades y los ejidos, esa sí es resistencia.
También hablaron de “la mal llamada reforma al Poder Judicial” y, en el colmo de la suplantación, pusieron una mano izquierda en sus banderas. ¿A poco a su departamento de ventas y mercadotecnia no le dio para crear una consigna diferente?, ¿qué sigue, que griten Zapata vive, la lucha sigue?
Que el PAN hable de resistencia es como que un niño se ponga una placa de sheriff, botas y diga que es vaquero, pero de eso a que lace una vaca, es diferente; que griten resistencia es la confesión de partes de la impostura, eso no los hace, ni de lejos, luchadores sociales, solamente exhibe su vacío ideológico.
La realidad es que el PAN enfrenta hoy una crisis brutal de identidad, estuvieron seis años augurando la catástrofe que nunca llegó, y sus principios y valores fueron abandonados en aras de una alianza tan torpe y demoledora para ellos mismos.
Hoy el partido blanquiazul parece un ángel de la muerte, lo que se le acerca se devasta, un partido de su alianza desaparece y el otro araña la supervivencia política, sin ideologías, santos ni liderazgos, únicamente llenos de los vapores del odio, la desesperación, la angustia y el extravío. Su mayor temor de los panistas, por lo que abren los ojos en la noche llenos de espanto, es que el gobierno toma la decisión correcta.
El país necesita una oposición, sin duda, el problema es que no presentan ninguna agenda de contraste, sólo ofrecen el deseo de catástrofe y una doctrina del miedo y la descalificación.
Más allá del contenido de la reforma del Poder Judicial, destacan los tonos del debate, que se antoja como un preámbulo o un pretexto para la ira, la irracionalidad y el absurdo uso de adjetivos y apodos, como si realmente desconocieran que nosotros somos el pueblo y que naturalmente podríamos responder con vehemencia y por lo menos con mayor creatividad, pero Morena decidió la vía del respeto.
La nueva estrategia del PAN es fallida, pasaron de ser evangelistas de la catástrofe a presentarse ahora gritando resistencia. Con sinceridad, ojalá que encuentren su camino y se sientan orgullosos de su tradición, le den oportunidades a jóvenes y a los talentos de derecha que hay en el país, y superen el pantano de almas y de mentes que lo dirigen actualmente.
Es realmente triste ver como los panistas han decidido tirar una tradición de lucha como la de Nava, Clouthier y Gómez Morín para ser lo que hoy son, pasaron de ser una derecha respetable a la nada, al vacío y la frivolidad.
El peor enemigo del PAN es el PAN; han excluido y depredado a sus mejores cuadros, convirtiendo a su partido en un mórbido miasma sin panistas que solíamos respetar y desplazando la consistencia y la lucha por el sectarismo y un pragmatismo mezquino. Al país le vendría bien una oposición digna, consistente y con contenido. Échenle ganitas.
@LuisH_Fernandez